El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha revisado a la baja de forma significativa el rebote de la economía española en el segundo trimestre del año. Frente al crecimiento del 2,8% que se había estimado inicialmente por el tirón del consumo, el organismo ha limitado ese avance al 1,1%. En términos interanuales, tras el desplome económico de 2020, el crecimiento es del 17,5%, un dato muy inferior al 19,8% que se esperaba.

El consumo de los hogares (4,7%), el gasto del sector público (+0,9%) y la recuperación de parte de la actividad perdida en el sector servicios (1,4%) gracias a las menores restricciones -que trajo el fin del estado de alarma en mayo- permitieron salvar los muebles de la economía con este tímido avance el PIB. Pero aún así, el comportamiento de la demanda interna fue peor a lo que mostraba el dato adelantado.

Peores son las cifras de la industria, la agricultura y la construcción, que registraron tasas negativas en el trimestre anterior al verano.

De este modo, la fotografía final que publica el INE supone un jarro de agua fría para todas las proyecciones económicas que se estaban haciendo para 2021, puesto que también ha restado dos décimas a la actividad en el primer trimestre. Además, supone un punto de partida mucho peor para recuperar el PIB previo a la pandemia, una meta que, con matices, se situaba en el horizonte de 2022.

La vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, afirmó el pasado martes que la recuperación económica está siendo "rápida" y mantuvo sus previsiones de crecimiento para este año en el 6,5%.

Por su parte, el Banco de España fue menos optimista, pero también calculó un avance del PIB en 2021 del 6,3%. No obstante, explicó que ese dato que se asentaba en el rebote "sorpresa" del 2,8% que había estimado Estadística para el segundo trimestre. Un dato que ahora ha quedado reducido a más de la mitad.

El INE ha achacado esta fuerte revisión a las dificultades de medir la evolución económica en la coyuntura en la que estamos inmersos desde el primer trimestre de 2020. Según ha explicado, en el avance que publicó incorporó datos hasta mayo.

Con aquella información disponible, las ventas interiores de grandes empresas y pymes estaban evolucionando mejor de lo previsto. Ahora, este cambio estadístico forzará a las casas de análisis a revisar a la baja sus proyecciones para 2021.

Demanda interna

En la foto final de este jueves, la demanda nacional sumó 17,3 puntos al PIB interanual (cifra 20,3 puntos superior a la del primer trimestre) y la demanda externa tuvo una aportación de dos décimas (1,4 puntos más que entre enero y marzo).

Esto refleja un comportamiento más conservador por parte de las familias y las empresas a la hora de gastar. En este último punto, la caída de inversión productiva en maquinaria y bienes de equipo fue del 4,3% (mayor a lo que se esperaba) tras un primer trimestre en el que la evolución había sido positiva.

El INE ha aprovechado para revisar los datos intertrimestrales de toda la pandemia y la conclusión final es que el hundimiento económico de 2020 fue algo inferior a lo esperado, pero la recuperación está siendo también más lenta de lo anunciado. De hecho, en el primer trimestre de 2021, el PIB retrocedió dos décimas más de lo estimado antes.

Freno en el empleo

La Contabilidad Nacional Trimestral también es un buen indicador sobre cómo evoluciona el mercado laboral. En términos de empleo, se atisba una ralentización en la creación de puestos de trabajo con un aumento del 18,9% en los puestos equivalentes a tiempo completo (21,3 puntos menos que en el primer trimestre).

Las horas trabajadas aumentaron en este periodo un 4%, pero asentadas en las jornadas medias a tiempo completo. Si se comparan los datos con 2020, el avance interanual alcanza el 29,5%, hasta 32,2 puntos superior a la del primer trimestre.

Mientras, la variación de la productividad se situó en tasas negativas, con un -1,1% por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo y en -9,3% en hora efectivamente trabajada.

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