El presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, durante la videoconferencia celebrada este martes.

El presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, durante la videoconferencia celebrada este martes. EU.

Banca

El Eurogrupo sopesa poner en marcha en 2025 un fondo común de garantía de los depósitos bancarios

La concentración de deuda pública en los balances se considerará un factor de riesgo que aumentará las contribuciones de las entidades.

4 mayo, 2022 03:56
Bruselas

Noticias relacionadas

Los ministros de Finanzas de la eurozona sopesan poner en marcha en 2025 un fondo europeo de garantía de los depósitos bancarios (EDIS, por sus siglas en inglés). Durante una videoconferencia extraordinaria celebrada este martes, el Eurogrupo ha examinado esta propuesta incluida en la hoja de ruta elaborada por su presidente, el irlandés Paschal Donohoe, para completar la unión bancaria

La unión bancaria se puso en marcha en 2012, en plena crisis de deuda europea, con el propósito de evitar que en el futuro el hundimiento de sus bancos arrastre a la quiebra a un Estado miembro, como ocurrió entonces con España. Pero una década después sigue siendo un proyecto incompleto por la falta de acuerdo sobre el EDIS.

En el debate de este martes tampoco ha habido acuerdo sobre la hoja de ruta. "No voy a decir que las diferencias se han resuelto. La unión bancaria sigue siendo un proyecto muy complejo desde el punto de vista técnico y económico", ha admitido Donohoe al término de la reunión.

"Algunos países han dicho que es un plan equilibrado. Un número mayor de Estados miembros reconocieron que se han hecho progresos. Pero muchos países han pedido más trabajo. Y eso es lo que vamos a hacer", asegura el presidente del Eurogrupo. El objetivo es cerrar un compromiso sobre el calendario de trabajo en la cumbre del euro que se celebrará a finales de junio.

Con el EDIS, los ahorros de los europeos hasta 100.000 euros por cuenta gozarían del mismo nivel de protección, independientemente del país en el que se encuentre su banco. El objetivo es evitar fugas masivas de depósitos como las ocurridas en España durante la crisis de 2012 o en Grecia en 2015. El Gobierno de Pedro Sánchez -y en particular la vicepresidenta Nadia Calviño- lo considera una pieza esencial para garantizar la estabilidad financiera en la eurozona.

Sin embargo, las sucesivas hojas de ruta presentadas en la última década para completar la unión bancaria han chocado con el bloqueo sistemático de Alemania y los frugales. Berlín teme acabar pagando la factura de los agujeros en los bancos del resto de países de la eurozona, en particular los del sur. Por ello, exige a Italia y España una reducción de la morosidad y penalizar la deuda pública en los balances bancarios antes siquiera de hablar del EDIS. Una penalización que preocupa a Madrid y Roma.

En un intento de sortear todos estos obstáculos, la nueva hoja de ruta que ha propuesto Donohoe plantea avanzar sistemáticamente en todos los frentes: gestión de crisis, garantía de depósitos bancarios, un mercado único para los servicios financieros y diversificación de la tenencia de deuda pública. Para vencer todas las resistencias, el presidente del Eurogrupo ha diseñado además un plan en dos fases, con un freno de emergencia que permite paralizar todo el proceso al final de la primera etapa, la menos ambiciosa.

Dos fases

El objetivo de Donohoe es que las medidas previstas en la primera fase entren en vigor en 2025. En esta etapa se crearía ya el fondo europeo de garantía de depósitos bancarios, pero con importantes restricciones. El EDIS coexistiría con los fondos nacionales y les suministraría liquidez en caso de necesidad. Es decir, no habría ninguna mutualización de riesgos, sino que el fondo europeo daría préstamos que tendrían que ser devueltos.

En paralelo, se avanzará todavía más en la armonización a escala europea de las normas para reestructurar o liquidar los bancos en quiebra. Además, se impondrán nuevos requisitos de transparencia sobre los volúmenes de deuda pública en los balances bancarios. La concentración de deuda pública se considerará un factor de riesgo a la hora de calcular las contribuciones de cada entidad para financiar el fondo de garantía de depósitos.

En la segunda fase, el EDIS ya no se limitaría a prestar liquidez a los fondos nacionales, sino que asumiría una función de reaseguro, compartiendo riesgos a escala europea. La Junta Única de Resolución (JUR) asumiría todos los poderes para reestructurar y liquidar bancos en la UE, desplazando totalmente a las autoridades nacionales. Y los bancos tendrán que pagar un recargo en caso de concentración excesiva de deuda pública en sus balances.

Para esta segunda fase no hay ninguna fecha. El paso de una etapa a otra no es automático ni dependerá de indicadores medibles, sino que responderá exclusivamente a una decisión política que además debe adoptarse por unanimidad. Es decir, Alemania podrá seguir bloqueando indefinidamente un fondo europeo de garantía de depósitos con plenas funciones.