Si gustan de la cerveza, a buen seguro conocerán marcas como Guinness, Desperados, Paulaner o Heineken. Bajo el paraguas de esta última, de origen holandés pero con enorme solera dentro de nuestras fronteras y con presencia en más de 190 países de todo el globo, se engloban numerosas enseñas internacionales y locales que, a lo largo de más de un siglo de historia, han ido calando en sucesivas generaciones de consumidores en todo el mundo. Un segmento de actividad que cuida mucho la tradición como garantía de calidad, pero en el que también se sienten los efectos directos de la transformación digital y la urgencia por abrazar la innovación como complemento ideal a la malta y la cebada.

"No podemos intentar ser ágiles y tener una organización moderna y, al mismo tiempo, tener unos sistemas TIC que no te lo permiten", explica Javier Álvarez, CIO de Heineken España, en el marco de un evento organizado por la consultora Quint. "Buscamos el match perfecto entre la tecnología que nos de flexibilidad y agilidad con los comportamientos que esperamos y esperan de nosotros en la empresa".

Álvarez, fichado en 2018 desde Campofrío, donde estuvo cuatro años al frente de su equipo TIC, tiene precisamente en su plan estratégico liderar esa modernización del grupo cervecero en su plano tecnológico, con la nube como principal telón de fondo, que no objetivo en sí: "La nube es un medio, no un fin, es un contenedor que nos permite hacer cosas que antes no podíamos hacer en los entornos on-premise, pero al final estamos pensando igual en una commodity". Con cuatro plantas de producción en nuestro país, una compleja red de distribución y el sempiterno desafío de conocer mejor a sus clientes para adaptarse a sus preferencias (máxime en este contexto de cambio de patrones en el consumo y la compra de bebidas, de los retailers tradicionales al comercio electrónico), Heineken España está subiendo una gran parte de sus procesos a la nube, ahondando en lo que Javier Álvarez denomina "nube inteligente" y que pasa más por las capacidades de negocio que abre que por el cambio tecnológico en sí. 

"Tenemos ya el 50% o 60% de nuestros procesos en la nube y lo que queda es muy legacy, no podemos migrarlo aunque queramos. Tampoco es que lo midamos, porque es un debate que tenemos ya superado", reconoce el directivo.

Entre otros proyectos destacados, Heineken ya ha dado pasos de gigante en la "mecanización de la fuerza de venta" con una herramienta en la nube que facilita la optimización de rutas o la analítica avanzada de datos sectoriales sobre los que poder tomar mejores decisiones de negocio. 

En la ya mencionada parte de producción, destaca Álvarez, figura como no podía ser de otro modo la sensórica utilizada en sus plantas, que además de la propia evolución natural por la parte de tecnología operacional, también se está beneficiando de la "migración de determinados sistemas a repositorios en la nube donde podamos explotar esa información de manera inteligente". Si bien el ejecutivo reconoce que esta iniciativa aún se encuentra "en la fase de extracción" de esos datos, el objetivo no es otro que mejorar la eficiencia en la producción y otros casos de uso "muy específicos" similares a los que están afrontando la mayoría de entornos industriales en esta revolución 4.0. Un camino ilusionante por delante, regado con buena cerveza.

DILATADA CARRERA

 Javier Álvarez se unió a Heineken y a su junta directiva en 2018, tras cuatro años como CIO de Campofrío.

rnAntes, fue jefe de Operación de Infraestructura en Europa de SAB Miller y COO en EMEA para el fabricante de cementos Holcim. Además de su reto al frente de la digitalización de Heineken, Álvarez también es profesor del IE Business School.