COMO LEONES: Antonio Huertas

Empresas

17 septiembre, 2018 02:49

Antonio Huertas o el mérito del chico humilde que contestó a un anuncio

El presidente de MAPFRE, Antonio Huertas Mejías, recibió el viernes la Medalla de su pueblo natal, Villanueva de la Serena. Fue un acto tan solemne como emotivo, en el que quedaron patentes los méritos del que tal vez sea el presidente del Ibex menos predestinado por sus orígenes al éxito empresarial.

Nacido en 1964 en el seno de una familia modesta, en esta localidad extremeña, Huertas estudió Derecho en Salamanca y, al terminar la carrera, contestó a un anuncio por palabras en el que MAPFRE pedía universitarios sin experiencia para vender seguros. El sueldo eran sólo 60.000 pesetas, pero su padre le hizo ver que era mucho más de lo que había ganado hasta entonces.

Huertas aprovechó la oportunidad y, a lo largo de 30 años, fue ascendiendo peldaño a peldaño en la escala de la compañía hasta alcanzar la cima, como uno de los más jóvenes presidentes del IBEX. Su comprensión de la tecnología, su capacidad de liderazgo y su integridad personal fueron las claves.

Aunque estuvo rodeado de sus familiares y amigos, el viernes Huertas aprovechó la ocasión para dejar claros algunos de sus principios, no sólo en relación a la ética de los negocios, sino también a cuestiones como la perspectiva extremeña de la unidad de España en un mundo globalizado y, sobre todo, la importancia de la calidad en el sistema educativo.

Antes de recibir la medalla, Antonio Huertas se encerró con un par de docenas de estudiantes de bachillerato del pueblo, escuchó sus inquietudes y les transmitió un mensaje muy claro: si yo he podido llegar, vosotros también podéis. O lo que es lo mismo: en una sociedad democrática y abierta, el talento y el empeño tienen recompensa.