Las tan esperadas cuentas de Dia han llegado este martes. Yse confirma el desastre previsto. La cadena de supermercados pierde 144,4 millones en el primer trimestre. Pero no solo eso, sino que muchas de sus cifras operativas han empeorado durante el primer trimestre del año. Un escenario que, aunque anticipado por la propia firma, se ha traducido en caídas de hasta el 10% en bolsa, hasta los 0,60 euros por acción en los cruces más bajistas de la jornada. El úlimo cambio ha sido en 0,63 euros, lo que supone un retroceso del 6,6%.

Las cifras ganan peso si se comparan con las pérdidas de 16,2 millones de eruos de hace un año, según consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Las ventas brutas del grupo cayeron un 14% hasta los 2.028 millones de euros, fuertemente penalizadas también por el efecto divisa sobre todo por la depreciación del real brasileño y el peso argentino, cuyo descuento se traduciría en una merma de solo el 2,3%, según la compañía. En términos comparables, las ventas han descendido un 4,3%, cuando hace un año esta magnitud mostraba una contracción del 3,8%. 

En este sentido, la compañía subraya que estos números muestran "una tendencia negativa y de progresiva deteriorización durante el período, como ya se anticipó en el avance de resultados publicado el 26 de abril de 2019". Además, se apunta a que la incertidumbre que rodea la situación financiera de la compañía está afectando a sus proveedores. Un retroceso en línea con el que ya había adelantado hace tres semanas, pero que no deja de empeorar la situación financiera en la que se encuentra la compañía, pendiente de que de aquí al lunes 20 de mayo se conozca el resultado de la oferta de adquisición (opa) de Mijail Fridman.

El resultado bruto de explotación (Ebitda) cayó un 77,7% hasta 12,4 millones de euros comparado con los 55,5 millones del mismo período del año anterior. La deuda financiera neta sumó un total de 1.702 millones a final de marzo de 2019, 251 millones más respecto a finales del año 2018. Así el balance consolidado de la compañía se degrada hasta unos fondos propios negativos de 308,,5 millones a finales de marzo de 2019.

Por lo que se refiere a los gastos de la reestructuración puesta en marcha por el actual consejo de administración de la compañía, se apunta hacia el "significativo" aumento en el primer trimestre a la provisión acumulada de 38,8 millones de euros para el expediente de regulación de empleo (ERE) aprobado así como a los 16,9 millones de gastos extraordinarios destinados asesorías financieras y corporativas, auditores, servicios forenses, legales, consultores estratégicos y la preparación de la fallida ampliación de capital por 600 millones de euros propuesta en la junta general de accionistas, de donde no salió adelante.

Asimismo, la discontinuación de operaciones de la división de droguerías Clarel y los establecimientos Max Descuento tuvieron un impacto negativo en el beneficio neto de 3,9 millones de euros en el periodo, según ha expuesto la cotizada.

Estos números se han dado a conocer justo un día después de que haya terminado el plazo de aceptación de la opa de LetterOne, sociedad controlada por Mijail Fridman, sobre la cadena de supermercados, está en línea con las estimaciones adelantadas por la compañía a finales de abril, que adelantó unas pérdidas trimestrales de entre 140 y 150 millones de euros.

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