No hubo sorpresas en la última reunión del Consejo de Gobierno antes de la pausa veraniega. El Banco Central Europeo (BCE) ha cumplido el guion previsto y ha ejecutado este jueves un nuevo incremento de tipos de 0,25 puntos porcentuales, hasta situar el tipo general en el 4,25%, el nivel más alto en 15 años. Se trata de la novena subida consecutiva de tipos desde el verano de 2022, con la que la institución dirigida por Christine Lagarde prosigue su agresiva campaña para combatir la inflación.

El Consejo de Gobierno pretende con esta estrategia enfriar la economía y poner coto al descontrol de precios. El impacto más inmediato de este encarecimiento del dinero será una subida de hipotecas y créditos.

El BCE sigue así la estela de la Reserva Federal de Estados Unidos, que (tras hacer una pausa en junio) también ha elevado este miércoles el precio del dinero 25 puntos básicos, hasta situarlo en un rango de entre el 5,25% y el 5,5%. No obstante, los expertos creen que la Reserva Federal ya ha llegado al final de su ciclo de subidas, mientras que al BCE todavía le quedan algunas etapas.

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El comunicado hecho público al término de la reunión no da demasiadas pistas sobre sus próximos movimientos, aunque sugiere que aún habrá más incrementos. "Las decisiones futuras del Consejo de Gobierno asegurarán que los tipos de interés oficiales del BCE se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo necesario para lograr que la inflación vuelva a situarse pronto en el objetivo del 2 % a medio plazo", reza el texto. 

Con el incremento de este jueves, el tipo de interés general pasa del 4% al 4,25%, su nivel más alto desde octubre de 2008, tras la caída de Lehman Brothers. La facilidad marginal de crédito (lo que pagan los bancos por la financiación a un día) aumenta al 4,5%; mientras que la facilidad de depósito (la remuneración a las entidades por aparcar su dinero en Fráncfort) se incrementa del 3,5% al 3,75%, su nivel más alto en 23 años. 

No obstante, el BCE ha decidido reducir al 0% la remuneración de las reservas mínimas exigidas a las entidades de crédito. "Al recortar la remuneracion, reduciremos la cantidad de intereses que pagamos (a los bancos) y nuestra política será más eficaz. Al mismo tiempo, esto no tendrá ningún impacto en nuestra posición de política monetaria", ha explicado Lagarde.

En apenas 12 meses, el BCE ha ejecutado un incremento récord del precio del dinero del 0% al 4,25%, que comenzó con una subida de 0,5 puntos en julio de 2022. Siguieron dos aumentos de 0,75 puntos en septiembre y noviembre del año pasado, otros 0,5 puntos en diciembre, febrero y marzo, 0,25 puntos en mayo y junio y otro cuarto de punto este jueves. 

"La evolución desde la última reunión respalda la expectativa de que la inflación continuará descendiendo durante el resto del año, pero se mantendrá por encima del objetivo durante un período prolongado. Si bien algunos indicadores muestran signos de moderación, la inflación subyacente se mantiene en niveles, en general, elevados", dice el comunicado del Consejo de Gobierno. 

A la hora de tomar esta decisión, el BCE se ha tenido que enfrentar con toda una serie de datos contradictorios. Aunque la inflación de la eurozona cayó en junio al nivel más bajo desde el estallido de la guerra de Rusia contra Ucrania (5,5%), la subyacente (que excluye los elementos más volátiles, alimentos y energía) volvió a repuntar dos décimas hasta el 5,5%.

Por otro lado, la eurozona ha logrado esquivar (aunque por la mínima) la recesión técnica a la vuelta del año, con un crecimiento plano durante el primer trimestre del año. Además, el mercado de trabajo sigue dando muestras de una notable resistencia frente a la ralentización económica provocada por la guerra en Ucrania, la inflación disparada y las subidas de tipos de interés: la tasa de paro se mantiene en un nivel mínimo del 6,5%.

Al mismo tiempo, las subidas de tipos aprobadas hasta ahora por el BCE comienzan a trasladarse con fuerza a la economía real. La demanda de créditos de las empresas de la eurozona se desplomó a su nivel más bajo en 20 años durante el segundo trimestre de 2023 y también cae la contratación de hipotecas, en ambos casos por el encarecimiento del precio del dinero.

Al mismo tiempo, los bancos han endurecido las condiciones para dar préstamos tanto a hogares como a empresas debido al empeoramiento de las perspectivas económicas, la menor tolerancia al riesgo y el aumento de los costes de financiación.

"Las anteriores subidas de los tipos de interés siguen transmitiéndose con fuerza: las condiciones de financiación han vuelto a endurecerse y están frenando cada vez más la demanda, lo que es un factor importante para que la inflación vuelva al objetivo", resalta el BCE en su comunicado.