En mi anterior columna, Vinculando el pago del comité de dirección a criterios ESG, reflexioné un poco sobre el papel del comité de dirección en toda la revolución que estamos viviendo. Unos días después, hablando con mi apreciada Teresa Niubó - una gran profesional del mundo de los recursos humanos -, se nos ocurrió que la S de ESG tiene una gran importancia, sobre todo si integramos ESG con capital humano. Al fin y al cabo, cuando hablamos de talento, de recursos humanos, de gestión del cambio y de transformación digital; de lo que estamos hablando de manera directa o indirecta es de la cultura de las organizaciones y del capital humano; algo fundamental para alcanzar el éxito.

Ya hemos hablado de que los datos comienzan a mostrar una correlación positiva entre una sólida práctica ambiental, social y de gobernanza (ESG) y el desempeño financiero. Durante los dos años que llevamos de la pandemia de la covid-19, la cotización de las acciones de empresas con una clara apuesta por los criterios ESG superaron sistemáticamente a las que se lo toman de manera más liviana o no hacen nada, todavía. Además, últimamente veo una creciente presión por parte de los inversores y de las entidades que dan financiación sostenible para ir más allá, para darle mayor peso específico a la S de social, al pedir que se involucren en temas que directa o indirectamente perpetúan la desigualdad.

El objetivo es seguir cambiando cosas, presionar para que lo que en el mundo anglosajón denominan DEI - diversidad, equidad e inclusión - avance más aceleradamente y divulgar las métricas relacionadas para que se pueda evaluar el progreso. Más allá de la evidente riqueza que aporta la diversidad a cualquier organización, no tengo ninguna duda de que también permite una mayor resiliencia a largo plazo, ni de que contribuye a superar los períodos de volatilidad.

Por ello, no podemos negar la importancia de los equipos de recursos humanos, de su enfoque y de su habilidad en el proceso organizacional, en la gestión del cambio y la administración de la cultura. Tener un plan ESG activo nos proporciona las herramientas para comprender el impacto que está teniendo el avance de la diversidad, la equidad y la inclusión dentro de las distintas organizaciones. Si no se tiene un plan para rastrear los problemas de discriminación o la capacidad de medir el impacto de las propuestas para mejorar la equidad dentro de las organizaciones, no se puede demostrar lo que se está haciendo para ser parte de la solución.

Afortunadamente recursos humanos es más que consciente de cómo ESG impacta el rendimiento, la atracción y la retención de los empleados. Por ello trabajan para alinear los valores de las empresas con las ideas y opiniones éticas de sus empleados, ya que eso puede convertir a su personal en activistas de su negocio. No olvidemos que tener empleados orgullosos puede tener un impacto positivo en la atracción y retención del talento, y en un momento en el que múltiples sectores tienen problemas para encontrar personal cualificado, eso puede marcar la diferencia.

Las organizaciones deben aprovechar el poder de integrar ESG y capital humano porque los empleados son importantes defensores y facilitadores de las estrategias ESG. Hace unos meses os decía que la T (de Tecnología) es lo único que está presente en todas las partes de la ecuación, pero me doy cuenta de que no le daba la suficiente importancia al poder de interconexión que también tiene el capital humano.