A menudo, cuando hablamos de digitalización, pensamos en grandes transformaciones y el impacto que dichas transformaciones están produciendo y van a producir en la economía y en la industria.

Pero en esta ocasión, me gustaría abordar el aspecto social de la digitalización, en concreto, de cómo la digitalización puede mejorar la vida de un 10% de la población mundial (650 millones de personas). Ese 10% de la población que, por diferentes motivos sufre algún tipo de discapacidad y que, debido al incremento de la esperanza de vida, va en aumento. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los países donde la esperanza de vida es superior a los 70 años, como ocurre en España, el 11,5% de la vida de un individuo, que abarca un promedio de unos ocho años, transcurre con diferentes tipos de discapacidades. Lo que significa que tarde o temprano, todos nos vemos afectados, directa o indirectamente.

En el año 2007, AMETIC, junto con la Fundación ONCE y con el apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación, el CDTI y el Ministerio de Industria, creamos la plataforma eVIA, cuya misión es “promover y facilitar la cooperación tecnológica y la actividad innovadora del tejido empresarial y académico español, que tengan como objetivo el desarrollo de nuevos sistemas, servicios y productos basados en las tecnologías digitales para preservar la salud y el bienestar de la ciudadanía, elevar la calidad de vida y la autonomía de las personas mayores, facilitar la vida independiente de las personas con discapacidad y la integración de grupos vulnerables en riesgo de exclusión social”.

También se encuentra entre sus objetivos la defensa de la accesibilidad universal en el ámbito tecnológico, y especialmente en las tecnologías disruptivas, y el uso de las mismas para la reducción de la brecha digital que sufren colectivos con diversos tipos de discapacidad y otros grupos en riesgo de exclusión social, favoreciendo la inclusión.

Hoy, 14 años después, la plataforma sigue creciendo y trabajando a través de las nuevas tecnologías para mejorar la salud, la vida activa y la integración social de las personas con discapacidad y adultas. Actualmente, la componen 627 miembros y entre sus actividades destacan el desarrollo de un catálogo de soluciones tecnológicas eSalud Vida Adulta e Independiente. Desde la plataforma, se informa y asesora a todos los interesados sobre diferentes convocatorias de ayudas públicas centradas en la salud digital y la accesibilidad, además de realizar diferentes jornadas para el impulso del ecosistema innovador del sector.

Queda mucho por hacer y la tarea no es sencilla, pero la digitalización y los Fondos Europeos son una gran oportunidad para las personas con discapacidad y para todo el país. Gracias a instituciones como la Fundación ONCE, las Administraciones públicas y a plataformas como eVIA, que impulsan la colaboración del ecosistema, España ha demostrado que tiene el compromiso y el conocimiento suficiente para liderar el desarrollo de soluciones tecnológicas digitales para la accesibilidad y convertirse en el referente a nivel mundial.

Es una oportunidad social, sí, pero también es una oportunidad económica e industrial que mejorará el posicionamiento de España como fuente de tecnología digital, social e inclusiva. No debemos pasar por alto que estamos hablando de 650 millones de personas (de ellas aproximadamente 5 millones en España), las que pueden mejorar su vida gracias a la tecnología y que puede generar una industria importante nacional y global. Es decir, lo veamos desde el punto de vista de responsabilidad social o desde un punto de vista económico, hacer las cosas bien, tiene su recompensa.

*** Francisco Hortigüela es director general de Ametic.