Primero fue Siemens Gamesa quien empezó cerrando plantas de fabricación eólica en España, después le ha seguido Vestas, y ahora los trabajadores de la fábrica de Lumbier (Navarra) de Nordex, cuyo principal accionista es Acciona, se temen lo peor.

La empresa ha enviado un correo en el que les anuncia una reunión extraordinaria entre la dirección de la planta, representada por Javier Trapella, Alejandro Gazzo y José María Robla, junto con la responsable de Recursos Humanos, Patricia San Agustín, y el comité de empresa. 

En él se les presentaba la necesidad de un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) para realizar "un proceso de implantación de los nuevos moldes del modelo N-163". El periodo en el que se va a cerrar la fábrica comenzará este 27 de diciembre y durará hasta el 29 de mayo de 2022.

La empresa, sin embargo, ha señalado que "esta fecha se ha propuesto como máximo, lo que no implica que haya que agotarse totalmente, pudiéndose comenzar las incorporaciones de personal mucho antes". 

El próximo 26 de noviembre comenzarán las conversaciones y negociaciones entre responsables sindicales y dirección, pero el miedo y la preocupación se han extendido entre los trabajadores.

"Nos ha llegado información de que el verdadero objetivo de la compañía es cerrar definitivamente la planta y llevarse la producción a la India", explican a EL ESPAÑOL-Invertia. 

Negativa de la empresa

Este diario se ha puesto en contacto con Nordex, que ha negado categóricamente esa idea. "Podemos decir que no vamos a cerrar la fábrica", han señalado fuentes de Nordex desde Alemania.

"A partir de principios de 2022, Nordex Group fabricará palas eólicas para su aerogenerador N163/5.X en su planta de Lumbier en Navarra". 

Según han confirmado a este diario, "será la primera planta europea del grupo en producir palas eólicas de unos 81,5 metros. Las palas son destinadas tanto al mercado europeo como al mercado mundial".

Hasta ahora, el programa de producción en Lumbier se centraba en distintas palas eólicas, entre otros para el aerogenerador N149. Para poder crear la nueva capacidad productiva para las palas más grandes de la compañía, será necesario realizar una adaptación de la planta, incluyendo la instalación de nuevos moldes. Esto llevará un tiempo aproximado de dos meses empezando a principios de enero de 2022. Durante este tiempo, se paralizarán las actividades productivas en la fábrica de Lumbier. Esto es un proceso necesario en cada cambio de modelo.

La compañía confirma que, hasta la fecha, Nordex Group ya ha recibido pedidos del aerogenerador N163/5.X para un total de 520 unidades con una potencia de, aproximadamente, tres GW de numerosos clientes para proyectos en Australia, Brasil, Escandinavia, Alemania e Italia, entre otros.

Casualmente, la fábrica de Lumbier contrató a más de cien trabajadores de la planta que Siemens Gamesa cerró en Aoiz, a tan solo 20 kilómetros entre ellas. 

Cierre de fábricas eólicas

Los fabricantes eólicos arrastran una situación complicada desde hace unos años. A los problemas de los costes de materias primas, especialmente acero, y a la competencia en costes de la mano de obra de terceros países como Turquía, India, norte de África o Sudamérica, ahora se le une la crisis de suministro.

"Es difícil competir con India, con unas condiciones de trabajo mucho más laxas que las de Europa", explican fuentes sindicales a este diario. 

La sangría de cierres de fábricas de producción eólica en España ha sido constante en los últimos años. 

Comenzó Siemens Gamesa, que se ha quedado sin apenas centros de producción con el cierre de su última planta de palas en As Somozas (A Coruña), además de la de Cuenca en enero pasado. En apenas diez años, ha clausurado las seis factorías que tenía distribuidas en Navarra: Alsasua, Tudela, Olazti, Imárcoain y Aoiz.

En este caso, la adquisición de la planta de palas de la compañía Senvion en Portugal fue la puntilla que hizo caer una detrás de otra. 

También Vestas ha ido cerrando plantas no solo en España, sino en toda Europa. En concreto, Lauchhammer (Alemania), Viveiro (Lugo, España) y Esbjerg (Dinamarca), para ajustar la capacidad productiva a su cartera de productos. 

"Las compañías eólicas buscan países con bajos costes de producción, pero luego eso se les vuelve en contra. Por ejemplo, Siemens Gamesa estaba produciendo palas de su modelo SG14 para Egipto, porque se necesitaban que fueran así por las circunstancias de ese parque, justo al lado de una zona militar, en la fábrica de As Somozas (A Coruña)", añaden las fuentes sindicales.

"Pero la dirección de la compañía decidió cerrar la planta y llevar la producción a la India, porque supuestamente era más barato. Pero ahora, con la crisis de suministros y los retrasos en los fletes, les está saliendo carísima esa decisión, se les ha multiplicado por cinco los costes. Si se hubieran hecho en España, no hubieran tenido ningún problema", concluyen.

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