UniCredit ha querido dejar claro que no compensará por la pérdida de remuneraciones pasadas en otros empleos a Andrea Orcel, que será nombrado consejero delegado de la entidad el próximo 15 de abril en la junta de accionistas del banco italiano.

Lo ha hecho, precisamente, en la documentación sobre las remuneraciones del equipo gestor del banco para 2021 puesta a disposición de los accionistas de cara a esta asamblea. "El paquete de remuneración no incluye ninguna remuneración dirigida a compensar al señor Orcel por la posible reducción o cancelación de remuneraciones derivadas de empleos anteriores", apunta la entidad en estos documentos.

Esta cuestión cobra relevancia teniendo en cuenta que Orcel mantiene un conflicto judicial con Santander por su fichaje fallido como consejero delegado hace dos años. Ambas partes se enfrentan en los tribunales madrileños este miércoles, fecha en la que se programó el juicio a lo largo de la vista previa celebrada hace unos meses después de que Orcel y Santander fueran incapaces de llegar a un acuerdo.

Reclama 100 millones 

El italiano reclama al banco que preside Ana Botín una compensación superior a 100 millones de euros por haber dado marcha atrás a su fichaje como consejero delegado en enero de 2019, un nombramiento que había sido comunicado al mercado el otoño anterior.

Su elección como consejero delegado del banco español implicó su salida de UBS, donde era corresponsable de la división de Inversión, con la consecuente pérdida del bonus acumulado durante sus últimos años en la entidad, cercano a 50 millones de euros.

Esta remuneración fue, precisamente, el mayor punto de fricción entre el banquero de inversión, Santander y UBS, pues ninguno de los dos bancos quiso hacerse cargo de todo el importe. Las conversaciones terminaron sin acuerdo y Santander decidió dar marcha atrás al nombramiento hace algo más de dos años al considerar inasumible hacerse cargo de este coste. 

En consecuencia, Orcel interpuso una demanda contra Santander en el verano de 2019 al considerar que el banco había incumplido su compromiso, manifestado en una carta precontractual, un documento que Santander no considera válido, sino un mero borrador.

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