Hace tres años, Charles Giancarlo se puso al frente de una todavía incipiente compañía de almacenamiento llamada Pure Storage. Lo hizo tras una dilatada carrera en compañías como Cisco y tras dedicarse en cuerpo y alma al capital riesgo durante una larga temporada, conocido por su espíritu aventurero y dicharachero. Fue un movimiento inesperado, ya que precisamente el hardware, y especialmente lo que concierne a la guarda de los datos, no suele ser de los segmentos más apasionantes para que un perfil como el suyo decida sumarse al proyecto.

"El almacenamiento era una industria muy antigua y en la que realmente no había habido innovación en décadas. Pero al mismo tiempo es una industria clave, porque si continuamos procesando cada vez más datos y mejorando las conexiones de la red, necesitamos también avanzar en el almacenamiento de toda esa información. Si no, se convierte en un cuello de botella para la transformación digital", reconoce el directivo. "Vi una industria, efectivamente, aburrida, y que necesitaba mucha innovación. Y ahí jugaron un papel importante el hecho de que me gustan los desafíos y que, antes que nada, soy ingeniero".

En esa búsqueda de lo distinto entre el tedio del almacenamiento, Giancarlo dio con Pure Storage. "Quizás era la única compañía innovadora, que podía servir de plataforma para impulsar esta industria hacia algo más moderno, para que los datos sean más fáciles de usar, de aprovechar por parte de los desarrolladores", defiende el ejecutivo.  Diferente sin duda porque, a diferencia de sus rivales como Dell EMC o la añeja NetApp, este proveedor nació en la era de los sistemas ‘flash’ y no carga con la pesada losa de los discos duros magnéticos, mucho más lentos e ineficientes. "Algunos de ellos ya se han conformado con ver el almacenamiento como una ‘commodity’. Nosotros, en cambio, vemos todo el recorrido que tiene y estamos invirtiendo un 18% anual en I+D".

La muerte del disco duro

El propio Charles Giancarlo ha predicado en numerosas ocasiones con la desaparición de los discos magnéticos en favor del ‘flash’. Incluso llegó a aventurar que estas unidades con solera correrían el "mismo camino que los dinosaurios" o que son "los nuevos cassettes". Todos los expertos coinciden en las bondades de esta tecnología frente a su predecesora pero el mercado parece ser más lento en la adopción de lo que a los analistas les gustaría: hoy por hoy, los sistemas ‘flash’ representan alrededor del 30% de la tarta total del almacenamiento. 

"El precio es siempre un desafío, pero conforme éste baje irá cogiendo más y más terreno. Además, el coste de ambos tipos de almacenamiento está cayendo progresivamente con el tiempo, pero lo hace de forma más acusada en el caso del ‘flash’, con lo que la relación de coste se vuelve más beneficiosa. Creo que pronto, en unos cinco años, veremos que el ‘flash’ se hará con el 80% o el 90% del mercado", aspira Giancarlo, quien si bien reconoce que en el camino habrá varias fases de adopción, en función del tipo de dato y el uso que de él se vaya a hacer. "Para archivos a largo plazo y que no se usen muy a menudo, de recuperación o copias de seguridad, es posible que se siga usando el disco magnético algo más de tiempo. Para los sistemas primarios, donde se exige un uso intensivo, las ventajas del ‘flash’ ya son demasiado evidentes. Y conforme vaya bajando el precio, se irán migrando también esos segmentos secundarios".

La nube (o las nubes)

Esta dualidad de opciones en el almacenamiento no es el único campo de batalla que se libra actualmente dentro de la industria, sometida a numerosos cambios impuestos en el global de las Tecnologías de la Información. Uno de ellos es el que concierne al modelo de entrega, basado en el pago por uso en el que también está inmersa Pure Storage. El otro, y más desafiante si cabe, es la convivencia de los sistemas clásicos de almacenamiento presentes en los centros de datos con aquellos que están en las nubes.

"Los discos magnéticos son los nuevos cassettes, los dinosaurios"

No en vano, cada proveedor de cloud pública cuenta con su propia estrategia en materia de aplicaciones e infraestructura que, en muchos casos, obliga a reescribir infinitas líneas de código para poder operar con varias de ellas de manera simultánea. Orquestar un entorno multicloud es una obligación pero también un dolor de cabeza incesante para sus gestores. Y como telón de fondo siempre aparecen los datos, que deben moverse de unos entornos a otros con la máxima facilidad posible.

"La forma en que Amazon o Azure presentan los datos a sus aplicaciones es completamente distinta. Y dado que los datos están tan intrínsecamente vinculados a las apps, eso significa que las empresas deben reescribir completamente cualquier solución que exista en estos entornos tan diferentes. Y eso es algo que odian los desarrolladores, con lo que al final se opta por tener un conjunto de apps en un proveedor y otro en el contiguo. Con sus respectivos silos de información", explica Charles Giancarlo. 

La respuesta a este desafío de la heterogeneidad ha venido, de la parte de arquitectura, desde los orquestadores y soluciones de hiperconvergencia como Nutanix. Pero en la parte del dato, de volver a unificar esos almacenamientos diversos y aislados, es Pure Storage la que quiere llevar la voz cantante con su software, Purity 6, ya disponible para AWS y en beta para Azure (se espera que también se expanda a Google Cloud el próximo año). "Todo está administrado en un mismo punto y permite no sólo mover las apps entre diferentes nubes, sino mantener una misma estructura de datos entre todas ellas", añade el ejecutivo. "Además añadimos capacidades de recuperación ante desastres, mediante tecnología de replicación síncrona, con un retardo de apenas unos segundos entre un centro de datos y otro, reduciendo la cantidad de información perdida en caso de incidente".

Con todo ello, Pure Storage aspira a coronar esta industria, a un ritmo de crecimiento un 30% superior al resto de rivales, a pesar de que la firma aún no ha dado beneficios en su trayectoria. "Estamos muy cerca del punto de equilibrio. Hemos sido rentables sin recibir financiación durante los últimos tres años; el hecho de que no tengamos números verdes se debe a compensaciones por acciones y otros elementos que se contemplan en los resultados GAAP. Pero hemos tenido flujo de caja positivo en los últimos ejercicios y la brecha para que se nos reconozca como rentables es cada vez más pequeña", detalla  al respecto un convencido Charles Giancarlo.