Dos manifestantes protestando por los efectos del Brexit en la investigación.

Dos manifestantes protestando por los efectos del Brexit en la investigación.

Política Digital

El incierto ‘BrexI+D’ sube a la montaña rusa a la investigación

España ha sido el tercer país de la UE en orden de preferencia para colaborar en proyectos de I+D liderados por Reino Unido, pero la incertidumbre marca ahora el próximo Horizon Europe

2 febrero, 2020 07:00

La emotiva letra de la popular canción de despedida Auld Lang Syne (Por los viejos tiempos, en castellano) resonaba en el Parlamento Europeo esta semana tras aprobarse el acuerdo de salida del Reino Unido de la Unión Europea. Tres años y medio después del referéndum por el Brexit (23 de junio de 2016), de múltiples acuerdos y desacuerdos, de idas y venidas, se conseguía que el Brexit se ejecutara con el beneplácito de las dos partes. Más que un proceso, ha sido una montaña rusa que aún no ha terminado.

Este mismo sábado, 1 de febrero, se ha iniciado el llamado período de transición que terminará el próximo 31 de diciembre de 2020. Es el momento de establecer cómo serán las futuras relaciones entre la UE y el Reino Unido. Es el momento de negociar cómo será el futuro para los investigadores, universidades, centros tecnológicos y empresas innovadoras que apuestan por la colaboración y cooperación para desarrollar proyectos de I+D.

El término de este periodo de transición (31 de diciembre de 2020) precisamente coincide con la finalización del programa marco H2020 en el que todavía se considera país miembro al Reino Unido, por lo que, gracias al acuerdo pactado para la salida de la UE, los investigadores británicos seguirán beneficiándose hasta su conclusión de este programa con plenos derechos, como cualquier otro país miembro.

Esta ha sido una gran incógnita en este proceso de negociación porque se desconocía si los investigadores británicos, sus universidades, empresas y centros tecnológicos, y por extensión sus aliados en los diferentes consorcios formados para llevar a cabo proyectos dentro del H2020, quedarían en un limbo. 

Con el acuerdo sellado esta misma semana en el Parlamento Europeo, desde las organizaciones británicas se está alentando a sus investigadores a seguir licitando hasta finalizar el programa el próximo 31 de diciembre de 2020. De hecho, si la solicitud se aprueba, la adjudicación continuará normalmente, incluso si la fecha de inicio o finalización es posterior a 2020 (en algunos casos se contemplan ejecuciones de proyectos hasta 2023).

En este sentido, desde las universidades británicas están informando y tranquilizando a sus investigadores, ya sean estudiantes de doctorado, posdoctorados, técnicos o gerentes de proyectos, cuyos sueldos se estén financiando en la actualidad a través de un proyecto H2020: mientras dura su beca o contrato, aunque está finalice más allá de 2020, la financiación de su sueldo está asegurada.

No obstante, hay excepciones. Un número muy limitado de proyectos de Horizonte 2020 en los que participa Reino Unido y que implican el acceso a información confidencial relacionada con la seguridad y, por tanto, está restringida para los Estados miembros de la UE, «es posible que no puedan continuar después de la salida de la UE en su forma actual». La incertidumbre aún no se ha despejado en este aspecto, porque forma parte de las negociaciones del periodo de transición. 

Horizon Europe

Una vez acordada la salida de la UE, esta particular montaña rusa vuelve a subir con el arranque de las negociaciones para definir la futura entre el Reino Unido y la UE que tienen que pactarse antes de que acabe este 2020. En el ámbito del I+D, se está elaborando el próximo programa marco: Horizon Europe, que se ejecutará entre 2021 y 2027. Pero cómo participarán los investigadores y las empresas británicas en esta nueva edición es aún una incógnita.

"Es el momento de definir los nuevos cauces de colaboración para desarrollar nuevos proyectos de I+D", explica a INNOVADORES el promotor de proyectos de I+D e Innovación del IBV, Javier Ferris. En este sentido, también entra en juego si el Reino Unido debe o no participar en establecer las prioridades de investigación en las que debe centrarse el próximo Horizon Europe, subraya Dani Sáez, director de Transferencia de Tecnología e Inteligencia Competitiva del ITI.

