Los profesores del MIT Florian Allroggen y Donald Sadoway, tras su entrevista con D+I - EL ESPAÑOL en Madrid.

Los profesores del MIT Florian Allroggen y Donald Sadoway, tras su entrevista con D+I - EL ESPAÑOL en Madrid. F. Ramón Areces

Investigación

Los genios del MIT desconfían del coche eléctrico: "No llegaremos a ningún lugar con estas baterías, es estúpido"

Los profesores Donald Sadoway y Florian Allroggen coinciden, en entrevista con D+I, en la necesidad de buscar alternativas a las baterías actuales -u otras formas de electrificación- que sean viables técnica y económicamente.

25 abril, 2023 01:51
Madrid

Empecemos como las buenas historias, presentando a los personajes principales. Donald Sadoway (Toronto, 1950) es profesor emérito de química de materiales en el sobradamente conocido Massachussetts Institute of Technology (MIT). A su nombre figuran casi cuarenta patentes, una empresa (Boston Metal) y numerosas investigaciones de primer nivel, ligadas principalmente a cómo mejorar el rendimiento de las baterías eléctricas y a extraer minerales de formas mucho más sostenibles.

A su vera, el alemán Florian Allroggen. Un "economista rodeado de ingenieros", como él mismo se define, al frente del Laboratorio de Aviación y Medio Ambiente del MIT. Un perfil diferente a la mayoría de científicos, que proviene de la empresa privada (McKinsey) y especialista en medir el impacto económico, social y medioambiental del transporte aéreo.

Dos figuras de renombre internacional que se sientan a la mesa con D+I - EL ESPAÑOL con un mensaje común: la visión de la electrificación que tenemos actualmente es errónea. Con muchas dudas sobre cómo deben estructurarse las estrategias de movilidad del mañana y sobre la posible llegada de una tecnología disruptiva que lo revolucione todo. Y con una única certeza: la innovación es el camino en que debemos perseverar para conseguir que el transporte sea cada vez más sostenible.

[La movilidad del futuro: de la electrificación a la inteligencia artificial]

"No se trata de un problema puramente técnico, sino también político y económico. Esa es la intersección que realmente importa y que supone tomar una perspectiva que una todos los aspectos para entender el proceso de manera completa y poder entender los impactos sociales y medioambientales de la transición que vivimos en el transporte", anticipa Allroggen.

De las coincidencias al futuro

Muchas veces menospreciamos el poder de las serendipias, de las casualidades que derivan en causalidades. Y esas precisamente son las circunstancias que dirigieron a Sadoway hacia el ámbito que nos ocupa.

"Estoy en este sector por pura coincidencia. Me interesé en la electroquímica y comencé a trabajar y aplicar la electroquímica a la producción de metales. Cuando comencé era todo acerca del magnesio, del titanio... pero con el tiempo hubo un impulso acerca del aluminio para intentar deshacerse de los ánodos de carbono para reducir el consumo de energía por unidad, no por sostenibilidad. No me di cuenta de que estaba subiéndome a ese tren", reconoce a este medio.

Donald Sadoway, profesor emérito de Química de Materiales del MIT.

Donald Sadoway, profesor emérito de Química de Materiales del MIT. F. Ramón Areces

Así fue como llegó a introducir las baterías de metal líquido, permitiendo el almacenamiento estacionario a gran escala de energías renovables. Y, en paralelo, creando la electrólisis de óxido fundido que podía generar acero sin emisiones de CO2, el conocido como acero verde.

"La gente se me acercaba en el MIT, en 2005, y me decía que no tenían ni idea de qué hacer con el almacenamiento estacionario y la gente ya estaba empezando a pensar en energías solares y eólicas. Y así se me ocurrió la idea de coger lo que sabía de electrometalurgia masiva y aplicarlo en las baterías", admite el investigador. "Lo mismo sucede con la producción de metal, que está en una transición muy silenciosa pero irremediable. El proceso de producción actual es sucio, tiene cien años y necesita ser reinventado".

Las baterías eléctricas, un callejón sin salida

Sentadas las bases, vayamos al meollo de la cuestión. ¿Pueden los coches eléctricos convertirse en el medio de movilidad por defecto en nuestra sociedad? Y como anticipábamos, la respuesta de los dos expertos del MIT es unánime.

Florian Allroggen, economista e investigador de Aeronáutica y Astronáutica del MIT.

Florian Allroggen, economista e investigador de Aeronáutica y Astronáutica del MIT. F. Ramón Areces

"Hay una línea de pensamiento que defiende que la electrificación del transporte depende de las baterías. Cuando compras un coche eléctrico, básicamente estamos comprando una batería. Pero las baterías de iones de litio se inventaron para dispositivos electrónicos de pequeño tamaño, nunca estuvieron diseñadas para montarse en un automóvil. Sin embargo, la industria ha ido empujando en esa dirección, lo cual nos ha llevado muy lejos pero si queremos que los vehículos sean baratos y seguros, nunca se va a lograr con la química de baterías heredada. Es estúpido", explica Donald Sadoway.

