Londres sigue siendo el principal foco de inversión inmobiliario a pesar del Brexit”. Son palabras de Richard Garey, socio responsable en Deals en PwC Real Estate. De ahí que ocupe lo más alto del podio entre 31 ciudades europeas que han sido analizadas en el informe ‘Tendencias en el mercado inmobiliario en Europa 2022’, elaborado por PwC y Urban Land Institute (ULI).

Entre las razones que haya sido la elegida por los principales agentes de la industria como compañías inmobiliarias, fondos, o inversores institucionales, se condensan en que presenta buenas expectativas tanto para el desarrollo como para la inversión. “Cabe destacar la liquidez y profundidad de su mercado. En tiempos de incertidumbre se premia la estabilidad”, añade Garey.

Por lo que respecta a Madrid y Barcelona, ambas ciudades han subido puestos en el escalafón. Así, Madrid avanza dos lugares, para situarse en la sexta posición. Mientras que Barcelona avanza cuatro, y se mete de lleno en el top ten al situarse en la novena posición.

“Madrid presenta oportunidades en residencial y logística, además de su fortaleza en el mercado de oficinas”, concreta Richard Garey. Respecto a Barcelona, el socio de PwC destaca “la mezcla de industrias en la ciudad y en la región, y un potente crecimiento en industrias avanzadas de innovación tecnológica”.

Asimismo, ambas ciudades según el socio de PwC no tienen solo precios atractivos, sino que “su nivel de costes y calidad de vida es mayor que el de otras ciudades”. Para Antonio Sánchez Recio, socio responsable del sector de Construcción, Inmobiliario y Servicios en PwC, “los inversores confían en el mercado inmobiliario español y se declaran optimistas después de comprobar que el sector ha superado con éxito la peor parte de la pandemia”.

Mayor crecimiento

Del estudio elaborado por PwC y ULI se desprende que la mitad de los directivos del sector inmobiliario europeo confía en el crecimiento de sus negocios en 2022. Se trata de casi 30 puntos más que el año pasado y 27 más que en 2020. A la par, el 49% espera que las rentabilidades crezcan. Sólo un 11% espera que sean menores.

Frente al optimismo, los directivos citan una serie de amenazas externas que pueden poner en peligro ese crecimiento. Por ejemplo, los ciberataques (para el 67% de los encuestados), la inflación (59%), el endurecimiento de la política monetaria (55%) y la interrupción de la operativa de sus negocios (55%) como consecuencia de los problemas en las cadenas de suministros.

Desde una perspectiva interna, estas amenazas son, para el 88% de los participantes en el informe, el incremento de los costes y de los materiales de construcción, la escasez de activos atractivos para el desarrollo o la compra (66%) y, finalmente, el aumento de las exigencias en materia de sostenibilidad y descarbonización en la industria (61%).

Este año, los inversores prestarán especial atención a los segmentos alternativos del inmobiliario, es decir, los ajenos a oficinas, retail e industrial. Es el caso de las nuevas infraestructuras de energía, las instalaciones relacionadas con las ciencias de la salud y los centros logísticos y de datos.

Por el contrario, los centros comerciales, tanto en los centros urbanos como en las afueras, las tiendas en los centros de las ciudades, las oficinas en las afueras, los aparcamientos y los hoteles, se sitúan en la parte baja de las preferencias de los inversores europeos.

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