En marzo de 2008, cuando aún faltaba por llegar lo peor de la crisis, puesto que todavía faltaban seis para la quiebra de Lehman Brothers, las cañerías del sistema financiero internacional cada vez estaban más agujereadas. Para tratar de repararlas, varios de los principales bancos centrales del mundo, entre los que figuraban la Reserva Federal estadounidense (Fed), el Banco Central Europeo (BCE) o el Banco de Inglaterra (BdI), pactaron un intercambio de divisas para garantizar que los bancos y, por extensión, las empresas y la economía, siguieran accediendo a los dólares, los euros o la libras esterlinas que necesitaran. Así de secos estaban ya por entonces los cauces de financiación. 

Con el tiempo, esta medida, concebida inicialmente con carácter temporal, adquirió el rango de permanente, con lo que pasó a convertirse en una de las herramientas con las que los 'señores del dinero' mantuvieron con vida la actividad en los dañados conductos financieros. 

"La activación de la línea es una medida adoptada por el Banco de Inglaterra por razones de prudencia y precaución"

Ahora, 11 años después de aquel paso inicial, dos de esos bancos centrales, el BCE y el BdI, sellan una nueva alianza con un intercambio (swap) de divisas de carácter permanente. Es decir, el BdI ofercerá financiación en euros, que le serán suministrados por el BCE, a la vez que el BdI recibirá a cambio las libras pertinentes. "El Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra han decidido activar una línea swap permanente con arreglo a la cual el Banco de Inglaterra se ofrecerá para prestar euros semanalmente a entidades de crédito del Reino Unido, y el BCE recibirá libras esterlinas del Banco de Inglaterra a cambio de euros", especfican las dos entidades en el comunicado difundido este martes

Como trasfondo de este acuerdo, el de siempre desde junio de 2016: el Brexit y los daños o incertidumbres que la salida de Reinio Unido de la Unión Europea puede provocar en los conductos financieros y económicos. "La activación de la línea es una medida adoptada por el Banco de Inglaterra por razones de prudencia y precaución, con el fin de contar con flexibilidad adicional para garantizar la provisión de liquidez, respaldando así el funcionamiento de los mercados que dan servicio a los hogares y las empresas", ratifica el comunicado.

De este modo, las entidades presididas por Mario Draghi (BCE) y Mark Carney (BdI) tratan de aportar certidumbre al sector financiero y económico al garantizar el abastecimiento de euros y libras pase lo que pase en la resolución definitiva del 'divorcio', aún pendiente de definición. "Los acuerdos de provisión de liquidez contribuyen a la estabilidad financiera global", constatan ambas instituciones. 

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