Abordar la transformación digital como un fenómeno holístico con impactos transversales en todo el tejido productivo y la sociedad en su conjunto. Esa es la premisa que Ametic eleva a mantra absoluto de su 32º Encuentro de la Economía Digital en Santander, el evento imprescindible de la industria tecnológica en nuestro país y que, desde que se libró del pesado yunke de los operadores de telecomunicaciones, ha devuelto la visibilidad al verdadero ecosistema digital.

Para responder a esta nueva forma de pensar, la patronal ha ampliado sus miras (además de sus socios, dado que en el último año se han unido 60 nuevas empresas a Ametic), refundado sus pilares y apostando por una visión de ecosistemas y basada en verticales. De este modo, y siguiendo el paso natural de muchas multinacionales y de la propia sociedad, se evoluciona hacia ententes completas encarnadas en casos de uso e industrias específicas, en lugar de abordar una amalgama de tecnologías con su propio ombligo como origen y fin de todo.

A esta receta mágica se le une un menor peso de las clásicas reivindicaciones tributarias (que no quedan en el olvido, pero sí en un segundo plano) en favor de quejas más pragmáticas y, también hay que decirlo, más políticamente correctas, como la falta de talento digital o la digitalización de las pymes.

En ese sentido, Pedro Mier -presidente de Ametic- ha reiterado que "la innovación es la herramienta de competitividad más importante de nuestro sector", por lo que gobiernos, usuarios y empresas han de aunarse en el impulso de la misma.

El directivo también recordó algunas de sus reclamaciones más inmediatas al anterior gobierno popular y, ahora, extensibles al Ejecutivo progresista. "Son tres aspiraciones. La primera es un plan de apoyo a las tecnologías habilitadoras, las que están detrás de las apps con capacidad de cambiarlo todo, como inteligencia artificial, blockchain, big data o electrónica avanzada. La segunda es poner en marcha una serie de macroproyectos tractores, de país, que involucren a todo el ecosistema en cuatro verticales: automoció, turismo, salud y agro. Y la última, más abstracta, es conseguir un entorno favorable para que las empresas crezcan, mediante la compra inteligente o la fiscalidad".

¿Y qué pasa con lo que importa, con el dinero que tanto nos gusta y tanto nos cuesta conseguir del Gobierno para el ámbito digital? Tras admitir que "es cierto que con los gobiernos socialistas ha habido más inversión en innovación y apoyo a la industria TIC", Pedro Mier no se duerme en los laureles y se muestra sorprendentemente combativo, dado su carácter habitualmente conciliador: "Hasta que los Presupuestos Generales del Estado no desborden innovación y tecnología, no estaremos donde queremos". 

Inversión pública que ha de ir acompañada de una reinvención de la industria para adaptarla a las particularidades propias del sector. Una transformación propia que imita a la llevada a cabo por la propia patronal, predicando con el ejemplo. "Hemos pasado de una estructura piramidal a estructuras más complejas y amplias, con muchos actores pequeños. Tenemos que ser capaces de garantizarles financiación y acceso al mercado, con herramientas de apoyo al crecimiento -capital desarrollo- que hoy por hoy es insuficiente. Cuando las startups buscan captar más de 10 millones de euros, muchas empresas se tienen que ir fuera".