Moody's ha colocado el rating a largo plazo 'Baa3' de Siemens Gamesa en revisión para una posible rebaja, tras el cese de su hasta la pasada semana consejero delegado, Markus Tacke, que ha sido relevado en el cargo por Andreas Nauen, y anunciar un nuevo 'profit warning', el tercero en lo que va de 2020.

La agencia de medición de riesgos señala en un comunicado que espera completar este proceso de revisión en los próximos tres meses. Mientras tanto, la calificación crediticia de la compañía sigue siendo 'Baa3', cambiando la perspectiva de 'estable' a 'en revisión'.

El rating 'Baa3' es el último de los escalones dentro del considerado grado de inversión, por lo que si la revisión de Moody's se salda con una rebaja en la calificación el grupo caería dentro de las notas del grado especulativo, también conocidas como 'bono basura'.

Al borde del precipicio

Moody's afirma que las debilidades en el perfil crediticio de Siemens Gamesa, incluida su exposición a medidas de cierre y restricciones de viaje, han dejado a la compañía vulnerable en estas condiciones operativas sin precedentes por la crisis del Covid-19 y "sigue siendo vulnerable a que el brote continúe propagándose".

El grupo de energía renovable ahora prevé que cerrará en pérdidas el presente ejercicio, las primeras desde que surgió el grupo fusionado en 2017. Asimismo, indicó que el Ebit positivo anticipado en el cuarto trimestre no se espera que compense completamente la evolución negativa de todo el año fiscal.

Implicaciones del relevo

Moody's añade que Siemens Gamesa ya estaba "débilmente" posicionado en la categoría de calificación 'Baa3' a fines de marzo de 2020, y la

calificación se basó "en la expectativa de mejoras de rendimiento y apalancamiento". De este modo, podría convertirse pronto en un nuevo ángel caído.

Además, los analistas de Moody's consideran que el inesperado relevo de su consejero delegado, con el cese de Markus Tacke, que estaba al frente de la compañía desde la fusión de Gamesa con la división eólica de Siemens, plantea dudas en términos del gobierno corporativo.

La agencia de calificación subraya que, dada la situación actual del mercado, no anticipa ninguna presión de calificación positiva a corto plazo y que solo una estabilización de la situación del mercado que conduzca a una recuperación en las métricas al nivel visto al final del año fiscal 2019 podría conducir a la estabilización de las perspectivas.

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