Presidente del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos y presidente del Colegio de Gestores Administrativos de Madrid, Fernando Santiago Ollero sabe de lo que habla y lo expone con firmeza. Defiende la necesidad de agilizar el proceso para crear una empresa, reclama una mayor estabilidad política aunque, eso sí, matiza que las empresas siguen a lo suyo pese a la "inacción de los políticos" y lamenta que España haya parado el motor de las reformas. Y no se muerde la lengua acerca de la nueva normativa para el registro horario. "Es una norma puesta en marcha para ser incumplida", afirma. 

Pregunta (P.): En España siempre existe la sensación de que crear una empresa exige superar una montaña de burocracia. ¿Cuánto hay de cierto y cuánto hay de mito? 

Respuesta (R:): Me gusta decir cuando hablo de este tema que la persona que quiere crear una empresa no es que corra una carrera de obstáculos, es que se está encontrando permanentemente obstáculos en su carrera. Nuestro derecho, que procede del derecho romano, consiste en legislar y legislar, generar normativa que en muchas ocasiones no se puede cumplir; ni siquiera el Estado pueda cumplirla.

Se ha mencionado en numerosas ocasiones que montar una empresa puede hacerse en 24 horas, pero en la gran mayoría de las ocasiones esto no es cierto. Hay que tener en cuenta que montar la empresa no es firmar los papeles y dejarla constituida. Montar la empresa tiene más cosas: darse de alta en la seguridad social, registrar el nombre, pedir la licencia de apertura... Desde que se tiene la idea hasta que se pone en marcha pueden pasar meses, siempre que no se quiera empezar de forma alegal.

A la hora de ser empresario, de montar un negocio, hay dos grandes frustraciones: la lentitud burocrática y la economía sumergida. No es posible competir con distintas reglas.

"Nosotros hacemos todo aquello que el empresario o el autónomo no quiere hacer, todo lo que no aporta valor a su idea, pero que es necesario para ponerla en marcha"

P.: Luego, con la empresa ya creada, las exigencias no acaban. ¿Qué trámites se les suelen atragantar más a las empresas o son más engorrosos?

R.: Cuando una persona tiene una idea y quiere ponerla en marcha, lo normal es que su pensamiento, su preocupación, se centre en desarrollar la idea, en venderla, en conocer el mercado al que se dirige y su competencia… Cualquier otro tema suele ser un inconveniente para el emprendedor, autónomo o empresario. Debe aprenderse las normas contables, las fiscales, las laborales… porque cada vez más los temas de 'compliance', las obligaciones tributarias o las mercantiles son más exigentes. Y si es duro comenzar una aventura empresarial imagine, además, tener que convertirse en un experto en estos temas.

Nuestra experiencia nos dice que, en general, todos esos tramites, necesarios pero accesorios para el negocio, son un verdadero engorro para quien tiene un negocio. Precisamente ese es el valor de nuestro papel: nosotros hacemos todo aquello que el empresario o el autónomo no quiere hacer, todo lo que no aporta valor a su idea, pero que es necesario para ponerla en marcha.

"La única certeza que tengo en este momento sobre el Registro Horario es que la norma es de imposible cumplimiento. Es una norma puesta en marcha para ser incumplida"

Esto se podía haber hecho de otra forma. Una declaración responsable de la empresa y del trabajador podría haber sido suficiente. Y un mayor diálogo con asociaciones, confederaciones empresariales… hubiera permitido conocer las especificidades de cada sector y de cada tipo de empresa, lo que podría haber ajustado más la norma a la realidad empresarial española.

P.: ¿Y qué hay de los autónomos, cuáles son las gestiones en las que requieren más ayuda o perciben más trabas? 

R.: Los problemas y las trabas son las mismas. Hay que tener en cuenta que un porcentaje muy importante de nuestras empresas son micropymes, 1 o 2 trabajadores. Imagina que, además de tener que preparar tu producto, comprar y vender, atender a los clientes, abrir nuevas puertas, tienes que dedicarle tiempo y aprendizaje a preparar toda la documentación que te exige la legislación. Y que si no cumples puede tener consecuencias administrativas, pero también penales.

P.: ¿Hasta qué punto el nuevo mundo digital facilitará la vida de las empresas y los autónomos en todas sus gestiones contables, fiscales, administrativas…? ¿Está la Administración (local, regional, autonómica, estatal) lo suficientemente preparada para ello?  

