Las cifras más recientes, publicadas por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), demuestran que las energías renovables siguen generando beneficios socioeconómicos, con la creación de numerosos puestos de trabajo a nivel mundial.

La séptima edición del informe Renewable Energy and Jobs – Annual Review (Energía Renovable y Empleo: Análisis Anual) indica que los empleos en el sector alcanzaron los 11,5 millones a escala mundial el año pasado. Las mujeres ocupan el 32% de estos puestos de trabajo y la energía solar fotovoltaica —que registró alrededor de 3,8 millones o un tercio del total— a la cabeza. 

"La adopción de renovables crea empleo y supone un impulso para los ingresos locales tanto en mercados de energía desarrollados como en aquellos que se encuentran en vías de desarrollo", afirmó el director general de IRENA, Francesco La Camera.

"Aunque, hoy por hoy, el liderazgo lo ostentan unos pocos países, cada país puede aprovechar su potencial de energía renovable, tomar medidas que dirijan sus capacidades locales para su desarrollo industrial, y capacitar a sus trabajadores".

Situación en España

Asia representa el 63% del total de empleos en el sector de las energías renovables a nivel mundial pero las energías renovables descentralizadas fuera de la red están creando un número creciente de puestos de trabajo. También impulsan el empleo en el uso de esta energía, desde la elaboración de productos agrícolas y la atención de la salud hasta las comunicaciones y el comercio en las comunidades locales.

España se encuentra entre los 10 primeros países en cuanto a puestos de trabajo en el sector de la energía eólica, aunque no en el de la energía solar fotovoltaica.

El informe califica a España como un país que está experimentando un auge de interés público y privado en las energías renovables después de años de estancamiento, y según APPA, la Asociación Española de Energías Renovables, el sector experimentó un crecimiento del 10,7% en términos reales en 2018.

Ese mismo año, estableció un nuevo récord de exportación de 4.700 millones de euros, y contribuyó con 10.500 millones de euros al PIB, cerca del 1% del total de España (APPA, 2019).

APPA destaca que el sector empleó a 81.294 personas en 2018. El mayor empleador fue la biomasa (32.300), seguido de la energía eólica y la energía solar fotovoltaica (22.200 y 13.300, respectivamente). 

La energía eólica creó la mayoría de los nuevos empleos netos (1.961), seguido de la solar fotovoltaica (966) y los biocombustibles (158). El total representa un aumento del 3,3% en el empleo, la cifra más alta desde 2013, pero aún está lejos del récord establecido en 2008, cuando el sector empleaba a 144 000 personas (APPA, 2019).

Trascendencia de la Covid

Los empleos en el ámbito de los biocombustibles siguen de cerca a la solar FV, y alcanzaron los 2,5 millones. Muchos de estos empleos se encuentran en la cadena de suministro de la agricultura, concretamente en países como el Brasil, Colombia, Malasia, Filipinas y Tailandia, con una utilización intensiva de la mano de obra.

Las industrias de la energía eólica y la hidroeléctrica destacan también entre los grandes empleadores del sector de las renovables, con aproximadamente 2 millones y 1,2 millones de empleos, respectivamente.

El informe destaca algunas iniciativas prometedoras para promover la educación y la capacitación de trabajadores. Dichos esfuerzos se relacionan con la formación profesional, el desarrollo curricular, la instrucción de profesores, el uso de la información y tecnologías de la comunicación, la promoción de asociaciones innovadoras entre los sectores público y privado, y la contratación de grupos subrepresentados como el de las mujeres. 

Los representantes políticos también deben priorizar el capacitar a trabajadores del sector de los combustibles fósiles que hayan perdido sus medios de subsistencia o estén en riesgo de perderlos. Muchos poseen competencias importantes y experiencia que pueden contribuir a una industria reorientada de la energía limpia. 

El mundo ha sido testigo de un crecimiento alentador del empleo en el sector de las renovables. Sin embargo, este crecimiento puede ser todavía mucho mayor si se adopta un marco político integral que impulse la transición energética.

La importancia de este impulso es más evidente que nunca, dada la trascendencia de la situación actual. Aunque el mundo se encuentre aun lidiando con la pandemia del COVID-19, la humanidad recibe recordatorios casi diarios de lo que nos espera si no hacemos frente a las crecientes perturbaciones climáticas.. 

La necesidad de trazar un nuevo rumbo es innegable, como también son los beneficios que se pueden obtener.

La Agenda para la Recuperación Pos-COVID publicada recientemente por IRENA revela que con un programa de estímulo ambicioso se podrían crear hasta 5,5 millones de puestos de trabajo más en los próximos tres años que si se mantienen las prácticas habituales.

Esta iniciativa también ayudaría al mundo a mantenerse en la senda de la creación de los 42 millones de empleos en el sector de las renovables que prevé la Agencia en su Perspectivas Mundiales de las Energías Renovables, de aquí al año 2050.

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