Andrés Vicente, presidente de la Fundación I+E y consejero delegado de Ericsson Iberia.

Andrés Vicente, presidente de la Fundación I+E y consejero delegado de Ericsson Iberia. Ericsson

España ENTREVISTA

Andrés Vicente (Fundación I+E): "La innovación no debería ser un tema de colores políticos, necesitamos un marco jurídico y fiscal estable"

El presidente y CEO de Ericsson en España es, además, el presidente de la Fundación I+E desde abril. Andrés Vicente reclama una mayor seguridad jurídica para impulsar el ecosistema innovador y la inversión privada.

3 julio, 2023 02:40

El pasado mes de abril, Andrés Vicente se convertía en el nuevo presidente de la Fundación I+E, asociación que tiene por propósito fomentar las inversiones en innovación de multinacionales extranjeras a nuestro país.

La entidad, guiada hasta entonces por la ejecutiva de HP Helena Herrero, ha sido históricamente muy activa en exigir un entorno fiscal atractivo para el ecosistema tecnológico, capaz de competir con los grandes colosos internacionales.

Andrés Vicente, presidente y consejero delegado de Ericsson en España, antaño alto ejecutivo de Vodafone, conoce bien las oportunidades, pero también las dificultades, de moverse en estas arenas. Con él hablamos en D+I - EL ESPAÑOL a fin de sentar las bases del presente y el futuro en un momento de incertidumbre y vorágine constante como el que vivimos.

Un propósito compartido por toda la sociedad es consolidar la innovación como un motor económico para nuestro país. ¿Qué podemos hacer para lograr esta meta, qué medidas públicas y qué compromisos privados se pueden sentar al respecto?
Lo primero es contar con una base sólida en este ámbito. Se trata de tener conocimiento de la propia seguridad jurídica para que aquellos que buscan la innovación sean personas que se sientan cómodas dando ese paso, sin obstáculos que les impidan dar el paso. Lo segundo es tener un sistema de financiación más accesible y un marco fiscal competitivo.
Es importante ser conscientes de que la innovación es un proceso desigual y que es necesario ser competitivo en el marco fiscal, mientras que la cofinanciación es fundamental en este sector. Lo mismo ocurre con la educación, que debe ser una prioridad de Estado. El objetivo último es que la innovación no se quede en un modelo abstracto, porque no tendrá aplicabilidad ninguna.
¿Cómo se puede aterrizar ese modelo abstracto en realidades concretas?

Desde la Fundación I+E, buscamos cimientos sólidos y no solo manuales que deban ir acompañados de aplicaciones prácticas para que se conviertan en una prioridad nacional. Nos sentimos orgullosos de haber impulsado, junto con otras 80 entidades, una mayor inversión en el sector privado.

No será fácil incrementar la inversión pública, ya que el Estado va retrasado en cuanto a su capacidad para invertir y estimular la inversión privada. Hay escasez en este aspecto y se deben contemplar suficientes incentivos para que la gente priorice las inversiones. Es necesario fortalecer la parte administrativa y cualquier inversión que tenga una aplicación industrial.

En España, la inversión exterior ha crecido y hay ciudades concretas como Madrid que están creciendo a tasas de dos dígitos muy altas. Debemos seguir fomentando su posición estratégica, que es fantástica.

Llevar esa inversión y la innovación a las personas de todo el país...

Es muy importante abordar la transformación digital de las empresas y de los empleos. No se puede lograr la innovación si no se sigue las últimas tendencias. Debemos avanzar rápidamente hacia una sociedad del conocimiento que apoye más la parte pura de la ciencia y en la que la formación profesional dual sea fundamental para romper el desequilibrio en la demanda de personas con formación tecnológica desde la base. Sólo así podremos avanzar en los ámbitos demográfico, social, económico y tecnológico.

España es una de las pocas economías que pivota sobre varios polos industriales al mismo tiempo, no solo Madrid y Barcelona. Contamos con ciudades como Málaga y Valencia que también están atrayendo muchas oportunidades e inversiones clave. La seguridad jurídica, procesos ágiles y un ecosistema de escucha activa son muy importantes. Además, debemos ser conscientes de que hay una competencia con otros entornos por lo que necesitamos ese marco fiscal competitivo.

Andrés Vicente, consejero delegado de Ericsson Iberia y presidente de la Fundación I+E.

Andrés Vicente, consejero delegado de Ericsson Iberia y presidente de la Fundación I+E. Ericsson

Vivimos una situación general de incertidumbre respecto a muchas cosas, especialmente con el adelanto electoral y la situación geopolítica internacional. De hecho, el propio presidente -Pedro Sánchez- ha expresado que un cambio en el Gobierno puede incluso suponer el frenazo a muchos de los planes y reformas estructurales, financiados con fondos europeos, que se están haciendo en muchos campos, incluyendo la innovación, la ciencia y la reindustrialización digital. ¿En qué seguridad jurídica nos podemos mover entonces?