R.: La Administración Estatal es la más avanzada telemáticamente en Europa. Funciona muy bien, y todos los trámites se pueden realizar telemáticamente. Sin embargo, la Administración Autonómica no está ni muchos menos tan avanzada y la Local suspende en trámites telemáticos. Difícilmente se puede obligar a los ciudadanos a presentar los trámites de forma telemática y no se ha tenido en cuenta que la Administración Local no está preparada para ello. La Agencia Tributaria y la Seguridad Social, con la Dirección General de Tráfico, son ejemplo en el mundo. Cuando salimos de la Administración estatal, nos dan un serio repaso en Europa.

P.: ¿Cómo está desarrollándose el control de los registros horarios en las empresas? ¿Cumplirá esta medida su cometido?

R.: En estos momentos, las dudas sobre la puesta en marcha del Registro Horario, la forma de controlar el mismo, son infinitas. La única certeza que tengo en este momento es que la norma es de imposible cumplimiento. Es una norma puesta en marcha para ser incumplida.

Mucho se ha hablado sobre el control y revisión que va a llevar a cabo la Inspección de Trabajo y puede que lo hagan... pero, ¿a costa de qué? No existen los medios suficientes y si se pone 'toda la carne de la inspección en el asador' tendrán que dejar de ver otras cosas.

Además, el 'café para todos', que es lo que hace la norma, no es viable. No es lo mismo una empresa con un centro de trabajo que con varios. Con personas que se mueven entre los centros, en la calle, viajes nacionales o internacionales, el campo, los periodistas asistiendo a desayunos, entrevistas… Pero al difícil control requerido por la norma, le unimos que algunas empresas, ante el temor de posibles sanciones, están incurriendo en inversiones posiblemente muy superiores a las necesidades reales

"Es evidente que no se puede vivir sin Gobierno, pero parece que cada vez más a ciudadanos y empresas les preocupa menos su inacción"

P.: Como gestores administrativos, están en contacto muy directo con la denominada economía productiva, con la economía real. ¿Cómo está viviendo esta economía productiva la incertidumbre política actual y de los últimos años?

R.: Creo que una de las conclusiones más importantes que hemos sacado del período de crisis económica y política que hemos vivido es que las empresas no esperan a los Gobiernos. Hemos pasado largos períodos sin Gobierno, con Gobiernos en funciones, con casi permanentes elecciones, con dificultades para que los partidos se pongan de acuerdo para nombrar un Presidente, y a pesar de ello, las empresas, grandes, medianas y pequeñas, han seguido tirando de nuestra economía.

Es evidente que no se puede vivir sin Gobierno, pero parece que cada vez más a ciudadanos y empresas les preocupa menos su inacción. Pero no es menos cierto que para acabar definitivamente con la larga crisis que nos deparó el comienzo del siglo es preciso, de una vez, encontrar un período de estabilidad política que nos permita a todos no desviar esfuerzos a cosas distintas que establecer una entorno adecuado para empresas y para los ciudadanos.

A los gestores administrativos nos preocupa la situación por varios motivos. Por nuestros clientes, que se pueden ver afectados por este escenario. Por la Administración, pues nosotros trabajamos muy de la mano de ella, buscando facilitar las gestiones que empresas y ciudadanos deben realizar frente a ella. Y, por supuesto, por nosotros mismo; somos también empresarios y cuanto más cierto y estable sea nuestro entorno mejor nos encontraremos nosotros.

P.: ¿Tiene la sensación de que España está perdiendo un tiempo precioso para hacer las reformas que requiere la economía? ¿Qué reformas entiende usted más urgentes y necesarias? 

R.: Entendemos que sí, que estamos perdiendo un tiempo precioso. Mientras nuestros vecinos están más preocupados por su situación económica, nosotros estamos inmersos en el 'día de la marmota política'. Y el mercado laboral, el fiscal, el mercantil, por ejemplo, requieren una revisión a la luz de los resultados que se están obteniendo en los últimos años.

Simplificar toda la normativa relacionada con la burocracia para crear empresas, facilitando la creación de las empresas, la puesta en marcha de los negocios, es una reforma que hay que acometer de manera inmediata. 

La existencia de un mercado único real, con legislaciones iguales con independencia de en qué punto del país nos encontramos, es también una necesidad perentoria. Y que debe ser objeto de un gran pacto de Estado para que no dependa de los intereses de los partidos según Comunidad Autónoma y si están gobernando o en la oposición. Y otros aspectos que de forma más directa de lo que parece nos afectan: reforma de la educación y reforma sanitaria. 

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