Mediaset ha vivido un verdadero calvario bursátil durante el año 2018. La compañía audiovisual cerrará el curso con un valor bursátil menos a los 1.800 millones tras dejarse un 40% de su valor en lo que va de año. En 2014 valía 4.200 millones, en 2016 3.600 millones y el año pasado 3.100 millones de euros. 

Una caída que no ha podido evitar Paolo Vasile, responsable del crecimiento de la cadena, pero que también la ha acompañado en su caída. Mediaset cerró en 5,46 euros el pasado jueves, el valor más bajo desde noviembre de este mismo año, el momento de mayor debilidad de estas televisiones durante la pasada crisis económica.

Estos resultados ponen el colofón a un irregular año para las televisiones en abierto y en especial para Mediaset. En este curso ha mantenido a duras penas sus ingresos, pese al positivo efecto del Mundial de Rusia en sus cuentas. Del mismo modo, todas las previsiones indican que reducirán sus ingresos por publicidad durante el año 2018.

La televisión ha cambiado y Mediaset están tardando en hacer las reformas estructurales para adaptarse a los nuevos consumos, una tarea fundamental que Paolo Vasile y su equipo deben abordar cuanto antes, si no quieren que Netflix, HBO y las televisiones privadas les sigan comiendo cuota de mercado.

La cadena presidida por Silvio González bajó la semana pasada de la barrera sicológica de los mil millones de euros de valor bursátil. Cerró por debajo de los 980 millones, el equivalente a su facturación anual y muy lejos de los 2.600 millones de 2014, los 2.300 de 2016 o los 1.960 del año pasado. De esta manera, en solo doce meses la cadena se ha dejado un 50% de su valoración.

Los analistas consultados indican que Atresmedia no muestra mayores esfuerzos por abordar la digitalización y por apostar por nuevas formas de consumo. Es así como siguen uniendo sus estrategias a la televisión tradicional, acorralada en todo el mundo por nuevas plataformas como Netflix, HBO o OTT de operadores tradicionales como Disney.

En este contexto, en que se espera que reduzca sus ingresos publicitarios por primera vez en un lustro, la cadena ha decidido dar un giro en su política comercial. Atresmedia ha terminado con la pauta única, su estrategia que situaba anuncios publicitarios en bloque en todas sus cadenas de televisión.

No obstante, este giro -lejos de intentar dar un nuevo aire a su publicidad- es un guiño a Competencia para eludir la millonaria multa que prepara el regulador por colusión publicitaria. Con todo este peligroso cóctel mucho tienen que cambiar las cosas para que Silvio González enderece el rumbo.