"Este programa lleva meses en preparación y la participación británica se ha realizado con total normalidad, como miembros de la UE que son hasta el 31 de enero de 2020, pero existe todavía la duda de si el programa debe atender a las prioridades de Reino Unido", se cuestiona el responsable del ITI.

En este punto, hay que tener en cuenta que aún no se ha concretado cómo será la relación con el vecino británico. Puede ser como ‘país asociado’, es decir, con unas características similares a las que ahora tienen países como Suiza, Noruega o Turquía, con los mismos derechos y oportunidades que los países miembro ya que también participan de forma económica en la financiación de los proyectos, explica Javier Ferris del IBV.

Si la relación no es tan cercana, Reino Unido podría participar con la fórmula de ‘tercer país’, es decir, como EEUU, Canadá, Corea o China, entre otros, que pueden sumarse a los proyectos europeos, pero sin contar con la financiación de la UE por lo que tienen que costearse económicamente sus recursos.

Todo esto está en el aire porque la UE aún no ha definido las condiciones legales del estatus de ‘país asociado’ para el programa Horizon Europe. Tras establecer estos requisitos, los países interesados tienen que postularse y ser aprobados. Por el momento, parece que el Gobierno británico ha declarado que desea ‘tener la opción de asociarse’ a Horizon Europe, pero no hay postura oficial. 

De todos modos, Ferris subraya que también existe la opción de poner unos ‘filtros’ al estatus de ‘país asociado’, es decir, permitirle participar como tal en el programa, pero vetarle para determinadas categorías que se consideren sensibles para la estrategia europea en materia de I+D. Hasta que no se terminen las negociaciones, no se sabrá cuál es la estrategia de cada una de las partes para el futuro desarrollo de proyectos en colaboración. "Esta incertidumbre sí que está provocando un menor interés a la hora de plantear alianzas a largo plazo con socios de Reino Unido", incide Sáez, que lamenta que está todo "a la espera de noticias". 

Excelencia y calidad

Hasta la fecha, el Reino Unido ha sido el segundo mayor receptor de fondos de Horizonte 2020 para ciencia e innovación y el segundo (solo por detrás de Alemania) con mejor retorno, es decir, el segundo que más partido le saca a estos proyectos de colaboración. "La calidad de su investigación y la excelencia científica de sus investigadores siempre beneficia al resto de participantes de los proyectos en los que colaboraban. Ahí sí que se va a percibir un gran impacto", pero también los propios británicos, ya que ellos eran un país "muy activo y potente", subraya Ferris.

En concreto con España, la relación era estrecha. Ferris apunta que, a la hora de colaborar en proyectos innovadores, el Reino Unido tiene preferencia por Alemania, Francia y, en tercer lugar, España; mientras que para los españoles los británicos ocupan un quinto lugar (detrás de alemanes, italianos, franceses e incluso los propios españoles).

En este sentido, desde la Vicepresidencia de Relaciones Internacionales del CSIC destacan a INNOVADORES que su colaboración científica con el Reino Unido es “diversa en naturaleza y muy extensa” tanto en los programas marco europeos como en otras fuentes de financiación. Así, en los últimos cinco años el promedio anual de publicaciones científicas en colaboración entre el CSIC e instituciones británicas es de 2000, lo que “les coloca como segundo país con mayor número de publicaciones científicas, tras EEUU”.

En definitiva, el ecosistema investigador e innovador en el Reino Unido se caracteriza por ser muy activo y apostar por la colaboración más allá de sus fronteras. Este carácter abierto parece apuntarla la idea de buscar una vía exitosa para seguir desarrollando proyectos de forma conjunta con sus vecinos europeos. Es el momento de bajarse de esta montaña rusa y establecer una estrategia que beneficie al futuro de todos como sociedad.