Aldo Sollazzo es de esos jóvenes maduros que atraen por su percepción kantiana del entorno. Su mirada debería ser la de un arquitecto formado en nuevas tecnologías, pero es básicamente como la de un niño que abre sus ojos al mundo. Explora la innovación y sus aplicaciones desde una perspectiva disruptiva en mayúsculas. A Sollazzo no le sorprende ninguna tecnología que no sume valores de sostenibilidad a su función básica. Noumena, empresa de la que es CEO y cofundador, junto con Efilena Baseta, Chirag Rangholia y Starsk Lara, sigue el principio de no dejarse llevar por lo pautado y descubrir, desde un nuevo prisma, el valor añadido que debe aportar la tecnología.  

Noumena, con sede en Barcelona y París, se define como una empresa de tecnología multidisciplinar que implementa soluciones innovadoras en robótica, impresión 3D y dispositivos tecnológicos para los sectores de la agricultura, la construcción, la manufactura y la moda. "Nuestras creaciones son transversales, como la tecnología. Ayudan a hacer visibles problemáticas y ofrecen soluciones estratégicas". Esto se traduce, por ejemplo, en la impresión en 3D de recubrimientos de plástico para fachadas de edificios que, combinados con filamentos minerales, son capaces de absorber cantidades importantes de CO2. 

La empresa ha llevado a cabo diversos proyectos con actores de peso de los sectores en los que está implicada. Para el Departamento de Desarrollo Urbano de Barcelona, de titularidad municipal, ha ejecutado el análisis urbano de la condición ambiental de diversos espacios públicos. Ayudados por drones con cámaras térmicas y escáneres 3D, "obtuvimos el consumo energético de diferentes barrios de Barcelona, vivienda por vivienda, y realizamos análisis digitales de los espacios ambientales públicos, obteniendo información sobre la calidad del aire en esas áreas. Con todos estos datos sobre la mesa, el consistorio puede planificar la cantidad de plantas y árboles que requieren los entornos analizados en relación a las métricas de CO2 y el impacto energético que producen los edificios", explica Sollazzo.

En agricultura, Noumena utiliza robots, escáneres 3D, visión artificial y machine learning que efectúan mediciones digitales y producen imágenes a través de fotogrametría. El resultado es la digitalización del contexto ambiental, una imagen integrada a múltiples escalas que ayudará al agricultor a monitorizar los cultivos para aumentar la eficiencia de la cosecha, además de reducir su trabajo manual, ahorrándole hasta el 25% de su tiempo.

"Los datos que obtenemos nos indican el estado de salud de las plantas, la cantidad de fotosíntesis que cada una produce, el grado de radiación solar del terreno y su humedad, de manera que es posible evaluar estratégicamente cómo mantener el entorno y organizarlo de la manera más eficiente posible. Son datos que servirán para tomar decisiones útiles", esgrime. 

La empresa lidera, junto con Sony CSL, IaaC e Inria, el proyecto europeo RO-MI (Robotics for Microfarms), que coordina el Instituto de Arquitectura Avanzada de Catalunya, en el marco del programa H2020. Su aplicación está prevista en tierras agrícolas pequeñas y para ello se llevará en breve al mercado un robot asequible, de uso múltiple y terrestre.

Con diseñadores computacionales, Noumena se adentra también en el mundo de la moda, desarrollando soluciones innovadoras y sostenibles para aplicaciones textiles. La empresa lidera desde el 2013 la plataforma Reshape, una aceleradora de talentos en asociación con Fira de Barcelona y diferentes actores del sector industrial y textil. "A través de componentes digitales y de la fabricación aditiva, analizamos materiales, los manipulamos, les añadimos funcionalidades y fabricamos nuevos tejidos", apunta Sollazzo. 

Y bajo el prisma de sostenibilidad medioambiental, en moda, Noumena ha producido un tejido capaz de absorber el CO2 del aire. "Nuestro objetivo principal es que la tecnología tenga sentido y que nuestras soluciones, técnicamente muy parecidas pero que se adaptan a sectores muy diversos, cuestionen la forma en que se toman las decisiones. No tenemos mucho tiempo para corregir la dirección en la que va el mundo", alerta.