El Banco Central Europeo (BCE) debe seguir elevando los tipos de interés para controlar la inflación, incluso si la consecuencia de una política monetaria más agresiva es un crecimiento económico más débil. Así lo ha advertido este miércoles su presidenta, Christine Lagarde.

La inflación, ha señalado, debe volver al 2% a medio plazo. Y para eso “haremos lo que tenemos que hacer, que es seguir subiendo los tipos de interés en las próximas reuniones”, ha indicado la francesa en su intervención en un foro económico organizado en Fráncfort por Atlantic Council.

Lagarde ha considerado que si el instituto emisor no cumple con su mandato de reducir la escalada de los precios hasta ese 2% “la economía se vería mucho más perjudicada”. Por eso, el BCE seguirá incrementado el precio del dinero.

[Lagarde (BCE) anuncia que seguirá subiendo los tipos de interés pese al frenazo económico en la eurozona]

El primer nivel al que llegarán las tasas de referencial será a la neutralidad, ha agregado, una cota en el que ni estimulan ni frenan el crecimiento. Aunque el BCE no señala exactamente cuál es el tipo de interés neutral, los expertos lo sitúan entre el 1,5% y el 2%.

En su intervención, la presidenta del BCE también ha reconocido que la institución ha cometido algunos errores en sus proyecciones de inflación y ha subrayado la dificultad que existe en la zona del euro para detener la subida de los precios.

[El BCE ejecuta la mayor subida de tipos de su historia y eleva el precio del dinero tres cuartos de punto al 1,25%]

Ha comparado la situación con Estados Unidos y ha considerado que a uno y otro lado del Atlántico “las dos diferencias claves tienen que ver con la energía y el mercado de trabajo”.

Tras subir los tipos 125 puntos básicos -50 en julio y otros 75 en septiembre-, Lagarde ha dado alguna orientación sobre los siguientes pasos del banco central, aunque sin explicitar exactamente de qué proporción serán las próximas alzas.

La francesa no ha modificado, por tanto, el mensaje que ya lanzó hace dos días ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara. De la misma manera, ha reiterado que habrá más subidas y que estas se decidirán reunión a reunión, teniendo en cuenta los datos económicos que se vayan conociendo.

Próxima subida

La próxima reunión del Consejo de Gobierno se celebra el 27 de octubre y la mayoría de previsiones apuntan a un nuevo incremento de los tipos de interés de tres cuartos de puntos. Así lo han pedido algunos de sus miembros más duros, los conocidos como halcones.

En ese sentido se ha pronunciado este miércoles Olli Rehn, el gobernador del Banco de Finlandia. En una entrevista a Reuters ha subrayado que "hay razones para tomar una decisión sobre otra subida significativa de los tipos, ya sea de 75 o 50 puntos básicos o algo más", ha dicho sin detallar qué podría suponer "algo más".

Muchos expertos esperan que la siguiente subida sea de 75 puntos básicos. A partir de ahí, no existe tanta unanimidad respecto a los siguientes pasos del BCE. Goldman Sachs, por ejemplo, espera que el instituto emisor incremente el precio del dinero 75 puntos básicos tanto en octubre como en diciembre.

Los analistas del banco estadounidense han modificado, por tanto, sus estimaciones para la última cita de la institución, de la que antes esperaban un incremento de medio punto porcentual. "Creemos que el aumento de la inflación en el cuarto trimestre hará que sea difícil reducir el ritmo de las alzas", han apuntado en una nota.

Inflación

A la espera de que el próximo viernes se conozca el dato de septiembre, la tasa de inflación anual de la eurozona marcó un nuevo récord histórico del 9,1% en agosto (tres décimas más que en julio), impulsada por la subida de la energía y los alimentos.

Las previsiones apuntan a que el descontrol de los precios en el bloque del euro podría alcanzar el 9,7% en el noveno mes del año, lo que significaría pulverizar el máximo histórico anterior.

TPI

En un contexto en el que los intereses de los bonos de muchos países de la eurozona se encuentran en máximos de varios años, Lagarde también ha hecho referencia al Instrumento para la Protección de la Transmisión (o TPI, las siglas del inglés Transmission Protection Instrument). Se trata de la herramienta que el BCE anunció el pasado verano para garantizar la transmisión de la política monetaria a todos los Estados miembros.

El uso de este instrumento especial para evitar la fragmentación financiera, ha señalado, está pensado para dinámicas de mercado sin garantías. “No está destinado para un país ni otro” ha apuntado.