La guerra del fútbol de la próxima temporada 2020-2021 ha empezado antes de tiempo y en pleno confinamiento. Telefónica ha lanzado su oferta mayorista de sus canales de LaLiga y la Champions League dos meses antes de la fecha elegida hace un año, lo que podría condicionar el posicionamiento de sus rivales de cara a la contratación para el curso futbolístico que comienza en agosto.

Como ya contó Invertia, la operadora de telecomunicaciones distribuyó la semana pasada los pliegos de condiciones y puso como fecha límite este jueves para que sus rivales se posicionaran. En Telefónica hablan de que el deadline no es definitivo y que solo persigue recibir cartas de intenciones para saber con quiénes puede seguir conversando y cerrando acuerdos.

Estamos hablando de un posicionamiento no vinculante, es decir, que si una operadora se presenta no necesariamente tendría que terminar comprando los derechos, pero también es cierto que quien no se presente quedará excluido del proceso y no tendrá fútbol la siguiente temporada.

En este sentido, desde Vodafone confirman a Invertia que siguen con su postura de los últimos dos años: "No compraremos el fútbol en las actuales condiciones". El pliego al que ha tenido acceso este diario confirma que se mantiene el sistema de pago de mínimo garantizado que tanto ha criticado la operadora.

Esto implica que las operadoras interesadas deben pagar por el número de abonados totales de televisión que han registrado antes de cerrar el contrato. Vodafone defiende que ese pago sea proporcional y sólo por los abonados efectivos de fútbol.

El caso de Orange

Después de una larga travesía en el desierto y ganar 60.000 abonados de televisión desde su último trimestre con fútbol y 93.000 en un año sin contenidos deportivos, volver a tener Champions y LaLiga no es una opción para la operadora británica. "Hemos hecho los deberes y demostramos que se puede vivir sin fútbol", dicen desde la compañía.

Con Vodafone renunciando al fútbol por tercera temporada consecutiva, todas las miradas se giran hacia Orange. La operadora de origen francés pagó unos 300 millones de euros para tener el fútbol esta temporada, un coste mayor que años anteriores porque sin los británicos el desembolso se repartió en menos clientes.

En la rueda de resultados de hace dos semanas, el CEO de la compañía Laurent Paillassot indicó que el fútbol es un contenido clave para sus abonados y que intentarán tener la mejor oferta de cara a la próxima temporada. Pese a ello, no confirmó oficialmente si renovarían el fútbol un año más.

"El fútbol es contenido clave en España y nos ha dado buenos resultados. Y el no tener fútbol para otros operadores no ha tenido un buen impacto en sus cuentas de resultados. Tendremos que tomar esa decisión a finales de este semestre o en julio, aunque nuestra apuesta sigue siendo válida y no tenemos intención de cambiar de momento, pero tendremos que tomar la decisión más adelante", indicó.

Es decir, la operadora echa cuentas para ver si les conviene renovar. Un proceso que se ha acelerado por el concurso exprés que lanzó Telefónica a comienzos de este mes y que les obliga a mover ficha este mismo jueves respecto de sus intereses, aunque no tengan que cerrar el contrato todavía.

Las opciones de Movistar

En cualquier caso, los naranjas no lo tienen fácil ya que afrontan este año con un proceso de reconversión de su oferta intentando buscar un hueco en el bajo coste. La operadora ha confirmado que no mejorarán sus ingresos este año incluso antes de la incertidumbre económica generada por el Covid, por lo que un coste de 300 millones tiene un gran impacto en sus cuentas.

Del mismo modo, el crecimiento de sus abonados de televisión en los últimos doce meses ha sido negativo. Los datos de la propia operadora indican que han perdido 7.000 abonados en un año.

Por otro lado, la operadora naranja tiene un elevado número de clientes de fútbol en su planta de abonados, aproximadamente 350.000 a 400.0000 de sus 698.000 abonados totales, lo que les hace altamente dependiente de estos contenidos y les expone a una fuga si es que renuncian a Champions y LaLiga.

Los movimientos de Orange son seguidos con lupa además por Movistar y no solo como vendedor de los derechos sino que como actor de mercado. Telefónica debe  pagar anualmente 1.300 millones de euros por los derechos de LaLiga y la Champions, por lo que el ingreso de los 300 millones de Orange son muy importantes para aliviar la factura final.

De hecho, mientras más clientes tengan, menos tendrán que pagar. Una situación clave en momentos de crisis económica y cuando los ingresos en todo el sector de las telecos volverán reducirse este año, en esta oportunidad por el impacto de la crisis económica generada por el Covid.

Por otro lado, sin Orange Movistar sería la única operadora con fútbol, lo que desde el punto de vista comercial sería un aliciente y catalizador de sus paquetes convergentes y su oferta de televisión. Desde los tiempos de Canal+, nunca en el mercado los derechos del fútbol han estado en manos de un solo operador y las previsiones comerciales para esta situación son desconocidas.

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