Las próximas semanas serán cruciales para el futuro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Antes de que termine noviembre, el ministerio de Asuntos Económicos y Agenda Digital de la vicepresidenta Nadia Calviño debe decidir el destino de Sebastián Albella, actual presidente de la entidad, cargo al que llegó en 2016 propuesto por el Gobierno del Partido Popular de Mariano Rajoy.

Estamos ante una de los últimos cargos que debe renovar el Ejecutivo tras su llegada a Moncloa. Antes del verano se sustituyó a José María Marín Quemada -que expiraba su mandato- por Cani Fernández en la CNMC y esta semana se ha nombrado a Paula Conthe, que sustituirá en el FROB a Jaime Ponce, que a su vez irá al Fondo Monetario Internacional (FMI).

En el caso de la CNMV, las opciones de Calviño se reducen a solo dos: nombrarle un sustituto o renovarle en el cargo por otros cuatro años más. En verano las cosas estaban más claras y la intención de Moncloa -que debe autorizar a Asuntos Económicos el nombramiento- era sustituirle para tomar control político del regulador de los mercados españoles. 

Sin embargo, según ha podido confirmar Invertia, en las últimas semanas ha ganado fuerza la posibilidad de renovarle en el cargo. Las fuentes consultadas por este periódico indican que hay tres factores que se han conjugado para que Albella esté más cerca de continuar: la falta de un sustituto con garantías, cuenta con el apoyo de Calviño y da tranquilidad a las grandes empresas del Ibex 35. 

En cualquier caso, el hermetismo es total en el gabinete de Pedro Sánchez y en el ministerio dirigido por Nadia Calviño. De hecho, a dos semanas de que expire su mandato, ni el propio Albella sabe que pasará con su continuidad. Y es que aunque ha trasladado al Ejecutivo que está dispuesto a seguir como presidente de la CNMV, oficialmente no se le ha dado ninguna respuesta.

Popular y Codere

No obstante, en el ministerio de Calviño parece claro que en estos momentos no hay un mejor candidato para dirigir los destinos del regulador de los mercados, ni que sea garantía de independencia. En Moncloa llevan meses buscándole sustituto porque fue nombrado por el Partido Popular y porque PSOE y Podemos se opusieron a su nombramiento hace cuatro años.

La coalición de Gobierno no olvida y recuerda su pasado como jefe de la oficina de Madrid del desapacho Linklaters. En efecto, Albella asesoró a varias empresas que posteriormente han tenido litigios con la CNMV, como es el caso del Banco Popular o Codere, pero Calviño considera que ha salido indemne y que ha demostrado que puede mantenerse al margen.

Del mismo modo, encontrar un perfil similar, pero cercano al PSOE ha sido muy difícil para Asuntos Económicos y con los pocos que se ha contactado se ha constatado que no hay voluntad para abandonar la empresa privada y embarcarse en el servicio público.

En esta misma línea, las fuentes consultadas indican que Albella "no molesta", es decir, que tiene un perfil bajo, que no suele enviar mensajes para pedir independencia al Ejecutivo y que no presenta demasiadas objeciones públicas a lo que se dice desde Moncloa.

Albella tiene además un marcado perfil institucional como presidente del Comité Permanente de la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), cargo en el que fue nombrado en enero y participa activamente en la Autoridad Macroprudencial. Precisamente este martes se reunió con Calviño en el contexto de este grupo de trabajo.

Tranquilidad a los mercados

Precisamente la ministra Calviño es su mayor defensora. De hecho, en las últimas semanas ha tenido que justificar su postura ante otros miembros del Gobierno confiada en que la mejor solución es mantener a Albella. La vicepresidenta cree que daría tranquilidad al mercado y enviaría un mensaje positivo a las empresas en un momento en el que la seguridad jurídica es fundamental.

Una opinión que también es compartida por las compañías del Ibex 35. Entre las grandes corporaciones españolas se ve con buenos ojos mantener un cargo clave en el futuro de los mercados españoles. Se considera que está bien conectado con Europa y que ha tenido una buena gestión durante la pandemia promoviendo iniciativas como la prohibición temporal de cortos.

En cualquier caso, la renovación de Albella no se da por descontada. Es verdad que Calviño tiene casi cerrada su continuidad, pero según ha podido saber Invertia desde diferentes sectores del Gobierno se han puesto sobre la mesa un par de nombres, aunque sin el apoyo de la vicepresidenta de Asuntos Económicos. Una batalla que deberá decidirse en las próximas dos semanas.

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