No hay nada que baje el precio de la luz. En junio se están alcanzando máximos históricos, con 90,95 €/MWh es el segundo más caro del año, y se prevé un verano de rascarse el bolsillo para poder pagar el recibo eléctrico. Influye el mercado europeo de CO2, que sigue ascendiendo, superando el techo de los 50 euros/Tn y el gas no para de subir. 

Un cóctel de factores que podrían hacer pensar si se está produciendo otra vez la 'tormenta perfecta' como en enero, por la borrasca Filomena. 

"En invierno se dispara el consumo de gas porque hace frío y en verano la falta de generación hidroeléctrica y de eólica dejan un hueco térmico que hasta hace dos años se cubría con carbón pero ahora es con gas", explica a Invertia José María Berrenderocorporate trader de la consultora especializada en derechos de emisiones, Vertis Environmental Finance. 

Precio de la luz

"Cuando el precio del CO2 sube puede tener una relación directa en el mercado mayorista si no hay apenas renovables en ese momento, y se tienen que encender los ciclos combinados, es decir, se tiene que quemar gas", añade el experto.

Y precisamente con el verano se ralentiza la producción eólica. Cuanto más calor menos viento, y la fotovoltaica que se está instalando en España va a buen ritmo pero todavía no es suficiente. 

La producción de electricidad con carbón en España es cada vez más anecdótica con el cierre de centrales desde hace un año. Pero no solo ocurre en nuestro país, en Europa se sigue la misma estela. Y aunque en Asia no se está viviendo el mismo proceso, según BofA (Bank of America), la producción de carbón además de haber caído estructuralmente, también lo han hecho de manera puntual, por las fuertes lluvias en Australia e Indonesia que afectaron el suministro. 

El precio del gas, imparable

Según los expertos de Vertis, el contrato de gas holandés de julio alcanzó un récord la semana pasada. Y todo por la reducción de los suministros en los gasoductos para hacer el mantenimiento y a un menor transporte marítimo de GNL (gas natural licuado). 

La combinación perfecta porque Europa demandó más gas para reabastecer los bajos niveles de almacenamiento gasista por tres razones. Primero, porque abril fue un mes muy frío, lo que significa que se necesitaba gas para calentar durante más tiempo. Después, porque se tuvo que tirar más de gas porque la eólica, la hidroeléctrica y la nuclear (en este caso francesa) no fueron muy productivas durante ese mes, lo que hizo que el gas también fuera más necesario en el sector energético. 

Para rematar, los precios del CO2 seguían su carrera desbocada hacia niveles nunca vistos y el carbono arrastra los precios del gas natural de la UE. Así que este año los precios de verano son casi los mismos que los de invierno.

La única esperanza de que el precio del gas pueda bajar ligeramente es la entrada en operación del gasoducto Nord Stream 2, que traería más gas ruso al Viejo Continente. Por el momento, ya han comenzado las pruebas en el primero de los dos gasoductos, así que habrá que esperar. 

El CO2 sigue en carrera

El mercado europeo de CO2 ya ha tocado la barrera de los 55 euros/Tn y se espera que pueda seguir subiendo en los meses de verano. Y todo ello a pesar de que los estados miembros europeos ofrecerán 15,1 millones de derechos de emisión, un 27,86% más que la semana pasada.

Según Vertis, "en vista de la oferta de derechos gratuitos que se avecina, el precio del carbono podría volver a probar el nivel de soporte de los 50 euros, pero la experiencia muestra que sería también un punto de entrada buscado por muchas instalaciones". Por tanto, "podría elevar con rapidez de nuevo el precio al territorio de los 55 euros".

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