Los aeropuertos de la red de Aena cerraron el mes de octubre con 4.458.349 pasajeros, un 81,9% menos que en el mismo mes del año pasado. Todos los aeródromos perdieron pasajeros por la Covid, excepto tres: Burgos, Son Bonet y Huesca-Pirineos. De hecho, este último registró un incremento del 8.100%. ¿Cómo es posible?

El caso del aeropuerto de Huesca es bastante curioso ya que no opera vuelos regulares. ¿Qué quiere decir eso? Que ninguna aerolínea comercial tiene rutas en este aeródromo, aunque en sus primeros años de vida las llegó a tener con Air Nostrum. Como no opera vuelos regulares, solo se nutre de vuelos privados y otras actividades. ¿Entonces quién está detrás del aumento del tráfico?

El fútbol, y más concretamente la SD Huesca, es el principal causante. Su ascenso este año a Primera División ha devuelto a la vida a este aeropuerto que hasta octubre, ha transportado 1.361 pasajeros, un 120,9% más que en los diez primeros meses del año pasado. Toda la red de Aena (46 aeropuertos y 2 helipuertos) ha transportado 69,3 millones, un 70,9% menos. 

Aeropuerto Huesca Pirineos. Fuente: Aena.

“En la actualidad, el Aeropuerto de Huesca-Pirineos no opera tráfico comercial de pasajeros; no obstante, se desarrollan vuelos comerciales relativos a eventos deportivos, tales como los desplazamientos de la Sociedad Deportiva Huesca”, señalan fuentes de Aena a Invertia. Aquí también cuentan los vuelos de los equipos con los que compiten. 

Estrecha relación

Y lo cierto es que las estadísticas del aeropuerto están totalmente relacionadas con la marcha del equipo de fútbol. Es decir, si al conjunto oscense le va bien, al aeródromo también. Y viceversa. Así, en 2018, con el equipo en Primera División, cerró con récord de pasajeros al alcanzar la cifra de 1.473 usuarios y 9.477 operaciones, un 473% más que el año anterior. Durante 2019, año en el que el Huesca regresó a Segunda División, movió 622 pasajeros y se operaron 9.198 vuelos.

Pero si echamos la vista más atrás, sus datos en 2013 y en 2014 son bochornosos: 273 y 263 pasajeros, respectivamente. ¿Dónde estaba la SD Huesca? En Segunda División B. 

Tráfico de pasajeros del aeropuerto Huesca-Pirineos. Fuente: Aena.

Y en menor medida, el esquí también contribuye a estas cifras. El aeropuerto de Huesca-Pirineos está ubicado 10,5 km. al sureste de la ciudad de Huesca, entre los términos municipales de Alcalá del Obispo y Monflorite. Su emplazamiento resulta privilegiado para la comunicación con el Pirineo aragonés, referente obligado para los aficionados al esquí, ya que en él se encuentran algunas de las principales estaciones de España.

Si bien es cierto, el número de pasajeros es muy bajo comparado con el de grandes como Barajas y El Prat. De hecho, hay meses, como en marzo, en el que no pasó ningún pasajero por sus instalaciones. Aun así resulta curioso que la Covid haya asestado un duro golpe a toda la red de Aena, excepto a aeródromos tan pequeños como el de Huesca. 

Historia del aeropuerto

Aena incorporó en el año 2000 a su red a este aeropuerto, donde el Estado invirtió más 40 millones de euros en su construcción. Tuvo conexiones con varias ciudades españolas de la mano de compañías como Air Nostrum (con Pyrenair) o Monarch Airlines. Y como ocurrió con otros aeropuertos calificados como "fantasma", pronto se vio su escasa rentabilidad, las rutas dejaron de operar y se puso fin a su actividad comercial de pasajeros. 

Ahora, además de los desplazamientos por fútbol, el tráfico es su totalidad procede de la aviación general, escuela de pilotos Airways Aviation, vuelos de Estado, servicios médicos y Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y operaciones del helicóptero de servicio de rescate de montaña de la Guardia Civil. 

Aeródromos como Madrid-Cuatro Vientos, Sabadell, Son Bonet o Burgos ejercen el mismo papel que el del Huesca-Pirineos. En el caso del de Burgos, en octubre transportó 2.102 pasajeros, un 53,3% más, debido al “incremento de pasajeros que contabiliza se debe a la actividad de la escuela de pilotos en estas instalaciones”, señalan desde Aena. 

Ya sea con la escuela de pilotos o con deportes como el fútbol, aeródromos condenados al abismo como Huesca-Pirineos han sabido dar una segunda vida a sus infraestructuras. 

Noticias relacionadas