Nuevo giro en Duro Felguera. Blas Herrero ultima una propuesta para comprar el grupo industrial. El empresario asturiano con inversiones en los sectores del turismo y de los medios de comunicación espera cerrar los flecos en septiembre para ponerla sobre la mesa antes de finalizar el año.

Para ello cuenta con el apoyo de la banca acreedora de Duro Felguera, entre la que se encuentran entidades como el Santander, BBVA, Bankia, Sabadell, Liberbank, CaixaBank y Banco Cooperativo. Según ha indicado el propio Herrero a este diario, estas entidades se han comprometido a canjear por capital parte de los 85 millones que les debe la empresa industrial.

Es decir, Herrero se convertiría en el principal accionista de la compañía, pero con los bancos como socios minoritarios y alguna otra empresa local con la que está cerrando flecos. Con esta fórmula se reduciría ostensiblemente la deuda y los bancos asegurarían una inversión de futuro en la compañía. Blas Herrero también prepara un plan industrial para relanzar el grupo asturiano.

De hecho, la propuesta del empresario está también respaldada por el Principado de Asturias, una alianza que se ha cerrado en las últimas semanas personalmente entre Herrero y el equipo de presidente asturiano, Adrián Barbón.

Para ello, Herrero se ha comprometido a mantener los puestos de trabajo de Duro Felguera. La compañía tiene actualmente unos 1.500 empleados y es considerada una empresa estratégica en el Principado. Los malos resultados en los últimos años han tenido especial impacto en el empleo reduciendo unos 10.000 puestos de trabajo, 4.800 solo en 2018.

Sin acuerdo con la banca

El acuerdo de Herrero con los bancos es clave ya que precisamente uno de los actuales lastres de la compañía es su elevada deuda y la imposibilidad del equipo del CEO, José María Orihuela, de renegociar el pasivo con las entidades bancarias.

En mayo de este año, Orihuela propuso a la banca la compra de su deuda con una quita el 85%. La propuesta fue rechazada por las entidades financieras quienes solicitaban un nuevo plan de negocio, y ahora permanecen a la espera de que se resuelva el rescate que Duro Felguera ha pedido al Gobierno.

En estos momentos, la prioridad del actual equipo directivo es conseguir liquidez proveniente del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, dotado de 10.000 millones de euros y gestionado a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

Un salvavidas para aliviar la compleja situación de la compañía. El golpe sufrido por la Covid-19 les obligó a provisionar 10 millones de euros, y el beneficio neto cayó hasta registrar unas pérdidas de nueve millones.   

Una situación ante la que la compañía ya estudiaba ventas, buscaba nuevos inversores y estaba intentando actualizar su plan de negocio. Sin embargo, todo esto ha quedado aplazado por la epidemia de la Covid-19, que ha hecho caer la contratación hasta los 40 millones de euros en el primer trimestre del año. 

"Pérdida de confianza"

En julio José María Orihuela, despidió a su número dos, Javier García Laza, y al director de recursos humanos, Alfonso Gordón.  Dos directivos de su máxima confianza que, según el comité de los trabajadores, fueron despedidos por ser "discrepantes" con la gestión de Orihuela.

La situación ha llegado al nivel de que el propio Comité de Empresa envió por esas fechas una carta al Consejo de Administración. En ella se destacaba que "desde hace tiempo este Comité viene observando que la actitud, aptitud y capacidad del CEO perjudica seriamente la compañía que tiene la obligación de proteger". 

Se trató de una misiva en la que se detalló también la pérdida de confianza en Orihuela por parte de trabajadores, clientes, proveedores, bancos y hasta de sus propios directivos. Por ello, apelaron al Consejo de Administración para que adopte las medidas necesarias para garantizar el futuro de Duro Felguera. Sin embargo, su actuación fue apoyada por la presidenta del grupo, Rosa Aza. 

Y todo ello, en medio de movimientos en la estructura accionarial. Esta semana la firma asturiana de ingeniería se quedó sin uno de los únicos dos accionistas de referencia que le quedaban de su reestructuración de 2018.

La familia Domínguez de Gor, más conocida por ser dueña de la textil Mayoral, terminó de liquidar su inversión en la compañía mientras esta negocia su rescate por parte del Estado. Las fuentes consultadas indican que es una muestra más de la pérdida de confianza en la gestión de Orihuela.

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