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"Se está llevando a cabo una limpieza de la cartera de proyectos”. Con estas palabras, Hydrogen Council (alianza global de líderes empresariales que promueve el hidrógeno) y McKinsey & Company reconocen en un reciente informe que el sector del hidrógeno limpio se encuentra en “una fase natural de depuración”.

Y las cifras así lo advierten: en apenas 18 meses se han hecho públicas 52 cancelaciones de proyectos de hidrógeno limpio a escala comercial, que suman aproximadamente 4 millones de toneladas anuales de capacidad, según el análisis.

De hecho, desde Hydrogen Council advierten que esa cifra de 52 proyectos caídos "probablemente subestima el volumen real de cancelaciones, ya que muchos proyectos se posponen o cancelan sin anuncio público" y "se espera que continúe la depuración de proyectos en los próximos años".

Los expertos aseguran que, tras boom de proyectos y planes millonarios que caracterizó a 2022 y 2023, el sector "ha empezado a clarificar los costes realistas y las estimaciones de mercado", dando lugar a una "racionalización natural de los proyectos".

En el último año, los anuncios han sido sucesivos. Sólo esta última semana, Verbund renunció a Green Ammonia Linz (60 MW) en Austria y Iqony canceló HydroHub Fenne en Alemania (53 MW).

También han frenado iniciativas Iberdrola, BASF, Yara, Fortescue, Repsol, Statkraft, Fertiberia, Neste, Equinor, RWE o ArcelorMittal.

Entre estos proyectos se incluyen electrolizadores, plantas de amoníaco bajo en carbono y gasoductos de hidrógeno, muchos de ellos de gran escala.

Las razones son múltiples. El 38% de los 52 proyectos cancelados que recoge el análisis de Hydrogen Council basaron su decisión en cuestiones políticas y de incertidumbre en el mercado.

El 27% argumentó problemas de financiación y el 16% falta de compradores. Un 7% se suspendió por los elevados costes, otro 7% por permisos, un 4% por barreras tecnológicas y el 2% por falta de infraestructura.

Para el German Institute of Development and Sustainability (IDOS) las cancelaciones de proyectos que se están anunciando en Europa reflejan una “crisis estructural” en la expansión de la economía del hidrógeno. El problema no es sólo la falta de marcos regulatorios claros, sino que tiene un fondo económico.

El hidrógeno renovable sigue siendo mucho más caro que los combustibles fósiles, los clientes se resisten a pagar la diferencia y tecnologías clave que aún no han alcanzado la madurez suficiente.

Cabe recordar que en 2024 el Tribunal de Cuentas Europeo, organismo de auditoría de la Unión Europea, ya cuestionó las expectativas de hidrógeno de Bruselas.

En un informe demoledor, alertó que es muy probable que el bloque comunitario no alcance los objetivos de hidrógeno por ser "poco realistas", a pesar de los 18.800 millones de euros de financiación.

Riesgo en EEUU y Europa

Desde Hydrogen Council explican que "a medida que la industria del hidrógeno ha superado la fase inicial de desarrollo y se ha obtenido mayor claridad sobre los costes y estimaciones de mercado realistas, se ha producido una racionalización natural de los proyectos".

Gran parte de estos proyectos "no avanza más allá de los planes preliminares" y, a menudo, "forman parte de carteras de desarrollo más amplias, de las cuales se seleccionan aquellos con los modelos de negocio más sólidos", dicen.

Los proyectos de hidrógeno renovable están particularmente en riesgo en EEUU, por los recientes cambios regulatorios, y en Europa, por los altos costes de electricidad en algunas zonas.

Según el estudio, también podrían verse afectados los proyectos renovables de gran escala (>500 MW), que requieren infraestructuras adicionales y un mayor volumen de consumo a largo plazo.

Por su parte, los proyectos de hidrógeno bajo en carbono, aunque de mayor tamaño promedio que los renovables, pueden registrar menores tasas de cancelación.

Eso se debe a que cuentan con compromisos más avanzados por parte de los desarrolladores (muchos con carteras industriales existentes) y mayor visibilidad de los mercados de consumo al momento de su anuncio.

94.000 millones

Con todo, empresas y analistas defienden que el hidrógeno tendrá en el futuro un papel decisivo en la descarbonización de sectores difíciles de electrificar, como el acero, el cemento o los fertilizantes.

Actualmente, hay aproximadamente 94.000 millones de euros en inversiones comprometidas respaldan más de 500 proyectos que han superado la decisión final de inversión, están en construcción o ya en operación en todo el mundo, según Hydrogen Council.

Esto supone un aumento de 30.000 millones de euros en el último año. "En apenas cinco años, nuestro sector ha crecido a un ritmo notable, con inversiones que aumentan más del 50% interanual", dicen desde la alianza.