El Gobierno prepara su Ley de ciberseguridad como uno de los proyectos estrella de la legislatura en el ámbito de las telecomunicaciones. De momento, no hay plazos para su presentación, pero la idea es poder ponerla en marcha durante el año 2021, coincidiendo con el despliegue de las nuevas infraestructuras digitales.

No obstante, sus líneas maestras comienzan a estar claras y pasan porque España adapte de manera fiel buena parte de las bases sentadas por Bruselas en enero y que, entre otras cosas, no excluyen explícitamente a ningún operador del despliegue de sus redes.

Esto significa que España, al igual que Europa, no elegiría la vía más restrictiva y no vetaría a Huawei en ningún caso. De hecho, en la Ley no se hablaría de empresas, solo de requisitos y parámetros básicos que delimitarán un campo de juego en el que las empresas de telecomunicaciones podrán elegir libremente sus proveedores sin temor a que sean excluidos en el futuro.

De hecho, el modelo de la UE opta por la diversificación. A diferencia de las redes 4G, la idea es que los proveedores compartan desarrollos y despliegues y que ninguna empresa tenga el control exclusivo de una parte de la red, algo que ya se está haciendo en nuestro país donde Telefónica, Orange y Vodafone están utilizando varios proveedores. 

España debe adaptar la normativa europea que se consensuó en Bruselas en enero de este año y sentar las bases legales para un despliegue seguro de las nuevas redes de 5G, así como delimitar el campo de acción de nuevas tecnologías como la Internet de las cosas (IoT) y de la Inteligencia Artificial (AI), donde la seguridad es el mayor desafío.

Caja de herramientas

La Unión Europea sentó las bases de la ciberseguridad del continente, en especial en el despliegue de las redes de 5G, con una toolbox o caja de herramientas que dio parámetros generales, pero que cada país miembro debe adaptar a su propia realidad. 

De esta manera, esta caja de herramientas delimitó cuáles debían ser las principales líneas rojas que no se debían cruzar y estableció los parámetros que debían respetar las empresas que quisieran participar del despliegue de redes de telecomunicaciones en Europa. Un conjunto de aristas regulatorias, consejos prácticos a seguir y certificaciones para compañías fuera del ámbito de la Unión Europea.

Todo ello, en medio de la guerra comercial de China y Estados Unidos y las presiones del Gobierno de Donald Trump para que los países europeos vetasen y excluyesen a compañías como Huawei de su futuro despliegue de redes. EEUU considera a la compañía china es un peligro para su seguridad nacional y la incluye desde hace más de un año en su lista negra comercial.

En el caso de la UE se rehuyó el veto directo. "No apuntamos contra tal o cual país o contra tal o cual empresa", dijo en ese momento el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton. "En Europa aceptamos a todo el mundo, todo el mundo es bienvenido. Pero tenemos unas reglas, que son muy claras y exigentes", dijo.

La estrategia de Bruselas sobre 5G no citó en ningún momento a Huawei ni a China, pero ante la insistencia de la prensa el comisario francés admitió expresamente que la UE seguía contando con Huawei para el despliegue del 5G.

Despliegue actual

En el caso español, Vodafone comenzó a desplegar redes comerciales en quince ciudades españolas hace un año. En la actual red Huawei fue un actor principal, tanto en radio -transmisión pura-, como core, que almacena datos de red, pero a partir del veto de Estados Unidos, la operadora dejó de desplegar redes core con el operador de origen chino, las que requieren mayor seguridad. 

En el caso de Telefónica, la operadora eligió a Ericsson y Nokia para su despliegue 5G. Las primeras en encenderse serán las grandes urbes y ahí será protagonista Ericsson, para luego recibir el refuerzo y la capilaridad de Nokia. En diciembre del año pasado la operadora adjudicó el despliegue core a Huawei. No obstante, el objetivo es que a corto plazo el core se pueda abrir a más proveedores y que todos ellos compartan su tecnología.

Por su parte, Orange eligió a Ericsson tanto en el core como en el radio 5G. Sin embargo, las tres operadoras tienen por delante el despliegue de las redes Stand Alone, que es la infraestructura exclusiva para redes 5G y que no depende de las actuales redes 4G (Non Stand Alone). Esto abriría el abanico a nuevos proveedores y para este momento para el que se debería tener la nueva Ley de ciberseguridad.

Con todo y según se reconoce en el sector, Huawei es uno de los proveedores de red más atractivos en cuanto a calidad y precio de sus servicios y parece lógico pensar que cuando Orange, Telefónica y Vodafone se decidan al lanzamiento de las redes de 5G específicas tengan más en cuenta a Huawei con la Ley de ciberseguridad en la mano, que sin ella.

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