En estos momentos hay unos 878.000 trabajadores afectados por los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) especiales desplegados por el Gobierno. Sin embargo, el futuro se antoja difícil. José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, ha admitido que la Covid puede haber causado daños "estructurales" en algunos sectores y ello llevará a que los se tengan que emplear ERTE que también ha venido a denominar estructurales. 

Esta es una fórmula de ERTE que todavía se está diseñando y que está pensada para abordar la situación de empresas en sectores cuya demanda no se recupere tras el paso de la pandemia de coronavirus. Su empleo debe permitir la reconversión de los trabajadores (o incluso de la empresa) a un nuevo sector, de manera que no se destruyan puestos de trabajo. 

Escrivá ha admitido, durante su intervención en un acto celebrado por el Consejo de Economistas, que en el sector del Transporte "puede haber algún efecto estructural" y, por tanto, "una necesidad estructural de ERTE". 

Reestructuraciones

Estos nuevos ERTE, que él espera que sean el instrumento a los que las empresas recurran en futuras reestructuraciones de plantilla en vez de a ERE (una vez se termine la prohibición del despido), darán un papel clave a la formación para la recolocación de los trabajadores. 

Por otro lado, Escrivá ha recordado que "este es un año sin reglas fiscales" así que es difícil anticipar el coste de medidas como los ERTE, y hasta cuándo van a llegar. En cualquier caso, ha insistido en que se mantendrán "todo el tiempo que sea necesario". 

Además, ha comentado que, a día de hoy, el 28% de los ERTE activos son de empresas de sectores ultraprotegidos, el 25% son por limitación de actividad por las restricciones activadas contra el coronavirus, el 9% por impedimento por dichas medias y el 6% para las empresas de la cadena de valor de los sectores ultraprotegidos. 

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