Insiste Enagás en que descarbonizar no es lo mismo que electrificar; al menos, que no es solo eso. Por eso, creen en la compañía que la apuesta por el gas renovable tiene cada vez más sentido en el marco de la transición energética.

"A largo plazo, para alcanzar una economía neutra en carbono, la electrificación está limitada tanto a nivel técnico como económico", argumentaba este martes el presidente del gestor de la red gasista, Antonio Lladrén, durante la conferencia con analistas posterior a la presentación de sus resultados de los primeros nueve meses del año.

Por eso, apunta la compañía, es necesario promover soluciones renovables para la descarbonización de la matriz no-eléctrica, que hoy representa "tres cuartas partes de nuestras necesidades energéticas y seguirá siendo al menos la mitad del futuro suministro neutro en carbono", según los escenarios de la Comisión Europea a 2050.

La apuesta: los gases renovables. Para Enagás, dotarán al futuro sistema energético de la "flexibilidad y seguridad" de suministro, y serán "clave" para el cumplimiento de los objetivos climáticos anunciados por el Gobierno.

No en vano, y para impulsar sus proyectos de gases renovables, la compañía acaba de aprobar la creación de una nueva filial, EnaGasRenovable, que integrará los proyectos como Power to Green Hydrogen Mallorca, proyectos power-to-gas, y acuerdos para promover el biometano y la economía circular, entre otros ámbitos. No obstante, no hacen públicas todavía las cifras de inversión en este ámbito. 

El hidrógeno, protagonista

La apuesta de Enagás se basa en energías renovables no eléctricas: biogás/biometano e hidrógeno verde. En la presentación de resultados, la compañía resaltaba que, con vistas a la neutralidad en emisiones, el hidrógeno se posiciona como el "vector de cierre" del sistema energético.

A su juicio, esta energía cuenta con un potencial ilimitado, capaz de permitir el almacenamiento estacional de energía y cubrir la demanda de todos los sectores: industria, transporte, generación y edificios. El hidrógeno verde, en el que está centrada la apuesta de Enagás, se produce por electrólisis del agua a partir de electricidad proveniente de fuentes renovables, mediante un proceso que no produce emisiones de CO2.

Entre sus ventajas se encuentra que, para utilizarlo, la inversión en infraestructuras no sería demasiado relevante, puesto que las infraestructuras gasistas que ya existen están preparadas técnicamente para transportar tanto biometano como hidrógeno por la red de gasoductos. Enagás opera 12.000 kilómetros de ellos.

Planes que ahora tienen una filial que los agrupa pero que vienen desarrollándose en los últimos años. En este sentido, el operador gasista ha firmado acuerdos con varias compañías como Ence, para obtener gases renovables a partir de biomasa; Ferrovial, para el desarrollo del biogás; o Toyota España y Urbaser, para promover la primera estación de repostaje de hidrógeno acondicionada de España para turismos. 

Asimismo, ya ha dado la mano a organismos públicos como el Gobierno de Aragón o el Principado de Asturias para desarrollar proyectos de gases renovables.

Recorte de la CNMC

Enagás presentaba sus resultados de los últimos meses con la vista puesta en las circulares que prepara la CNMC, que, si se mantienen como en los borradores, convertirán al gestor de la red gasista en uno de los grandes afectados. De momento, la compañía que preside Lladrén confía en que la regulación sea "coherente" y permita al sector energético "seguir apostando por la transición energética y la descarbonización". 

Con todo, la compañía obtuvo un beneficio neto de 333,1 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que representa un incremento del 2,3% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.

El grupo indicó que la aportación a sus ganancias de las sociedades participadas a 30 de septiembre asciende al 29,5%, aumentando respecto al año pasado (20%). Así, destacó la contribución de la estadounidense Tallgrass desde el pasado 1 de abril y de Desfa (Grecia) desde diciembre del año pasado, así como una mejor aportación de GNL Quintero (Chile) y TGP (Perú).

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