Menos intereses o, directamente, hacerlas desaparecer de circulación. Los bancos llevan meses preparándose para la nueva normativa que regula las tarjetas de crédito ‘revolving’ desde el pasado 2 de enero. Con algo más de visibilidad regulatoria, fuentes del sector indican que estos plásticos no desaparecerán del todo en el corto plazo, pero sí cambiarán sus condiciones, también por el elevado riesgo de litigios que entrañan.

Ninguna gran entidad quiere arriesgarse a perder los avances en reputación que el sector ha conseguido durante la crisis, sacrificando beneficios con mayores provisiones, necesarias para afrontar la morosidad que vendrá del apoyo a familias y empresas en dificultades.  

Precisamente, el daño que la crisis ha provocado en el empleo ha favorecido que en los últimos meses, con las Navidades y en plena época de rebajas de por medio, las tarjetas 'revolving' hayan vuelto a circular por los bolsillos de los consumidores, tras un parón a la espera de la nueva regulación que frenó su comercialización por parte de los grandes bancos, según indican fuentes del sector.

El fallo de las 'revolving' obligó a WiZink a plantea un ERE de casi el 10% de su plantilla.

Las entidades explican que su exposición a este tipo de crédito se ha ido rebajando desde la última sentencia del Tribunal Supremo en contra de una tarjeta 'revolving' de WiZink, pero ahora, con la nueva orden sobre la mesa, la visibilidad para operar en este segmento parece más clara para las entidades.

Otra cosa es que quieran seguir haciendo negocio con ello. 

Fuentes del sector bancario coinciden en que la exposición a las 'revolving' es cada vez menor, después de un periodo de crecimiento en el que, según datos de Agencia Negociadora, fintech dedicada a la intermediación hipotecaria, el peso específico de este crédito sobre el total al consumo creció desde el 14% en 2018 al 20% en 2019 y al 26% a junio de 2020, últimos datos disponibles.

Del mismo modo, el importe medio que las familias cancelan por tarjetas de este tipo en una operación de agrupación de créditos ha subido de 5.000 euros en 2018, a 7.000 en 2019 y a 8.000 a junio de 2020, un 60% de incremento, según datos de la firma.

Menos intereses

Las entidades consultadas explican que, ahora, están reformulando su nueva producción con intereses por debajo del 20%. Con todo, aún se sitúan por encima de la media del crédito al consumo, que el Banco de España establece en una media del 18,1% a cierre de noviembre. 

Los tipos de interés que se ofrecen ahora en las redes comerciales pueden bajar incluso al 5% en las renegociaciones de los clientes afectados por la deuda 'revolving'. Pero cuidado. Las asociaciones de consumidores advierten que estos ‘cambios’ en el producto se producen con la condición de no reclamar judicialmente, con lo que el cliente sí ve rebajado el interés de su tarjeta, pero cierra la puerta a recuperar lo perdido hasta ahora.

La montaña de deuda

Tal y como explican desde la plataforma Reclama Por Mí, la tarjeta 'revolving' es un producto que permite flexibilizar las compras aplazando los pagos, y en el que el usuario decide la cantidad que quiere abonar periódicamente. Una opción a simple vista “sencilla y atractiva”, pero que encierra grandes peligros.

Además de ir acompañadas generalmente de falta de transparencia en su comercialización, tienen como principal característica los abusivos intereses que gravan esos pagos, generalmente superiores al 24% TAE antes de la sentencia del Supremo. Dichos intereses se hacen inasumibles y sumen al consumidor en una enorme espiral de endeudamiento

Tipo de tarjetas

“Son 'revolving' aunque el usuario no lo sepa. Se comercializan en centros comerciales, hipermercados, aerolíneas, hoteles, tiendas de muebles, tiendas de ropa o grandes almacenes bajo el nombre de empresas conocidas pero están asociadas a entidades o bancos”, explica Javier Moyano, CEO de Reclama Por Mí. 

 

Junto a las de entidades financieras como Santander, BBVA, Wizink, Sabadell, Cofidis, CaixaBank o Bankinter, desde la firma apuntan a créditos 'revolving' comercializados por firmas a las que acudimos asiduamente, como Inditex, Iberia, Renfe, Cepsa, Vodafone, Fnac, Decathlon o Meliá... “y muchos ignoran que esconden este tipo de peligros”.

El Banco de España vigila desde hace tiempo el impacto sobre el consumidor del crédito 'revolving'. Reuters

La nueva orden ministerial que entró en vigor a principios de año pretende, en este sentido, dar más transparencia a este tipo de créditos. Aunque no establece un límite a los tipos de interés aplicados, las instituciones no podrán conceder tarjetas 'revolving' sin antes asegurarse de que los solicitantes pueden cubrir sin problema el importe anual de las cuotas. La orden establece, además, que deben permitir al consumidor amortizar un mínimo anual del 25% del crédito para que no se perpetúe en el tiempo.

“Las entidades suelen omitir información importante sobre los créditos 'revolving', tanto al comercializarlos como a lo largo de la vida del contrato, para que los clientes accedan a su contratación. De haber sido conscientes de lo que han implicado estas tarjetas para miles de afectados, probablemente muchos se lo pensarían dos veces”, señala Moyano.

 

En este sentido, asegura, “la nueva orden viene a poner fin a esta problemática y logrará que los afectados, que suelen encontrarse en una situación de vulnerabilidad a la hora de contratar el crédito, estén más informados sobre los riesgos”.

 

Por último, las entidades que ofrecen estos préstamos tendrán que informar al Banco de España sobre aquellos clientes que posean créditos a partir de los 1.000 euros, en lugar de los 9.000 euros que se establecían anteriormente.

Demasiados trámites y demasiado riesgo judicial (y reputacional) que, sin duda, contribuirá a que este tipo de préstamos al consumo se vaya eliminando del escaparate bancario. O, al menos, con las condiciones que conocíamos hasta ahora. Por ejemplo, los intereses de WiZink, que superaban el 27% en muchos casos, han bajado ahora al 22% TAE, según datos recopilados por Reclamador.es.

Los intereses en los contratos de Pass Carrefour también han bajado al 20,04%, igual que la tarjeta de Ikea Visa, una de las más comunes entre los clientes bancarios. “Este crédito al consumo se comercializaba, hasta la sentencia del Tribunal Supremo, con un interés de casi el 26% y cuando se conoció el dictamen del Alto Tribunal español redujo ese porcentaje hasta el 19,99%, pero sin devolver lo pagado de más a sus clientes”, explican desde Reclamador.es.

Con Banco Santander - Consumer Finance, el gigante sueco comercializa otra de sus tarjetas revolving, Ikea Family MasterCard. Este crédito al consumo se comercializa todavía con una TAE superior al 26%.

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