Myriam Ávila Dani Valero

Abengoa prepara ya su plan B. Ante el inmovilismo de la Junta de Andalucía, única firma que queda por estampar en el plan de refinanciación, la empresa sevillana de energía está barajando otros escenarios que no cuenten con el Gobierno andaluz para desbloquear el rescate. Está negociando con acreedores, entre ellos la banca, una vía que esquive la quiebra.

Esta opción deberá concretarse antes de este jueves, dado que desde Abengoa rechazan una nueva prórroga a la espera de la decisión de Andalucía. Así lo confirman fuentes de la negociación a Invertia, que ven dos escenarios posibles. Por un lado, que la Junta andaluza manifieste su intención de desbloquear el plan y, por otro, que los acreedores den luz verde al contrato sin la firma condicionante de la Junta.

De no ser posible antes de este jueves, la empresa habla de un “deterioro irreversible” que les llevaría a una situación de quiebra, acariciando (de nuevo) la posibilidad de protagonizar el mayor concurso de acreedores de la historia de España. Pese a todo, la compañía pide a la Junta dejar a un lado “las excusas” porque “aún hay tiempo” para una solución.

La clave está en la firma de la administración andaluza, la última que queda para que el rescate quede desbloqueado y Abengoa reciba las necesarias líneas de financiación. De ahí que Andalucía sea la pieza maestra. De hecho, las citadas fuentes apuntan que la Junta reclamó con anterioridad las firmas de los acreedores del rescate para no dar un paso en falso.

En la comunidad andaluza, el portavoz y consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, ha sido el encargado de atajar el tema. “No aceptamos que se diga que la operación está comprometida por el apoyo o no de la Junta”, explicó el martes. Aseguró también que el Gobierno andaluz no se niega, pero que continúa buscando el vehículo financiero para ayudar a la compañía.

El consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo.

Desde la Junta de Andalucía han lanzado, además, una nueva pega. El titular de Presidencia resaltó que desde el Ejecutivo se está analizando la situación a la espera de que Abengoa entregue la información solicitada. “No ha facilitado la documentación que se le ha solicitado del plan”, puntualizó.

En este sentido, Abengoa ha asegurado a Invertia que es “rotundamente falso”. “La documentación se ha entregado cuando ha sido requerida”, afirman desde la empresa, que indica, además, que consejeros del Gobierno de Juanma Moreno tenían constancia del plan de viabilidad y de la operación de rescate desde el mes de junio.

Cambio de sede

Aún queda para que las aguas de Abengoa vuelvan a su cauce, en materia económica y ahora (también) en materia política. Los ausentes 20 millones de euros de la Junta de Andalucía han encendido las alarmas de traslado de la sede social. El destino sería la Comunidad Valenciana, como ya hizo Caixabank, y las reacciones han sido más políticas que económicas.

Desde el Gobierno andaluz han rechazado las “amenazas” sobre la mudanza a cambio de su apoyo financiero. El propio Bendodo trasladó a los periodistas en rueda de prensa que no le parece bien ni que "se amenace” con el cambio de la empresa ni que se diga que se condiciona su viabilidad por 20 de los 540 millones de euros que componen el plan.

Mientras tanto, Abengoa baraja mudarse a los pies del Mediterráneo. Los contactos con la Generalitat Valenciana se han producido, si bien responden más al interés del Gobierno de España por encontrar una alternativa a Andalucía que al deseo del Ejecutivo autonómico del socialista Ximo Puig.

Nada hasta la fecha

El Ejecutivo valenciano, por el peso de la región y el perfil empresarial de su presidente, es el ideal para intentar una maniobra de este tipo por parte de Moncloa. Cabe recordar que, debido a la fuga que provocó el desafío independentista de Cataluña, la Comunidad Valenciana acogió alrededor de mil traslados domiciliarios en 2018, entre ellos algunos de importantes empresas.



“El Gobierno valenciano está encantado con la llegada de inversiones y riqueza al territorio”, explican fuentes de presidencia sobre Abengoa, pero aclaran que hasta la fecha “no hay nada”. La diferencia fundamental en esta ocasión es el dinero, la millonaria aportación que la empresa espera por parte de la administración autonómica. Tal circunstancia no se entendería en la Comunidad Valenciana si el traslado de Abengoa se quedara en una cuestión domiciliaria.



La Generalitat apoya cuantiosamente a sus grandes industrias. Ford Almussafes, por ejemplo, recibe millones de euros cada año en subvenciones nominales de la región. Pero el Ejecutivo las aporta por ser el principal empleador e inversor industrial de la autonomía. Para disfrutar de las mismas, Abengoa debería llegar a la comunidad con un importante proyecto industrial bajo el brazo, y tal planteamiento no parece haberse puesto sobre la mesa, al menos por el momento.

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