La vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, prometió este martes una "rápida" recuperación económica asentada en el consumo de los españoles que, según sus cálculos, acumulan un ahorro embalsado de 50.000 millones de euros por el gasto que no pudieron hacer en los peores momentos de las restricciones. Ese optimismo sobre las decisiones de compra que tomarán los hogares en los próximos meses choca con el escenario que dibujaron también este 21 de septiembre los economistas del Banco de España (BdE).

En el último Boletín Económico, el BdE se muestra mucho más cauto con el destino de ese ahorro y el vigor de la recuperación. Y además, lanza un mensaje al Gobierno: el miedo a que suban los impuestos estaría haciendo a las familias ahorrar más en un momento en el que a la economía española le vendría bien más dinamismo.

"Los hogares podrían decidir limitar sus niveles de gasto en anticipación de que el elevado volumen de deuda pública acumulado con la crisis conduzca a un aumento de impuestos en el futuro", señala el Banco de España en su último informe. Sus economistas reconocen que "la evidencia disponible acerca de la existencia de este canal no es concluyente", pero consideran pertinente mandar este recordatorio en su análisis trimestral sobre la economía española.

El Gobierno presentará en una o dos semanas los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que permitirán vislumbrar mejor cuál es el horizonte fiscal que aguarda a los españoles. Aunque se espera que no haya fuertes subidas de impuestos en 2022, la Comisión Europea sí está esperando una reforma fiscal para 2023 que el Ejecutivo tendrá que presentar el próximo año.

Esta situación de incertidumbre fiscal ante la evidencia de que habrá que financiar la deuda pública española -que seguirá por encima del 114% del PIB en 2023- no parece un catalizador para la recuperación.

Sin embargo, en el Gobierno sí se confía en que los españoles tengan confianza en la economía y aceleren sus decisiones de gasto ahora que la vacunación completa ya alcanza a cerca del 80% de la población.

Con los indicadores que maneja el Ministerio de Economía, el crecimiento del consumo privado ha ido repuntando este verano con un 7,3% en julio y un 8% en septiembre.

Calviño destacó este martes que el gasto privado despegó en el segundo trimestre del año, beneficiando en especial a los sectores de servicios más afectados por la pandemia.

Sin embargo, según puntualizó el Banco de España, la recuperación del PIB entre abril y junio fue superior a lo esperado y en el tercer trimestre se estaría moderando para alcanzar el 2,7% (una décima menos que en el anterior), lo que se estaría reflejando ya en un menor gasto de las familias.

"El consumo privado se habría desacelerado significativamente en los meses de verano, tras la sorpresa positiva del segundo trimestre, si bien habría conservado un notable dinamismo", advierte el BdE.

Inflación

Además de estos elementos, hay otros dos factores que juegan en contra de que los españoles decidan utilizar en el corto plazo esos 50.000 millones de euros en los que Calviño confía para apuntalar la recuperación.

Uno de ellos es el efecto que la inflación está teniendo sobre los precios. El actual repunte inflacionista -que alcanzará su pico en noviembre, según el servicio de estudios del BdE- ha trastrocado las previsiones de crecimiento del consumo por verse "afectadas negativamente por el actual repunte inflacionista sobre las rentas reales de los hogares".

De hecho, la tasa de ahorro irá bajando en los próximos meses, pero seguirá en cotas superiores a los años previos a la Covid-19. Esto también podría ser reflejo de un cambio de mentalidad.

Otro de los factores que juega en contra de la previsión de Calviño es que el consumo que los hogares no hicieron durante los meses de pandemia estuvo muy relacionado con los servicios (ver recuadro).

De este modo, el departamento de Estadística que dirige Óscar Arce estima poco probable que los hogares decidan ahora ejecutar ese gasto relacionado con cenas o viajes, entre otros, con lo que advierten ese ahorro derivado de la pandemia es "difícilmente recuperable", al menos en una parte significativa.

Además, las familias que más ahorraron fueron las de rentas más altas, "cuya propensión al consumo es normalmente más reducida". Un elemento que obliga a encender las alarmas sobre si la pandemia ha agrandado las desigualdades, como se puede deducir de esta brecha sobre la capacidad de ahorro.

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