La hora del cortejo ha llegado para Bolsas y Mercados Españoles (BME). Después de años siendo la eterna novia del sector, por fin le ha llegado un pretendiente con intenciones formales de matrimonio. Y, aunque el mercado descuenta que otros como Euronext podrían batirse en duelo por hacerse con la española, los analistas consideran que la “generosidad” de la oferta de Six es tal que complica y mucho la posible aparición de rivales.

En las últimas semanas los rumores que apuntaban al interés de grupos internacionales por BME habían recobrado la fuerza. Euronext, que hace unos pocos meses se hizo con el control de la sociedad rectora de la Bolsa de Oslosonaba como el pretendiente esperado durante años en Madrid. Sin embargo, y aunque tal y como ha reconocido la cotizada española los rumores no iban desencaminados, los suizos de Six Group han sido más ágiles y, sobre todo, muy espléndidos en su puja por la eterna novia del sector.

La irrupción de la sociedad rectora de la Bolsa de Zúrich después de semanas apuntando al gestor paneuropeo de mercados bursátiles es lo que ha llevado al mercado a descontar una probable guerra de ofertas y contraofertas por el control de BME. Tanto que, a pesar de los 34 euros por acción que se han puesto sobre la mesa implican ya unos múltiplos exigentes, los inversores no han dudado en aupar los títulos de la española por encima de esta cota. Este lunes en el que se han conocido las líneas básicas de la oferta pública de adquisición (opa) de Six se ha llegado a superar en un 4,4% el importe ofrecido por los suizos.

El analista Nicolás López, de MG Valores, lo tiene claro: “La sorpresa la han dado los suizos con una buena oferta y más si se tiene en cuenta que el negocio de BME está en retroceso desde hace años”. Así se refiere a la constante contracción de volúmenes de negociación que sufre el mercado bursátil oficial español a consecuencia del auge de la contratación a través de plataformas secundarias y la operativa a través de derivados como los contratos por diferencias (CFD).

Dos son las claves a las que López atribuye el inesperado paso al frente de Six Group. En primer lugar, que se crean sinergias claras que el grupo ya ha esbozado, como el hecho de que las dos sociedades darían lugar a la tercera más potente de Europa por volúmenes negociados. En segundo lugar, pero no menos importante, que “la importancia de ser el primero radica también en que siempre se tiene ventaja en la ley de opas”.

LA VENTAJA DE LLEGAR PRIMERO

En este sentido, la normativa española reconoce al primer oferente ciertos privilegios que el resto de contendientes se pierden si hay una lucha de opas. De momento, Six Group tiene un mes para presentar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su oferta pormenorizada. Aunque Euronext o un tercero tuviesen lista su propia puja antes que los suizos, el supervisor no pasaría a revisar sus términos hasta haber hecho lo propio con la de primeros. Además, en el caso de que sí se estableciera una contienda por el control de BME, el último en llegar está obligado a mantener su puja hasta el final y mejorar siempre las precedentes, mientras que los primeros en llegar pueden tirar la toalla sin mayores consecuencias en cualquier momento del proceso.

Por lo que se refiere a la mejora, la ley de opas establece que ha de entenderse esto como la ampliación de la oferta a un mayor número de títulos o el ofrecimiento de una contraprestación más abultada en la compra. Puesto que Six Group se dirige al 100% del capital de BME, la única vía posible estaría en rebasar los 34 euros por acción que se han anunciado. Un precio que, según Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4 Banco, “es atractivo y generoso”. Pero no solo por la prima del 34% que suponía sobre la cotización inmediatamente anterior al anuncio, sino porque implica un PER de 23 veces (ratio de precio sobre beneficios por acción) y nada menos que 15 veces su Ebitda.

Ante estas cifras, Aguirre se pregunta “cuánto más van a poder mejorar la oferta los que vayan a venir”. Y en el caso de Euronext le cuesta creer que vaya a dar batalla cuando la compra de la Bolsa de Oslo la saldó con unos múltiplos un 15% más bajos. A la experta no se le pasa por alto que mientras que el aglomerado con sede en Ámsterdam ya tiene una amplia presencia en la región, para Six Group la toma de BME representa la puerta de entrada para la Unión Europea y, especialmente, para Latinoamérica.

Por otra parte, señala que la operación debe contar con el visto bueno de multitud de supervisores y administraciones públicas por tratarse de un sector tan sensible como los mercados oficiales nacionales de acciones. Esto es lo que la lleva a asegurar que “el proceso se alargará un poco”.

