Dos años y casi medio más parecen haber sido suficiente batalla para los Bontoux. Los empresarios franceses se retiran de Dia en un momento crítico para la compañía y después de haber ejercido durante todo este tiempo como contrapunto al principal accionista del grupo de supermercados, el ruso Mikhail Fridman.

La histórica saga de empresarios, antiguos propietarios de Carrefour, se descuelga sin hacer ruido del grupo de accionistas de referencia de Dia, donde ya solo figura el mencionado Fridman, que declara un incontestable 74,82% del capital.

Mientras el consejo de administración controlado por el ruso ultima los detalles de una nueva ampliación doble de capital, los Bontoux han reducido su inversión en la cotizada por debajo del 3%.

Aunque los Bontoux no han respondido a las preguntas de Invertia sobre las causas de su paso atrás, hace solo unas semanas airearon públicamente su desacuerdo con los términos de la ampliación de capital planteada por Fridman.

Su descontento con esta decisión del accionista mayoritario y la falta de amparo con que se habrían topado en las instituciones a las que habrían recurrido en las últimas semanas podría haber precipitado su retirada, según fuentes del mercado.

Llamada a la CNMV

En este sentido, hace ahora un mes, los inversores franceses apelaron directamente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para que ejerciese una especial cautela en la revisión del folleto de la ampliación de capital, que ya cuenta con el trámite de haber superado la validación de la junta de accionistas de Dia.

A través de una carta abierta al organismo supervisor, denunciaron que los accionistas que -como ellos- no acudieron a la opa de Fridman para contribuir con su capital al saneamiento financiero de la compañía, ahora se enfrentaban a un escenario en el que “se les pretende dejar de lado ante el potencial incremento de valor de la sociedad”.

Y es que la operación, según está diseñada de momento, los condena a una nueva dilución que reduciría su ya testimonial presencia a la mínima expresión. Especialmente, si no acudiesen a suscribir su parte.

Una situación que hace más significativo el que los Bontoux hayan reducido por primera vez desde abril de 2019 su participación en Dia por debajo del 3% de sus acciones en circulación. Más aún cuando incluso antes de que hubieran rebasado ese umbral sonaron como posibles abanderados de una hipotética contraopa frente a Fridman por el poder de la entonces quebradiza cadena de supermercados.

La última comunicación de los franceses a la CNMV rebaja el peso de su participación, gestionada a través de la sociedad luxemburguesa Naturinvest, al 2,943%. Desde este empobrecido umbral, los Bontoux ya no tienen obligación de avisar al mercado si se siguen diluyendo. Algo que, además, podría haber ocurrido en este tiempo.

Un traje a medida de Fridman

Esto se debe a que el paso atrás en su apuesta por Dia se produjo el pasado 4 de junio, si bien no se notificó al supervisor hasta 11 días después. Así consta en el formulario recogido en los registros de la CNMV en el que Gregoire Augustin Bontoux Halley, cabeza visible de la saga, explica que la reducción de su cartera tuvo lugar “en un mercado regulado”. Sin aportar más detalles.

Antes de este paso atrás, los franceses tenían reconocida públicamente la titularidad de un 3,398% del capital social de Dia. Sin embargo, el formulario de su retirada deja constancia de que este porcentaje se había ido engordando desde el momento de su notificación en mayo de 2019 hasta el 4,009% con el que empezaron este junio de 2021.

A la espera de que la CNMV dé su visto bueno a la operación, desde Naturinvest se había denunciado que esta es prácticamente un traje a medida para que LetterOne Investment Holdings, el brazo inversor de Fridman, vuelva a engordar su peso en Dia. Y es que directamente se reserva un tramo mayoritario de 769 millones de euros para capitalización de deudas.

Y, según denunciaron los propios Bontoux, una vez más a costa de unos minoritarios que han sufrido desde múltiples profit warnings a bajadas de rating y una profunda reestructuración que sigue sin dar los frutos esperados. Y eso que, entre otras cosas, se ha saldado con el cierre de 780 tiendas del grupo.

Castigo en bolsa

En noviembre de 2019, cuando se consumó una ampliación de capital por 605 millones de euros en la que la falta de apetito de los pequeños inversores facilitó a Fridman hacerse con un porcentaje del capital más abultado del que tenía previsto, el supervisor no puso pegas. Ahora, algunos cálculos prevén que el ruso podría incrementar su dominio hasta el 96% de Dia.

De momento, lo que ya han sufrido en esta nueva ampliación que tiene su objetivo de captación de capital en 1.028 millones de euros es un fuerte impacto en la cotización de las acciones. A razón de un precio de suscripción de solo 0,02 euros por acción, la capitalización del grupo ha mermado un 40% en los últimos tres meses. Un golpe que, según parece, los Bontoux habrían preferido asumir antes que seguir sumando batallas perdidas.

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