Christine Lagarde afronta este miércoles otra cita clave en su carrera hacia la presidencia del Banco Central Europeo (BCE), a la que por ahora sigue aspirando como candidata. La francesa, hasta la fecha directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), afrontará una reválida ante la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo que constará de dos partes. Primero, dos horas y media de 'examen', entre las 10:30 y las 13 horas. Luego, a las 18 horas, la votación sobre su candidatura.

Lagarde se enfrenta así a otro de los filtros precisos para convertirse en la primera mujer en presidir el BCE desde el próximo 1 de noviembre, cuando tomará el testigo del italiano Mario Draghi. Antes que él, un holandés, Wim Duisenberg, y un francés, Jean-Claude Trichet, ocuparon la silla más importante del banco central del euro. Los líderes europeos se decantaron por Lagarde, por delante de otros candidatos como el también galo François Villeroy de Galhau o el alemán Jens Weidmann a comienzos de julio. 

Al respaldo de los líderes europeos se sumó, ya a finales de julio, el propio BCE, que dio su visto bueno a la llegada de Lagarde. Este miércoles encara otra reválida, la del Parlamento Europeo, en la cuenta atrás hacia la presidencia de la entidad. 

EN UN MOMENTO DELICADO

En esta cita Lagarde expondrá las credenciales con las que aspira al cargo y las intenciones con las que lo hace. Los miembros de la Comisión, eso sí, ya saben en gran medida cuáles son, puesto que Lagarde las ha expuesto en un cuestionario de 76 preguntas que tienen en su poder

"Lagarde lo tiene claro. Seguirá el camino de Draghi. "Una significativa acomodación monetaria será necesaria durante un largo periodo de tiempo", ha defendido ya la francesa"

"En la coyuntura actual, una normalización monetaria es prematura", responde en una de las preguntas. "Una significativa acomodación monetaria será necesaria durante un largo periodo de tiempo", continúa. Vamos, toda una declaración de intenciones sobre la continuidad que pretende dar a los años y la estrategia de Draghi. 

Este alineamiento con la política que ya está llevando a cabo el BCE alcanza otra dimensión al producirse en un momento con el actual, en el que la amenaza de la recesión se abalanza sobre la Eurozona y en el que la entidad monetaria se prepara para lanzar nuevos estímulos. Y tan pronto como la semana que viene, en la cita del 12 de septiembre. 

Como poco, se espera que reduzca más los tipos de interés, con lo que los oficiales, que están en el 0%, se situarán directamente en negativo y con lo que los de la facilidad de depósito, en el -0,40%, pasarán estar todavía más en negativo. Tampoco se descarta que ante la debilidad económica de la Eurozona, con Alemania e Italia bordeando la recesión, reactive las compras de activos financieros en el mercado. Todo ello, en un mes en el que llevará a cabo la primera de las nuevas rondas de financiación bancaria a largo plazo condicionada a la concesión de crédito al sector privado (TLTRO III). 

Lagarde aún no está en el BCE. Pero casi como si lo estuviera. De ahí la relevancia de su respaldo a estas medidas. Un apoyo que este miércoles será puesto a prueba en su examen ante el Parlamento Europeo. 

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