La ley de ciencia se elaboró con un consenso muy importante, no como un plan del gobierno o de la oposición. La mayor parte de los partidos apoyaron su aprobación.

Lo que debemos hacer es darle continuidad a esa parte de ese marco, darle estabilidad a la norma y tiempo para consolidarse. Si no somos capaces de hacer algo estable, las empresas no podrán establecerse en un país del que desconfiamos. Si el marco fiscal o el marco regulatorio no es estable, simplemente esa duda existe y es algo descalificador de nuestro camino hacia la transparencia como país.

La innovación no es un tema de colores o de partidos políticos. Hay economías muy diferentes, con gobiernos de todos los sentidos desde EEUU hasta Corea del Sur o los escandinavos, que son potencias económicas en el mundo. Y son países ricos porque invierten, en parte porque sabemos que son ricos porque han invertido.

Sin olvidarnos de que hay una fuerte vinculación entre el desarrollo de los servicios públicos y el Estado del Bienestar con la inversión en innovación. Suecia, Dinamarca o Finlandia son ejemplos de ello en el marco más comparable. Al final, ambas estrategias requieren inversiones a largo plazo y un entorno donde poder construir el futuro.

El otro gran escollo es la financiación atractiva y convincente. Pero en nuestro país, muchas de las partidas destinadas a I+D+I son en forma de préstamos y con condiciones de acceso complejas, lo que hace que mucho de ese dinero nunca llegue a ejecutarse. ¿Qué podemos hacer para incrementar el dinero que destinamos a investigación e innovación y cómo canalizarlo de manera más eficiente?

Tenemos un marco fiscal que no favorece tomar acciones en este campo, en muchos casos por diferencias de criterios que tienen que ver con ese marco jurídico del que hablábamos antes. Por ejemplo, si a nosotros el Ministerio de Ciencia nos cataloga como empresa innovadora, con sus beneficios fiscales, luego llega el Ministerio de Hacienda y aplica otros parámetros de evaluación que no están coordinados con los que establecen sus propios compañeros de Gobierno. Ahí es cuando nos hacemos muchas preguntas sobre la aplicabilidad de las normas, son frenos muy alineantes y que hacen que las empresas se replanteen su situación.

Otro ejemplo lo tenemos con el PERTE de automoción, del que todos estamos avisando que su ejecución no es correcta. Tenemos a miles de personas intentando crear un ecosistema y les imponemos obligaciones y burocracia que no permiten continuar a la fase de ejecución. Hay que cuestionarse el diseño de estos programas...

España siempre ha pecado de no saber tender ese puente entre el conocimiento y la empresa, entre donde se generan los avances innovadores y su aplicabilidad en el tejido productivo. Los fondos europeos venían precisamente a cubrir esa laguna, con componentes de I+D+I y digitalización en todos los programas. Pero vemos que van con retraso y con problemas de ejecución. ¿Qué podríamos hacer distinto al respecto? ¿Qué posibilidades tenemos de reconducir la situación y que estos fondos tengan el calado que todos esperamos?

Los fondos europeos de recuperación son una noticia positiva, con líneas muy claras y sólidas. Sin embargo, podríamos haber hecho más palanca en favor de las empresas. Necesitamos también encontrar los estándares industriales que permitan desarrollar muchos de esos planes de digitalización y ajustar con más flexibilidad los plazos para la ejecución de los proyectos, especialmente de aquellos más estratégicos. 

Sin olvidarnos de hacer un esfuerzo muy importante en el segmento de empresas medianas. Debemos focalizarnos en apoyar la financiación a las pymes, que son las encargadas mayoritariamente de hacer la transferencia de I+D+I en muchas comunidades y que son claves del éxito de países como Alemania o Reino Unido.

¿En qué tecnologías o ámbitos específicos deberíamos centrar nuestros esfuerzos en innovación?

Hay algunos puntos fundamentales, como la conectividad, la inteligencia artificial o la automatización de procesos que se extienda al ámbito industrial o del comercio. Tenemos un despliegue de redes de comunicación envidiables, con más fibra óptica que Alemania e Italia juntas, y debemos seguir impulsando incentivos suficientes para fortalecer esas inversiones. 

Otro aspecto clave es la sostenibilidad, todos los esfuerzos para desarrollas tecnologías que favorezcan la sostenibilidad serán esenciales para el futuro. Y todo ello sustentado en una educación especializada que nos permite formar a profesionales especializados y con conocimientos técnicos adaptados a estas nuevas tecnologías.