Los banqueros coinciden: para ser más rentables hay que reforzar la relación con el cliente. Y en este punto, su mala reputación es un bache difícil de superar. Sobre todo porque, aunque el sector se empeña en defender que “no todos somos iguales”, el goteo de escándalos es constante y afecta a toda la industria. 

Así ha ocurrido recientemente con la resolución del Popular y su adjudicación a Banco Santander, con el juicio por la salida a bolsa de Bankia o la trama de las supuestas escuchas en el BBVA. Los directivos bancarios son conscientes del grave problema que este contexto supone para la evolución de su negocio. Tal vez por eso, el ambiente en las presentaciones de resultados anuales que han tenido lugar estos días ha sido algo más tenso que en ocasiones anteriores. 

"Los banqueros están molestos. Piensan que pagan justos por pecadores"

Los banqueros están molestos. Piensan que pagan justos por pecadores. Pero los casos judicializados demuestran que pocas casas se libran de los ‘líos’. Pese a ello, la autocrítica dentro del sector es más bien escasa. “A los periodistas solo les interesa lo malo”, criticaba Ana Botín esta semana durante la presentación de resultados del Santander. “Nuestra historia va de ayudar a las personas, pero lo positivo no vende”, insistía la directiva, consciente sin embargo de que “tenemos que ser capaces de mejorar”.

Es el mismo mensaje que defiende María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter. Lo dijo alto y claro el año pasado: “No somos ONGs y no tenemos que pedir perdón todos los días”. En la última presentación de cuentas de la entidad, la directiva volvió a mostrar su pesar ante las críticas de la ciudadanía al sector. “Algún día la sociedad entenderá todo lo que hacemos por ella, del valor de los bancos para el crecimiento”, apuntó. “No todos somos iguales y algunos no tenemos ningún lío”, aseguraba, insistiendo en que “la banca hace posible los sueños de la gente”. 

OBJETIVO: ESQUIVAR LAS CRÍTICAS

Las respuestas en los encuentros con los medios han ido todas en la misma dirección: “¿Hipotecas multidivisa? Jamás he visto a nadie tan feliz como cuando se compra su primera casa”, “¿la crisis del Popular? "El rescate del banco habría costado 36.000 millones a los contribuyentes, lo que supone 3.000 euros a cada familia y eso también hay que decirlo”. “¿La trama Villarejo? Francisco González ha sido un banquero modélico”.

Los banqueros reconocen que este último escándalo supone un serio problema de reputación para todos. “Siempre afecta cuando hay cosas inciertas y difíciles de entender, porque la gente piensa que somos todos iguales”, insiste el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliú. El propio presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, que trabajó más de 30 años en BBVA, reconoce que “ha sido una enorme sorpresa” tanto para él como para su consejero delegado, José Sevilla. “Es esencial que la investigación termine cuanto antes porque el negocio bancario se basa en la confianza del cliente", coincidía Jordi Gual, presidente de CaixaBank. 

A pesar de reconocer del daño provocado, todos cierran filas en torno a Francisco González y al propio BBVA. Las frases de apoyo se han repetido en todas las presentaciones de resultados de los competidores: “Francisco González es un banquero modélico”; “BBVA es un gran banco y un gran competidor al que respetamos mucho"; “es una gran entidad que ha hecho buena gestión durante la crisis y estoy convencido de que trabajan con la máxima diligencia”, son solo algunas de ellas. 

El propio Carlos Torres, actual presidente del BBVA, ha asegurado que no pedirá a González que abandone la presidencia de honor del banco si no se demuestra su implicación en la trama de las supuestas escuchas. “Yo creo a Francisco González”, sentenció firme este viernes ante la avalancha de preguntas de los periodistas.

LABOR SOCIAL

La banca lleva tiempo intentando borrar el ‘sambenito’ que desde hace años acompaña al sector. Las malas prácticas y las sentencias en su contra han complicado el objetivo. Por eso, las entidades también han aprovechado estos días de exposición pública para sacar músculo de su labor social. En este sentido, CaixaBank sigue siendo líder en su compromiso social. “Estamos presentes en el 94% de los municipios con más de 5.000 habitantes”, apuntan desde la entidad, donde señalan también las 26.000 viviendas de alquiler social y los 13.668 voluntarios con los que cuenta la entidad. 

Los banqueros se han cuidado, también, de demostrar que las entidades tienen sus propias cargas fiscales. “Los impuestos devengados y recaudados por la actividad de BBVA en España ascienden a 9.752 millones de euros”, recordaba Carlos Torres. Con una enorme diapositiva titulada “Impacto positivo en la vida de las personas” como telón de fondo, el banquero recordó que BBVA contribuye a la sociedad con 125.627 puestos de trabajo, 61.434 proveedores a la generación de riqueza, además de una aportación directa de más de 100 millones de euros para programas sociales y un fuerte impulso a la financiación sostenible. Cifras de las que también han presumido otras entidades. “Contribuimos a la sociedad, ayudamos a la compra de vivienda, a que las personas tengan sus pensiones bien gestionadas, al desarrollo sostenible…”, aseguran.

Mismo mensaje en Banco Santander, donde Ana Botín se encargó de dejar claro que “ya pagamos muchos impuestos, con una tasa efectiva del 35%, 5.200 millones de euros”. Los directivos coinciden en que la clave está en que la sociedad conozca todos estos detalles que definen la importancia del sector bancario en el crecimiento económico de un país. Al menos, y pese a la poca autocrítica, todos ellos ya asumen que el riesgo no financiero es tan relevante como el de negocio para el futuro del sector. 

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