Amsterdam

El sector de la automoción se encuentra en medio de una mutación. Tras décadas dedicadas a la conceptualización y venta de vehículos, la evolución tecnológica por un lado y el cambio en las costumbres y necesidades de sus clientes por otro está obligando a esta industria a llevar a cabo la reconversión más profunda de su historia reciente.

El lanzamiento de Kinto por parte de Toyota es un claro ejemplo de esta tendencia. La empresa japonesa ha presentado su estrategia de productos y servicios en un evento denominado Kenshiki en la que va a realizar una decidida apuesta por los servicios de movilidad. Una oportunidad de negocio muy importante por la que cada vez empresas de sectores de lo más diversos están apostando y que tendrá un peso específico en la industria a medio y largo plazo.

El concepto de coche como producto esta evolucionando hasta convertirse en un servicio. Cada vez más usuarios deciden no tener un coche en propiedad. En lugar de pagar por poseer un automóvil, los usuarios están tendiendo a pagar sólo por el tiempo que usan el medio de transporte por el que opta.

Y es que las necesidades de movilidad, lejos de decrecer, siguen aumentando. Fenómenos como el carsharing están imponiéndose como soluciones que se adaptan mejor a las necesidades determinados clientes. La apuesta de Toyota por Kinto precisamente va destinada a intentar cubrir mejor todo el abanico de necesidades de movilidad de los actuales y futuros usuarios.

En este contexto, Toyota tiene previsto ampliar su oferta de servicios de movilidad, complementarios a las ventas tradicionales de vehículos, mediante una estrategia sustentada en base a cuatro pilares según ha detallado Johan van Zyl, presidente y CEO of Toyota Motor Europe: crear una marca diferenciada específica para atraer a nuevos usuarios de movilidad, aumentar su cuota en el mercado del renting, aprovechar la conectividad de datos y vehículos para lanzar servicios de vehículos compartidos o de suscripción y estar preparada para integrar los futuros avances en la conducción automatizada, ofreciendo servicios de transporte automatizado.

El lanzamiento de Kinto por parte de la compañía ha tenido lugar como paso previo en la constitución de dos nuevas entidades: una empresa de gestión de flotas, denominada Toyota Fleet Mobility, con sede en la ciudad alemana de Colonia, y otra de plataforma digital, llamada Toyota Connected Europe, que tiene sede en Londres.

Del 'renting' a un Blablacar corporativo

Los servicios de Kinto, que se introducirán en distintos mercados en función de su viabilidad y sostenibilidad comercial dependiendo de cada caso, serán: Kinto One centrada en el renting, Kinto Share, especializada en vehículos compartidos; Kinto Join, un servicio con un concepto similar a Blablacar pero centrado en los desplazamientos diarios al trabajo, y Kinto Flex, un servicio de suscripción de renting de vehículos. 

De esta manera, la empresa cubre un porcentaje muy importante de los segmentos que actualmente están teniendo una adopción más rápida por parte de los usuarios. A la vez, pretende posicionarse en campos que cuentan con un gran potencial en el medio y largo plazo.

El directivo español Agustín Martín va tener un importante papel. Su cargo de CEO de Toyota Connected Europe le otorga una posición privilegiada para entender los cambios que está sufriendo el mercado de la automoción. Unos cambios que entiende como profundos pero que cree sólo acaban de empezar.

"Vamos a ver evolucionar mucho la foto actual. Estamos en un momento de transición. Tenemos que ser capaces de ofrecer servicios y productos rápido para ser un jugador relevante lo antes posible. Pero el escenario de mañana evolucionará muchísimo. Así que no podemos tomar decisiones rígidas respecto a los casos de uso actuales. Estamos en un momento de aprendizaje en el que, sobre todo, tenemos que ser capaces de dotarnos de las capacidades para ser exitosos en el futuro", explica.

En este nuevo paradigma de la movilidad la capacidad de las empresas de recolectar datos resulta una de las mayores ventajas competitivas. Una cuestión que cada vez está pasando más de lo cuantitativo a lo cualitativo. Si importante es conseguir una gran cantidad de información, cada vez más los esfuerzos se centran en obtener datos de mayor valor.

Y es que contar con los datos adecuados puede permitir a una empresa a ofrecer los productos y servicios más alineados con las necesidades reales de los clientes. En el caso de la movilidad, se da la paradoja de cada vez más empresas tienen acceso a datos de más calidad que los propios departamentos y empresas de transporte de las ciudades. Una circunstancia que hace vital la colaboración publico-privada.

"Actualmente ya contamos con relaciones muy profundas con ciudades de Japón en este sentido. Nuestra gran posición en el país nos ofrece la posibilidad de contar con datos de gran calidad que son muy complementarios a los de las ciudades. Ahora, estamos trabajando en esa dirección con muchas ciudades en Europa. Estamos muy abiertos a colaborar en este sentido y creemos que en el futuro será algo muy valioso tanto para nosotros como empresa como para las ciudades", señala Martín.

En este contexto, el concepto clásico de competencia también evolucionará. La colaboración entre distintos estamentos, pero también entre empresas que compiten por los mismo clientes, cada vez va a ser más habitual. Ninguna empresa va a ser capaz de ofrecer por sí sola una solución total para los usuarios. El negocio de la movilidad se presenta como un puzle en el que cada participante aportará valor allí dónde su know how y sus capacidades le ofrezcan un mejor conocimiento para la materia. Una nueva configuración del negocio para la que Toyota ya está preparando sus piezas. 

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