Turistas en una playa de Dubrovnik

Turistas en una playa de Dubrovnik Reuters

Macroeconomía

Croacia adoptará el euro el 1 de enero de 2023 tras el dictamen positivo de Bruselas

El país balcánico cumple todos los criterios de convergencia económica y se convertirá en el vigésimo miembro de la eurozona.

1 junio, 2022 17:00
Bruselas

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Los turistas españoles que quieran visitar la ciudad medieval de Dubrovnik o las playas de Split ya no necesitarán cambiar de moneda desde el próximo año. La Comisión Europea ha recomendado este miércoles la entrada de Croacia en el euro a partir del 1 de enero de 2023. La eurozona se amplía pese a las turbulencias provocadas por la Covid-19 y la guerra en Ucrania, sobre todo en los precios y en las cuentas públicas.

Tras realizar un examen en profundidad, Bruselas ha llegado a la conclusión de que Croacia cumple todos los criterios de convergencia económica exigidos por los Tratados en materia de inflación (aunque aquí recibe un aprobado raspado), déficit público, estabilidad del tipo de cambio, tipos de interés a largo plazo e independencia de su banco central.

El dictamen positivo de Bruselas (y también del Banco Central Europeo) todavía no es el final del proceso. La adhesión de Croacia al euro se aprobará en el Ecofin del 17 de junio y será ratificada en la cumbre de líderes europeos del 23 y 24 de junio. También la Eurocámara debe dar su opinión en las próximas semanas. La decisión final se tomará en la reunión de ministros de Finanzas del 12 de julio, donde se fijará el tipo de cambio irreversible entre la kuna croata y el euro.

La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, ha sido la primera en felicitar a Croacia por adoptar la moneda común. "Menos de una década después de adherirse a la UE, Croacia está ahora preparada para entrar en la eurozona el 1 de enero. Esto fortalecerá la economía del país y beneficiará a sus ciudadanos, empresas y la sociedad en su conjunto", ha dicho en un comunicado.

Símbolo de unidad

"La adopción del euro por parte de Croacia también hará más fuerte a la moneda única. 20 años después de la introducción de los primeros billetes, el euro se ha convertido en una de las monedas más potentes del mundo y ha mejorado la vida de millones de ciudadanos en toda la Unión. El euro es un símbolo de la fuerza y la unidad europeas", ha destacado Von der Leyen.

Croacia se convertirá así en el vigésimo país miembro de la eurozona. Tras sumar sus cuatro millones de habitantes, el club que comparte la moneda única alcanzará una población total de 347 millones (es decir, el 77,4% del total de la UE). Se trata de la primera ampliación en ocho años: el último país en adherirse fue Lituania en 2015.

Cuando se creó el euro en 1999, el club contaba con 11 miembros: Alemania, Francia, Italia, España, Portugal, Austria, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Irlanda y Finlandia. Grecia se adhirió en 2001, un año antes de la introducción de billetes y monedas. Le siguieron Eslovenia en 2007, Chipre y Malta en 2008, Eslovaquia en 2009, Estonia en 2011, Letonia en 2014 y Lituania. 

Andorra, Mónaco, San Marino y Ciudad del Vaticano han adoptado el euro como moneda nacional en virtud de acuerdos monetarios específicos con la UE, y pueden emitir sus propias monedas de euro dentro de ciertos límites. Sin embargo, como no son Estados miembros de la UE, no forman parte de la eurozona.

El próximo país en lista de espera es Bulgaria, que quiere unirse a la eurozona en 2024, aunque ahora sólo cumple tres de los cinco requisitos exigidos, según el informe de convergencia publicado por el Ejecutivo comunitario. Todos los Estados miembros de la UE están obligados a adoptar el euro cuando cumplan los criterios. La única excepción es Dinamarca, que negoció una cláusula de exclusión en el Tratado de Maastricht.

El problema de la inflación

La pandemia de Covid-19 y la guerra en Ucrania han tenido un "impacto significativo" en la evaluación de los criterios de convergencia, en particular por el fuerte aumento de la inflación y del déficit público. En estas condiciones, Bruselas estima que Croacia es el único Estado miembro que cumple ahora mismo todos los requisitos para adoptar el euro y los respetará de forma duradera.

En cuanto a la inflación, el país balcánico aprueba por la mínima y gracias a un ajuste especial realizado por Bruselas. El requisito exigido es que el nivel de precios no exceda en más de 1,5 puntos en el último año el de los tres Estados miembros con mejor comportamiento en materia de estabilidad de precios.

La Comisión ha usado como referencia los datos de Francia, Finlandia y Grecia. El dato de Croacia es del 4,7%, ligeramente por debajo del límite del 4,9%. La trampa es que se han excluido del cálculo los dos países con inflación más baja: Portugal y Malta. Bruselas argumenta que se trata de dos países con cifras atípicas que se desvían demasiado de la media de la eurozona. Y asegura que este tipo de maniobras contables ya se han usado en anteriores ocasiones.

En cuanto al déficit público, todos los países examinados cumplen el requisito de no estar sujetos a un expediente sancionador, ya que el Pacto de Estabilidad está suspendido desde 2020 por la pandemia. Pero aunque esta condición se aplicara de forma estricta, Croacia la respetaría porque su déficit cayó al 2,9% del PIB en 2021 (por debajo del umbral del 3%) y seguirá bajando al 2,3% este año y al 1,8% en 2023, según las cifras de Bruselas.

Por lo que se refiere a los tipos de cambio, la kuna croata forma parte desde julio de 2020 del mecanismo europeo de tipos de cambio (ERM II, por sus siglas en inglés), sin haber sufrido oscilaciones excesivas. El tipo promedio de interés nominal a largo plazo se situó en el 0,8% en abril de 2022, muy por debajo del nivel de referencia del 2,6%. Finalmente, Croacia ha aprobado la legislación necesaria para garantizar la independencia de su banco central y prohibir la financiación monetaria.

En todo caso, Bruselas avisa a Croacia de que debe seguir vigilando los riesgos inflacionarios y reclama en particular que la subida de los salarios se vincule a la productividad. Otros problemas de la economía croata son la baja tasa de empleo, las carencias en materia de cualificaciones profesionales y la calidad de la educación, una carga burocrática excesiva y compleja para las empresas y la corrupción.