Los principales banqueros del país se suman a la voz que la pasada semana alzó la Asociación Española de Banca (AEB) contra el veto impuesto por parte del Banco Central Europeo (BCE) a los dividendos en el sector.

Durante un webinar organizado por Esade Alumni, el consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez, ha mostrado su preocupación por el impacto que la recomendación del organismo monetario tiene sobre la cotización de la banca española, esperando que pronto exista una “mayor certidumbre” en torno a la polémica sobre si las entidades deben retribuir, o no, a sus accionistas en el actual periodo de crisis.

“Desde luego, espero que la recomendación no se alargue en el tiempo”, ha indicado el directivo del banco cántabro, advirtiendo que “lo que me preocupa realmente es el tratamiento asimétrico que se hace a la banca respecto a otros sectores”. Para Álvarez, si la cancelación de los dividendos no se produce a través de todos los sectores,”elevas artificialmente el capital de un sector que es la palanca y eso me preocupa mucho”.

Cotizaciones deprimidas

“La reacción de las cotizaciones es automática, sobre todo cuando los demás sectores no tienen eso mismo”, insiste Álvarez. El número dos de Banco Santander tiene claro que la situación de crisis aconseja caminar con niveles de solvencia muy elevados. “Pero eso ya lo sabemos y nuestras cotizaciones reflejan un coste de capital extremadamente elevado por este motivo”, asegura.

A su juicio, lo más importante es que se elimine la incertidumbre que provoca que la recomendación sobre los dividendos se extienda cada vez más en el tiempo. “Nos dijeron hasta octubre, después hasta final de año y ya se habla de 2021”, critica Álvarez.

“Sería mejor aconsejar que, quien no gane dinero, que no reparta dividendo, pero no se puede prejuzgar de esta manera resultados que no se han producido todavía”, indica.

En el mismo sentido se manifiestan el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, y el de Banco Sabadell, Jaume Guardiola. “Nosotros decidimos rebajar el dividendo a la mitad, justo un día antes de la recomendación del BCE, y creo que una limitación ‘a cero’ no se debe mantener”, explica Gortázar.

Fusiones... no en el medio plazo

Durante el encuentro organizado por Esade, los tres directivos también descartaron que un proceso de fusiones pueda producirse en el corto plazo. Y mucho menos transfronterizas, como recientemente han defendido el presidente de la AEB, José María Roldán, o el propio vicepresidente del BCE, Luis de Guindos.

“Es mucho más fácil que el mercado te compre las sinergias de costes que las de ingresos y, en las fusiones transfronterizas veo pocas posibilidades en este sentido”, indica Álvarez. Según explica, la eficiencia alcanzada por la banca europea con esta vía nunca será igual a la lograda por la banca en, por ejemplo, EEUU. “En Europa, una hipoteca es distinta en cada país, la regulación de insolvencias también difiere”, indica.

Respecto a las operaciones dentro de las fronteras nacionales, los banqueros también han retrasado esa posibilidad al medio y largo plazo. “Estas operaciones requieren mucho capital y tienes que hacer un ejercicio demasiado valiente de costes difícil de ejecutar ahora”, indica Álvarez. Por su parte, Gonzalo Gortázar coincide en que “ahora está todo muy revuelto”, pero cree que a largo plazo la consolidación es una de las rutas para que el sector logre ser más eficiente en el entorno de tipos actual.

El mismo mensaje manda Jaume Guardiola desde Sabadell, al asegurar que “cuando hay mucha presión en la rentabilidad, las fusiones son una ruta para compensar los costes”. Aún así, cree que de momento la banca se ‘conformará’ con las tendencias que ya ha acelerado la crisis, especialmente la operativa digital y la transformación de las oficinas.

Lecciones de la crisis

Durante el encuentro, los tres banqueros han aprovechado para repasar el papel de la banca en la crisis, recordando que aún queda un largo camino para la recuperación económica.

En este sentido, destacan que todos los actores están bien preparados para afrontar los difíciles meses que se avecinan. “Si escuchas al ICO, al Banco de España, al Gobierno, a la propia banca… todos estamos alineados en que hay una prioridad absoluta: evitar la destrucción del tejido empresarial”, aseguran.

Respecto a la paleta de soluciones para conseguirlo, los directivos de Santander, CaxiaBank y Sabadell han coincidido en que ha llegado el momento de ir más allá de los avales del ICO, reconociendo la función que este programa dotado con 100.000 millones de euros en garantías públicas ha tenido para salvar a muchas empresas de morir.

“Ahora los empresarios sanos deben pensar si van a ser viables y cómo y la respuesta no debe ser a través de más deuda”, indica Gortázar. El consejero delegado de CaixaBank insiste en que ahora hacen falta “ayudas directas, instrumentos híbridos, permitir a las empresas aumentar la inversión sin endeudarse”. Para que otras empresas con mayores dificultades sobrevivan, el directivo ha abogado por medidas como la extensión de los ERTE, incentivos a la demanda o menores tasas impositivas en negociaciones que, a su juicio, deberían dirigirse a los distintos sectores económicos como se está haciendo ya con el motor y el turismo.

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