Las comisiones son, junto con la inflación, el enemigo de la rentabilidad de un fondo de inversión. Los expertos recomiendan a los partícipes tener tan presentes estos conceptos como la rentabilidad pasada del producto o su universo de inversión antes de firmar su contratación.

Sin embargo, y pese a la llegada de MiFID II, todavía es difícil conocer todos los gastos que asume un fondo en su operativa y, por lo tanto, sus partícipes. La llegada de la nueva regulación pretende que las gestoras detallen al máximo estos conceptos antes de que el cliente contrate un fondo. No se trata de que el partícipe vaya a pagar más, sino que conocerá todas las partes del proceso a las que se destina su inversión.

Por norma general, las gestoras detallan en el folleto de registro de los fondos en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la comisión de gestión, que cobra la gestora, o la de custodia, que cobra el banco donde se deposita el fondo. Junto a estos gastos, los fondos pueden sumar otras comisiones que se cargan sobre el patrimonio del fondo y afectan a su rentabilidad, como las de suscripción o de reembolso. Pero no solo eso. Existe toda una batería de gastos que el partícipe soporta de forma anual de los que, probablemente, ni siquiera sea consciente. Por ejemplo, todos aquellos que se incluyen en la cifra de gastos totales anuales (TER, por sus siglas en inglés).

SACAR LA LUPA CON EL TER

Además de las comisiones anteriormente mencionadas, el TER incluye gastos de administración, distribución –retrocesioneso, por ejemplo, lo que un auditor cobra por emitir un informe sobre las cuentas del producto.

También suelen incluir gastos administrativos que se acumulan en la gestión diaria del fondo. Por ejemplo, con el envío de información periódica al partícipe o las comisiones de los servicios bancarios en el caso de los fondos de fondos.

Desde SelfBank recuerdan que a esta avalancha de gastos hay que sumar otra serie de ellos que no se incluyen en el TER, como los del cambio de divisas (cuando un gestor compra un activo que no está denominado en euros) o los de compra y venta de los títulos en cartera (brokerage).

El partícipe también debe de ser consciente de que, aunque los fondos cuentan con una fiscalidad favorable, también tienen que hacer frente al pago de Impuesto de Sociedades. En concreto, estos productos tienen que pagar una tasa del 1% por las ganancias materializadas en su cartera que, de una u otra forma, acaban trasladando al cliente.

COSTES INVISIBLES

Es lo que en Morningstar denomina los costes invisibles’, entre los que también incluyen la comisión sobre resultados, que el gestor cobra en algunos casos cuando cumple, o supera, sus objetivos de rentabilidad.

Para suplir estas deficiencias ‘informativas’, y a la espera de la aplicación de MiFID II en este sentido, Morningstar ha empezado a calcular un dato representativo de coste que reúne todos los gastos de un fondo, incluyendo la comisión de gestión variable (comisión sobre resultados) y los costes de transacción.

Como indican desde la firma, estos costes pueden variar dependiendo del tipo de activo en el que se invierta. Por ejemplo, la comisión de gestión media de los fondos de renta variable comercializados en Europa se sitúa en el 1,32%. Si se suma el resto de gastos corrientes esa cifra sube al 1,65% y, si se calcula por el coste representativo, incluyendo los gastos de transacción, sube al 1,90%.

Es decir, para una inversión de 1.500 euros, el partícipe pensaría que, en principio, solo tendría que hacer frente a un gasto de unos 20 euros al año (si solo tiene en cuenta la comisión de gestión). Pero la realidad es bien diferente, pues el coste total teniendo en cuenta el cálculo del coste representativo de Morningstar sería casi de 30 euros.

Según los datos de Morningstar, el panorama se repite en la categoría de renta fija, donde los gastos pasan del 0,74% de media si solo se tiene en cuenta la comisión de gestión, al 0,91% con el resto de gastos corrientes y al 1,09% si se suman a ellos los gastos de compra-venta y la comisión de gestión variable.

En los fondos mixtos europeos la comisión de gestión asciende al 1,13%, cifra que sube al 1,83% si se tiene en cuenta todos los gastos que el cliente asume como partícipe del fondo.