Borges cerró 2020 con una facturación de 613 millones de euros, lo que significa una reducción del 11,1% respecto al año anterior, a causa de la reducción de precios de los productos que comercializa el grupo, según un comunicado.

Tras un segundo semestre "muy complicado por los efectos de la Covid-19", la empresa cerró el ejercicio con un beneficio de 23,7 millones de euros; mientras que el resultado antes de impuestos e intereses (BAII) fue de 29,4 millones y el resultado bruto de explotación (ebitda), de 37,5 millones de euros.

Las ventas internacionales representaron el 71% de los ingresos de Borges, tras haber comercializado 307.000 toneladas de productos, con el aceite de oliva al frente con un 41% de las ventas, seguido de los frutos secos, con el 29%, y los aceites de semilla, con el 15%.

Estos resultados han permitido a la empresa reducir su deuda hasta 90 millones de euros y destinar parte del beneficio a la reactivación del sector de la hostelería, con 10,5 millones de euros.

Además, Borges ha invertido 2,5 millones de euros en la generación de empleo y las medidas de protección de los trabajadores ante la pandemia, 10 millones de euros en sostenibilidad y 2,5 millones en seguridad alimentaria e I+D.

La compañía cumplirá 125 años de historia en 2021 y para celebrar la efeméride, inaugurará la Casa Borges, que en su primera fase ha significado una inversión de 2,5 millones de euros para rehabilitar el edificio del Mas de Colom, además de adecuar la finca para cultivar pistachos, almendros, olivos y nogales.

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