A pesar de que el peor momento de la pandemia para el mercado laboral sucedió durante los meses de marzo y abril, las diferentes olas de la Covid siguen teniendo un importante impacto sobre las empresas españolas, que siguen recurriendo a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). De hecho, los trabajadores dependientes de los ERTE (y que por tanto cobran su correspondiente prestación pública) han aumentado un 23% en el último mes.

Concretamente, según los últimos datos desvelados por José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, 167.000 personas se sumaron a los afectados por ERTE entre el 11 de enero y el 11 de febrero. Así, la tercera ola y las restricciones que ha obligado a imponer han llevado a que haya 878.000 personas en esta situación.

Se trata de la cifra de personas en ERTE más elevada desde noviembre, cuando se superaron las 900.000, y la segunda más alta desde julio, mes en el que los trabajadores en esta situación ya habían bajado hasta los 994.000 (siempre tomando como referencia el día 11 de cada uno de estos meses).

Según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migración, son cuatro los sectores que hoy concentran la mayoría de ERTE. Principalmente hostelería y actividades artísticas, seguidos de otros servicios y comercio. En quinta y sexta plaza figuran el transporte y el sector inmobiliario.

Por comunidades autónomas, Canarias, Baleares y La Rioja son las que tienen más trabajadores en un ERTE. Un 14,6%, un 12,3% y un 8%, respectivamente.

El propio Escrivá, durante su intervención este jueves en un acto organizado por el Consejo de Economistas, admitió que determinados sectores, como el del transporte, pueden sufrir por daños permanentes por el paso de la pandemia de la Covid. De ahí que se vayan a tener que emplear ERTE estructurales

Esta es una fórmula de ERTE que todavía se está diseñando y que está pensada para abordar la situación de empresas cuya demanda no se recupere tras la pandemia. Su empleo debe permitir la reconversión de los trabajadores (o incluso de la empresa) a un nuevo sector, de manera que no se destruyan puestos de trabajo. 

Reestructuraciones

Estos nuevos ERTE, que Escrivá espera que sean el instrumento a los que las empresas recurran en futuras reestructuraciones de plantilla en vez de a ERE (una vez se termine la prohibición del despido), darán un papel clave a la formación para la recolocación de los trabajadores. 

Por otro lado, el ministro recordó que "este es un año sin reglas fiscales" así que es difícil anticipar el coste de medidas como los ERTE, y hasta cuándo van a llegar. En cualquier caso, ha insistido en que se mantendrán "todo el tiempo que sea necesario". 

A día de hoy, el 28% de los ERTE activos son de empresas de sectores ultraprotegidos, el 25% son por limitación de actividad por las restricciones activadas contra el coronavirus, el 9% por impedimento por dichas medias y el 6% para las empresas de la cadena de valor de los sectores ultraprotegidos. Todo fórmulas de ERTE prorrogadas hasta finales de mayo.  

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