La posibilidad de que el proceso se dilate en el tiempo, lleguen nuevos novios formales o no para BME, es clave para Joaquín Robles, analista de XTB. El experto considera que mientras haya posibilidad de que aparezca un competidor, “nadie va a querer vender por debajo del precio de la opa”, lo que podría dar la oportunidad a muchos de deshacer posiciones a un importe más generoso que los 34 euros que, por ahora, parecen asegurados salvo que los supervisores echaran atrás una oferta que, reconoce como sus colegas, “nos ha cogido por sorpresa”.

DE LA SORPRESA A LA OPORTUNIDAD

Este asombro, además, ha sido doble. Ya que el mercado no esperaba un movimiento tan ágil de Six Group, pero sobre todo no esperaba una valoración “tan buena”, explica Robles. En este sentido, el precio que ofrecen supera con holgura lo que venían apuntando los rumores en las últimas semanas y sobre todo el precio objetivo de consenso que le venían marcando los analistas: 26,42 euros por acción. La prima es del 29% para un BME que, fuera del Ibex 35 desde junio de 2015, se tenían que conformar con un consejo de consenso de mantener posiciones. Apenas dos de los 10 analistas que más de cerca siguen su evolución recomendaban hasta ayer la compra de sus acciones.

La estrategia de hacer caja antes de que la euforia por una guerra de opas que los analistas ven complicada es la que ha seguido, entre otros muchos, el gestor Alejandro Varela, de Renta 4. El fondo Fondemar en cuya gestión participa ha aprovechado “el momento que todos llevábamos años esperando” con la reducción a casi la mitad de la inversión que tenía en acciones de BME. El experto señala que “después de siete años de rumores de compra”, las noticias aparecidas ya durante la semana pasada ayudaron a deshacer posiciones con plusvalías, que en cualquier caso se podrían repetir porque “el compromiso de pago en efectivo de 34 euros por acción fija un suelo de cotización muy marcado”.

Otro de los fondos que cuenta con una mayor exposición de su cartera a BME es, según los últimos datos remitidos por las gestoras a la CNMV, el EDM InversiónRicard Vidal, cogestor de este vehículo, subraya que su posición en la sociedad rectora de los mercados españoles estaba motivada, además de por unos sólidos fundamentales como 270 millones de euros de caja neta y una generación de flujos de caja anual cercanos a los 130 millones de euros, por la expectativa de la revalorización que implicaría una opa “en un contexto de consolidación de la industria en Europa”

Los analistas de Bankinter, que tienen una opinión neutral sobre un valor al que no ven potencial más allá de los 25 euros por acción, se han sumado a la estrategia del paso por caja aprovechando la euforia desatada. En una nota publicada este mismo lunes aconsejan a sus clientes vender “un tercio de la posición ahora y esperar con el resto de las posiciones a que se formalice la oferta de Six”. Entonces, su consejo sería aguardar hasta el final del plazo de aceptación, “por si Euronext lanza una oferta a un precio superior”. Y es que la contraopa podría ver la luz desde ahora mismo hasta cinco días antes de que acabase el plazo de aceptación de la oferta de los suizos, en cuyo caso la maquinaria de la operación se pararía y se establecería un nuevo calendario común para las pujas en contienda.

UN MES Y 20 DÍAS DESPUÉS

A la espera de que Six Group remita su folleto al supervisor del mercado español y este lo admita a trámite, fecha a partir de la cual habrá que esperar un máximo de 20 días hábiles para conocer su veredicto -si bien el plazo se reinicia cada vez que la CNMV pide aclaraciones o documentación adicional que justifique el folleto de la operación- o lleguen inversores más generosos, el futuro de BME pasa por sus accionistas. Y su accionariado es uno de los más atomizados del parqué como compañía histórica de la bolsa española que es y porque su elevada retribución por dividendos atrae a muchos pequeños inversores.

El último informe anual de la sociedad, un 95,3% de sus inversores son minoritarios, españoles en un 99,2% de los casos y con una cartera media que ni siquiera alcanza los 1.500 títulos. Con todo su capital flotante supera el 87% de su accionariado. Así se explica también que ayer lunes los volúmenes se disparasen hasta los 10,8 millones de títulos negociados, cuando su media diaria anual se queda en apenas 170.000 acciones, según datos oficiales recogidos por Infobolsa. La especulación está servida.

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