Madrid

La pugna entre Dell y Hewlett Packard Enterprise va camino de ser histórica, tanto como sus respectivas y dilatadas trayectorias corporativas: desde su competencia por dominar el mercado de la informática personal a su enfrentamiento cara a cara por hacerse con el control de 3Par (una compañía de almacenamiento de datos) en 2010. Y, como nuevo campo de batalla, el dominio del mercado del hardware empresarial 'como servicio'.

Hace cinco años, tras la separación de las divisiones de consumo y profesional de la antigua HP, la actual HPE llevó a cabo una profunda reestructuración, desligando sus unidades de software -en favor de Micro Focus- y de servicios -a CSC- para centrarse en el 'hardware'. Con una ambición declarada: llevar los servidores, almacenamiento y conectividad (clave en el nuevo paradigma del edge computing) a un modo de pago por uso, más flexible y ágil, antes de 2022.

Por el momento, HPE ya ha migrado a este nuevo modo de consumo desde la virtualización, pasando por la convergencia hasta la supercomputación, los contenedores, el 'bare metal', la protección de datos, el aprendizaje automático, las redes... Tal y como ha reconocido José María de la Torre, presidente de la compañía en España, quedan tan sólo los últimos flecos "en función de la hoja de ruta y la planificación establecida" para cumplir con este propósito, articulado en torno a su propuesta Greenlake.

Al mismo tiempo, Dell está emprendiendo su propio camino para modernizar sus principales negocios (PC, servidores y redes o almacenamiento -heredado de EMC-) al mismo tiempo que construye nuevas áreas como el 'edge computing', los servicios 'multicloud', la gestión de datos, la inteligencia artificial o la ciberseguridad.

En el primero de esos retos, Dell está apostando por una transición hacia un portfolio completamente como servicio. APEX, que así se llama su propuesta de infraestructura tecnológica como servicio (ITaaS, por sus siglas en inglés), se refuerza para ello con nuevas funcionalidades 'cloud' junto a la nube de VMware (compañía hermana de Dell, de la que se acaba de separar formalmente) y más servicios de consultoría para facilitar el paso de sus clientes.

Y cuando afirmo que la guerra está declarada entre ambas firmas no es algo que surja al azar, sino que responde a los comentarios realizados en los últimos días por el mismo Antonio Neri, máximo directivo de HPE, sobre la oferta de su rival: "En realidad, APEX es solo una cosa. Toda la experiencia que ves en su primera versión es VMware, no Dell".

En clave nacional, De la Torre ha profundizado en sus críticas durante un encuentro con la prensa: "No tienen una estrategia de edge computing y lo tienen complicado sin cubrir este punto. Lo hacen por trozos mientras que nosotros llevamos muchos años desarrollando una plataforma elástica completa". Para sentenciar: "Hoy por hoy no son competencia para nosotros".

En lado opuesto del ring, Dell quizás haya llegado más tarde a este modelo de negocio, pero lo ha hecho con una fuerza destacable. Tal y como explicó en D+I Adrian McDonald, presidente de la multinacional en Europa, Oriente Medio y África, "Dell es la mayor financiera del sector tecnológico", la cual ha anunciado un fondo milmillonario para ayudar a que sus partners y clientes puedan seguir innovando de forma flexible, "reduciendo las barreras de entrada en términos de coste". Con APEX como clave de esa ruptura de fronteras.

Dell incluso ha publicado un documento público en el que detalla algunas de las ventajas técnicas de APEX sobre Greenlake. Aspectos que incluyen desde el autoservicio y gestión completa del ciclo de vida frente a una experiencia más tradicional de compra, pasando por el soporte total de Dell frente a la combinación de HPE y terceros que ofrecen sus rivales. Dell también saca pecho de cifras de analistas como IDC para reafirmar que su oferta como servicio se sustenta en su "liderazgo" en almacenamiento, hipercomputación o protección de datos.

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