Los guías turísticos son escépticos sobre si la apertura en julio al turismo extranjero tendrá consecuencias relevantes y podrá salvar una temporada que ya dan por perdida pues el turismo nacional, al que el sector fía el beneficio de este año, apenas contrata sus servicios.



Aunque dicen estar satisfechos por el anuncio de la apertura a los visitantes extranjeros a partir de julio, desconfían de que tras el Covid-19 vayan a viajar a España aquellos que más contratan sus servicios, principalmente asiáticos o norteamericanos, entre otros.



"Nos hemos quedado sorprendidos con la noticia de que en julio se abrirá el turismo extranjero", ha explicado a Efe Txell Carreras, presidenta de la asociación de Guía Turísticos de Cataluña (AGUICAT), la más numerosa.



"Estamos contentos de escuchar el anuncio, pero también expectantes y conscientes de que aunque algún grupo tendremos, en principio no creemos que acabe significando mucho trabajo", ha añadido Carreras, quien como otros compañeros apunta que habrá que ver cuántos extranjeros eligen España este verano.



Además, apunta que el turismo local y nacional, el que se espera principalmente en ciudades como Barcelona, "apenas contrata guías y visitas culturales y suele optar por el sol y la playa, por eso julio y agosto son para nosotros más temporada media que alta".

El 10% se quedará sin empleo

"La vuelta real de trabajo a un ritmo parecido al de antes, y si todo va bien, esperamos que llegue en septiembre", ha apuntado Carreras, quien pronostica que un 10% de los guías podría dejar temporalmente la profesión.



Se calcula que nueve de cada diez guías, según las asociaciones, son autónomos y por eso la mayoría está viviendo de la prestación del Gobierno, aunque no saben qué será de ellos cuando finalice el estado de alarma, por lo que reclaman ayudas y medidas específicas, pues sus necesidades y circunstancias son distintas a las de otros agentes del sector que sí pueden salvar la temporada con el turismo nacional.



Otra guía, Maripaz Alonso, ha explicado a Efe que desde el mes de diciembre ya empezaron a darse cuenta de las cancelaciones de viajes de asiáticos y a temer la gravedad de lo que vendría para su sector.



"Esto ha llegado en el peor momento. Piensa que desde noviembre prácticamente no habíamos trabajado y nuestra temporada fuerte empieza en marzo y este año ya desde febrero, que ya no llegaban asiáticos, la cosa estaba descafeinada", ha señalado la guía, que llama la atención sobre que algunos de sus compañeros "van a pasarse un año entero sin facturar nada".



En la misma línea, su compañera Paquita Vázquez, que hace 25 años que lleva grupos de turistas, cree que éste puede ser el verano de menos actividad de su vida.



"Yo creo que la gente no se va a arriesgar a salir de su país y que aunque abran fronteras en julio no tendremos clientes", ha comentado.



"La realidad es que nos tocará vivir o malvivir este año como podamos", ha añadido la barcelonesa, quien se queja de que su profesión "es invisible" para la administración.

Nuevos modelos turísticos

Por otro lado, asociaciones profesionales como AGUICAT han pedido a las administraciones aprovechar los cambios organizativos y de seguridad que conllevará adaptarse a las medidas por el Covid para "repensar el modelo turístico" y que los grupos reducidos de visitantes, por ejemplo, se establezcan como norma definitiva, apostando por un modelo de menos masificación en la ciudad y más sostenible.



"Hemos pedido al Ayuntamiento de Barcelona que propuestas como reducir el número máximo de personas por grupo se mantengan para siempre. Y que cada uno tenga su audioguía para no ir chillando o con altavoces que molestan a los vecinos", ha explicado.



Carreras ha apuntado que los propios guías quieren avanzar en un modelo de turismo de más calidad y sostenible, "y ahora con este tema se puede aprovechar para cambiar las cosas".



Asimismo, reclaman a la Generalitat establecer un código ético para el turismo sostenible, al estilo del que ya firmó el consistorio barcelonés.



"Sabemos que el turismo es la gallina de los huevos de oro, pero tiene que ser también una gallina ética", ha afirmado. 

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