Bruselas

Tras los cuatro años en blanco de la presidencia de Donald Trump, Josep Borrell y Anthony Blinken han presidido este lunes en Washington la reunión del Consejo de Energia Unión Europea-Estados Unidos. Un encuentro dominado por la inquietud de que el presidente ruso, Vladimir Putin, corte por completo el suministro de gas a Europa como medida de presión en caso de un conflicto abierto en Ucrania. La Casa Blanca ha vuelto a prometer que ayudará a los europeos a conseguir gas licuado de fuentes alternativas para evitar una crisis energética

"Estamos trabajando juntos ahora mismo para proteger el suministro de energía de Europa frente a shocks de abastecimiento, incluyendo los que podrían resultar de una agresión de Rusia contra Ucrania. La seguridad energética está vinculada directamente con la seguridad nacional, la seguridad regional y la seguridad mundial", ha relatado el secretario de Estado norteamericano al término de la reunión.

"Cuando Rusia paró el suministro de energía a Europa por una disputa con Ucrania en 2009, la gente murió de frió. Cuando hay problemas de suministro, las economías flaquean. Estamos determinados a evitar que eso ocurra y a mitigar el impacto en el suministro de energía y los precios si Rusia decide restringir el suministro de gas natural a Europa más de lo que ya lo ha hecho", ha asegurado Blinken. 

El secretario de Estado ha explicado que Bruselas y Washington están hablando con Gobiernos y grandes productores de todo el mundo para que aumenten su producción y capacidad de distribución. Además, EEUU y la UE se están coordinando con sus aliados y los principales actores en el ámbito energético "sobre cómo repartirse mejor las reservas de energía en caso de que Rusia cierre el grifo o inicie un conflicto que perturbe el flujo del gas a través de Ucrania".

Por su parte, Borrell ha señalado que "los problemas energéticos son centrales en esta crisis porque Rusia no duda en utilizar sus importantes suministros de gas a Europa como instrumento de presión para obtener beneficios geopolíticos. Los precios del gas son 10 veces más altos que el año pasado, lo que "tiene un gran impacto en los consumidores y la competitividad de la economía.

"La prioridad inmediata es diversificar las fuentes de energía para evitar problemas de suministro y garantizar que los mercados se mantengan líquidos, competitivos y bien suministrados", ha señalado el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común. La UE ayudará también a Ucrania y a los países de los Balcanes en caso de crisis de suministros.

Ahora mismo, la UE importa de Rusia el 40% del gas que consume. Un corte de suministro afectaría directamente a 20 de los 27 Estados miembros. Aunque ni Blinken ni Borrell han detallado con qué países están negociando en busca de alternativas, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha desvelado que los socios preferentes son Catar, Azerbaiyán y Egipto. Además, EEUU es ya el principal proveedor de gas natural licuado hacia europa.

Los jefes de la diplomacia de EEUU y la UE han vuelto a reclamar a Rusia que reduzca la tensión en la frontera con Ucrania. "Estamos viviendo el momento más peligroso para la seguridad en Europa tras el final de la Guerra Fría, pero creemos que todavía hay margen para la diplomacia", ha indicado Borrell. El Alto Representante ha desvelado que Moscú ha enviado cartas a todos los Estados miembros en las que expone sus preocupaciones en materia de seguridad y ha anunciado que él es el responsable de coordinar una respuesta conjunta. 

Por su parte, Blinken ha destacado que lo que suceda en las próximas semanas dependerá exclusivamente de Putin, que tiene en sus manos elegir el camino de la diplomacia o el del conflicto con Ucrania. Estados Unidos y la UE se han coordinado como nunca antes, con más de 200 contactos a todos los niveles en las últimas semanas. 

"No creemos que Putin haya tomado una decisión, pero ha desplegado la capacidad para poder actuar contra Ucrania muy rápidamente, si así lo decide, de una forma que tendrá terribles consecuencias para Ucrania, para Rusia pero tambien para todos nosotros", ha dicho el secretario de Estado. 

"Habrá consecuencias graves si Rusia prosigue el conflicto. Hemos diseñado una respuesta rápida de alto impacto que infligiría costes masivos a la economía rusa y a su sistema financiero, incluyendo sanciones y controles a las exportaciones en sectores clave", avisa Blinken. "Una agresión a Ucrania tendría consecuencias masivas. Esperamos lo mejor, pero nos preparamos para lo peor", ha admitido Borrell.

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