La reunión de Jackson Hole ha cobrado este 2022 mucha más importancia que en ediciones anteriores. Los mercados esperan con ansia alguna pista sobre los próximos movimientos de los grandes bancos centrales después de que la elevada inflación les haya abocado a subir sus tipos de interés a un ritmo mucho más acelerado de lo esperado a comienzos de año.

El interés se centra, por tanto, en los mensajes que puedan transmitir los responsables de las instituciones europea y estadounidense. Concretamente, el foco de las bolsas está puesto sobre el discurso que este mismo viernes dará el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Jerome Powell.

Los mercados han interpretado la moderación que en julio registró la inflación estadounidense como un signo de que la Fed "podría permitir un cierto alivio en el proceso de subida de tipos en EEUU", indican en Ibercaja Gestión.

50 ó 75 puntos

No se espera que Powell aclare si el próximo incremento que ejecute la institución sea de 50 o de otros 75 puntos básicos. "Será necesario esperar a los datos adelantados de precios y de empleo de comienzos de septiembre para tener una visión más clara del movimiento", añaden los mismos expertos.

Algunos miembros de la institución han intentado disipar el optimismo de los mercados al posicionarse a favor de otra subida de tipos de 75 puntos básicos y reafirmar que su máxima prioridad es luchar contra la inflación.

[Decisión sin unanimidad: no todos los miembros del BCE estuvieron a favor de subir los tipos 0,5 puntos]

Los analistas de Allianz GI creen que Powell hará lo mismo. Su mensaje, entienden, "debería ser claro y firme". "Ante una inflación tan elevada, que sigue siendo difícil de predecir a corto plazo, se espera que la Fed reitere su prioridad absoluta de luchar contra el alza de los precios y su voluntad de seguir endureciendo su política monetaria", añaden.  

Más clara parece la senda del Banco Central Europeo (BCE). El dato de inflación de la zona euro que se conoció la semana pasada marcó un nuevo récord, lo que demuestra que las presiones inflacionistas no se han mitigado. Por ello, las previsiones apuntan a una nueva subida de 50 puntos básicos en septiembre.

Bolsas

Las bolsas se han mantenido a la espera de que los banqueros se pronuncien, dejando de lado el rally que habían registrado desde mediados de junio. Los analistas de Nomura ven el riesgo de que el final de la conferencia marque también la conclusión de lo que ha sido un periodo de optimismo selectivo en el mercado. 

En cualquier caso, según los datos recogidos por Bloomberg, el efecto que el cónclave bancario de Jackson Hole tiene sobre las bolsas no es muy elevado. En la última década, el S&P 500 ha perdido de media solo un 0,2% el día en el que el presidente de la Fed ha pronunciado su discurso. El saldo acumulado en el periodo comprendido entre la cita y final de año es del 4,5%.

[La inflación de julio afloja la presión sobre la Fed: el mercado ve posible que suavice las subidas de tipos]

El mayor repunte del S&P 500 en un solo día coincidiendo con la cita tuvo lugar en 2020 cuando Powell animó a los mercados al decir que la inflación -por aquel entonces en el 4,2%- era "probablemente" temporal y que los tipos de interés cercanos a cero seguirían siendo adecuados.

La caída más abultada tuvo lugar en 2019. El S&P 500 perdió un 2,6% en un solo día. El culpable del recorte no fue Powell, sino el por entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien -a través de su cuenta de Twitter- criticó duramente a la Fed y amenazó a China en plena escalada de las tensiones entre ambos países.

Qué es Jackson Hole

Además de banqueros centrales, en Jackson Hole también se reúnen académicos, ministros de finanzas e incluso algunos directivos de empresas privadas para hablar de la situación y los retos de la economía mundial.

El evento, promovido por el banco central de Kansas (también llamado Fed) desde 1978, se celebraba en Kansas City hasta que en 1982 la reunión se movió a un entorno natural. Concretamente, a ese apartado rincón de Wyoming que es Jackson Hole.

Paul Volker, por aquel entonces líder de la Fed de Estados Unidos, asistió atraído por su afición a la pesca con mosca y arrastró a otros miembros del banco central estadounidense y a algunos banqueros de Wall Street.

Poco a poco se fueron sumando miembros de otros bancos centrales y periodistas y la reunión fue ganando así importancia, hasta tal punto que ahora se marca en el calendario como un encuentro que inquieta a la economía mundial.