Los fuertes avances que Wall Street logró al cierre de la sesión del miércoles dejan paso a una drástica corrección que vuelve a comprometer cotas de relevancia en sus principales índices. La expansión del coronavirus no frena y cualquier medida de estímulo no hace más que sumar nerviosismo.

La caída de pedidos industriales en las fábricas estadounidenses durante el mes de enero ha sido la chispa que ha encendido el polvorín en la Bolsa de Nueva York. El Dow Jones cae un 2,6% y busca los 26.300 puntos, mientras que el S&P 500 se deja un 2,4% y aguanta los 3.000 enteros. El tecnológico Nasdaq vuelve a perder los 9.000 puntos con retrocesos superiores al 2%.

Las últimas cifras oficiales hablan de unos 95.800 casos en todo el mundo y 3.300 muertes relacionadas con el virus de Wuhan. Ni el recorte de medio punto en los tipos de interés de la Reserva Federal de EEUU (Fed) ni el del mismo grosor del Banco de Canadá logran calmar los ánimos de unos inversores que comienzan a ver más cerca que nunca el fantasma de la recesión.

La cifra semanal de peticiones de ayuda al desempleo tampoco relaja, ya que en los últimos días han sido 1.000 personas más de las que se esperaban las que han solicitado este subsidio. Hasta hacer un total de 216.000 peticiones. Con este panorama, de poco ha servido que el informe Challenger de recortes de empleo en corporaciones haya arrojado un registro más amable del estimado.

Entre las compañías protagonistas de la sesión, las aerolíneas caen con fuerza después de conocerse la quiebra de Flybe y un buen puñado de recortes de previsiones en el sector. United Airlines pierde un 8,3%, American Airlines cede un 9% y Southwest Airlines se deja más de un 5% en un Wall Street rojo sin remedio.

Una de las que escapan de la corrección dominante es Burlington Stores, que sube más de un 2% después de haber batido las previsiones de los analistas con sus cuentas anuales. La matización de sus previsiones para el primer trimestre del año está en línea con lo que ya venía barruntando el mercado, que da un voto de confianza a la firma.

Muy atentos también los inversores a HP tras conocerse que el consejo de administración de la tecnológica ha rechazado la oferta 35.000 millones de dólares planteada por su rival Xerox. Sus directivos han justificado que la operación "no va en el mejor interés de los accionistas" y que además “infravalora a HP”. Las acciones de Hewlett Packard Enterprise ceden un 4% y las de Xerox replican la caída.

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