"Nunca vamos a conseguir coches eléctricos baratos y seguros con las actuales baterías de iones de litio"

Donald Sadoway, profesor del MIT.

"Todo el problema del coche eléctrico se reduce a la batería, porque es el mayor generador de costes y que lastra toda la economía del sistema. Y eso hace complicada la electrificación total del parque de automóviles, junto a la falta de una infraestructura de recarga apropiada. Hay mucho espacio para la innovación, que haga que el coche eléctrico sea viable sin necesidad de subsidios o aumentar los costes para el usuario final", sentencia el profesor.

"Existen otras formas de electrificar la movilidad que no requieren una batería, como hidrógeno producido a partir de la electrólisis para convertirlo en hidrocarburos", defiende a su vez Florian Allroggen. "Las baterías no son suficientes, al menos tal y como las entendemos hoy, para muchos casos de uso, como la aviación de largo recorrido".

"Existen otras formas de electrificar la movilidad que no requieren una batería, como el hidrógeno verde"

Florian Allroggen, profesor del MIT.

Defiende, en esa línea, que "es imposible mover un gran avión con baterías, porque pesaría demasiado para elevarse incluso sin un sólo pasajero. Necesitaríamos que las baterías fueran mucho más livianas antes de que pudiera siquiera plantearse, porque la cantidad de energía que proporcionan los hidrocarburos es imposible de reemplazar actualmente. Puede que la solución sea la electrificación, pero no de esta manera". Una visión que fácilmente se puede trasladar al transporte por carretera, una vez que introducimos las economías de escala en la ecuación.

Esperar o actuar, he ahí la cuestión

Sentado el diagnóstico de que las actuales baterías no van a servir para que el coche eléctrico cale en nuestro día a día, cabe preguntarse qué es lo que queda; cuál es el camino a seguir -que dirían los Mandalorianos- para conseguir descarbonizar los medios de transporte que todos usamos.

El hidrógeno verde es una posibilidad, como anticipaba Sadoway. Pero muchos otros expertos, empresarios y políticos siguen esperando a que llegue una gran revolución, ya sea en los materiales de las baterías o en algún tipo de motor disruptivo que todo lo cambie. Sin embargo, los dos profesores del MIT coinciden en dudar sobre ese escenario y apuestan por comenzar a invertir en las capacidades con que ya contamos en el presente.

Donald Sadoway, profesor emérito de Química de Materiales del MIT, en Madrid.

Donald Sadoway, profesor emérito de Química de Materiales del MIT, en Madrid. F. Ramón Areces

"Estamos en un mundo plagado de incertidumbres, porque muchas personas no saben cómo tomar una decisión de inversión si la tecnología por la que apuesten puede volverse obsoleta en tres o cinco años. Necesitamos descubrir cuáles son las soluciones correctas en cada espacio, cómo incentivarlas e invertir en ellas", defiende Allroggen.

En la entrevista, mantenida con motivo de una conferencia en la Fundación Ramón Areces, Donald Sadoway coincide con esa visión, e incluso va más allá: "La movilidad es un gran mercado y puede haber una gran variedad de soluciones en función del tipo de trayecto. Pero debemos abordar simultáneamente la cadena de suministro y la tecnología para que funcione a un rango de precio menor a las actuales. En muchos casos, puede que tengamos buena tecnología pero que el grado de madurez todavía sea muy bajo. Es buen momento para presionar el botón de pausa y ver todos los procesos que tenemos porque necesitamos cambiar la narrativa. No podemos seguir esperando una tecnología salvadora porque, déjame decirte algo, es poco probable que llegue. Cojamos las innovaciones que ya tenemos y veamos cómo las combinamos".

"No podemos seguir esperando una tecnología salvadora porque es poco probable que llegue"

Donald Sadoway, profesor del MIT.

"La gente espera eternamente y no hace las inversiones que nos podrían ayudar a corto, medio e incluso a largo plazo. Esperan el big bang y eso puede suceder, a veces ocurre, pero no puedes planear tu estrategia en torno a esa disrupción que no sabes siquiera si va a llegar", añade Allroggen. "Tenemos que trabajar ya para no dañar más nuestro planeta con el aumento poblacional. No podemos rendirnos ni renunciar a ello porque la movilidad es la que ha hecho de este planeta algo mucho más habitable y pacífico".

Además, hemos de tener en cuenta que confiar en plazos extraordinariamente ambiciosos en esta transición energética no tiene cabida dentro de la lógica. Mientras que modificar todo el parque de vehículos puede llevar décadas -durante las cuales debemos mantener la infraestructura de hidrocarburos-, en el caso de los aviones se siguen comercializando máquinas que "seguirán en servicio dentro de veinte años. ¿Qué van a hacer las empresas con esos aviones? ¿Tirarlos? Es obvio que no", concluye Florian Allroggen.

Florian Allroggen, economista e investigador de Aeronáutica y Astronáutica del MIT, en Madrid.

Florian Allroggen, economista e investigador de Aeronáutica y Astronáutica del MIT, en Madrid. F. Ramón Areces